El periodista, escritor y maestro de la Fundación del Nuevo Periodismo Iberoamericano, enseña cómo contar historias en el periodismo narrativo, con un enfoque en la escritura y sobre todo apuntado a la calidad de la historia.

¿Cómo se cuenta una buena historia? Vino desde Colombia para responder a esta interrogante. "Las buenas historias son aquellas que no solamente cuentan una anécdota, una trama, sino que además buscan los vasos comunicantes entre ese hecho y el resto de la sociedad para descifrar algo profundo en el comportamiento humano" respondió ante la consulta de nuestro periodista.

Para Salcedo Ramos, el periodista debe "recorrer el mundo como los viejos reporteros, hay que sentirlo hervir en la planta de los pies. Para él "el buen periodismo empieza por los zapatos".

Le preocupa que el periodista se deje viciar por el avance tecnológico y las formas de ver el mundo del periodismo digital. "Hoy hay mucha gente tratando de ver el mundo a través de la pantalla del computador. Uno puede ver a través del computador pero me preocupa que esa sea la única posibilidad. Que crean que ya no se puede observar el mundo a través del contacto directo con la realidad".

Considera que la base de toda buena historia la asegura la permanencia en el lugar, el tiempo que sea necesario para dejarse sorprender por la realidad. "Un periodista no puede estar poseído por el sindrome del turista, que va a un sitio lejano, busca la plaza principal, encuentra una sombra al lado de una estatua, se hace retratar debajo y luego se devuelve. Para nosotros, los periodistas, el trofeo debe ser otro".

El cronista colombiano opinó también sobre su relato "La Travesía de Widki", que fue recientemente distinguida con el premio Ortega y Gasset, en la que narra la historia de un niño chocoano (del departamente de Chocó en Colombia) que debe caminar 5 horas hasta su escuela.

"Esa crónica fue hecha en una circunstancia particular, porque tenía sólo 4 días para hacerla. Fueron 4 días intensos en lo que acompañe al niño por la trocha que describo, el colegio y la casa", comentó.

"Yo creo en un periodismo artesanal, donde uno se encuentre cara a cara con la gente, la oiga y sobre todo donde uno averigue que quiere decir la gente cuando no está respondiendo nuestras preguntas. A veces preguntamos tanto que no dejamos oir lo que la realidad quiere decirnos", remató.