Los jueces de la Sala V (Dante Ibáñez, Juana Juárez y Emilio Páez) dieron a conocer el veredicto en la tarde del miércoles, cerca de las 17. “No hay la más mínima duda de quiénes cometieron el robo y cómo ocurrieron los hechos”, concluyeron
El crimen del comerciante ocurrido el 19 de enero de 2007. Cerca de las 20.00, dos sujetos ingresaron en la distribuidora de helados Shami de avenida Colón al 600. Empuñando armas de fuego despojaron a Roccuzzo de un maletín conteniendo cerca de 6.800 pesos. Durante el atraco, uno de los delincuentes ultimó a la víctima de un tiro en la cabeza.
En fallo unánime, condenaron a 14 años de prisión a Raúl Daniel Fadel (considerado el planificador del atraco) y Gonzalo Javier Leal (uno de los delincuentes que habría participado del golpe).
El restante, Flavio Bruno Lucero, fue castigado con 8 años de cárcel como partícipe, ya que era empleado de la víctima y sería la persona que cumplió el rol de entregador.
Según la investigación, Leal habría ingresado al local junto a Martín Dip Rivera, quien falleció el año pasado durante un robo a una colchonería de Villa Luján. Todos llegaron a juicio imputados por el delito de robo seguido de muerte.
Durante los alegatos, la Fiscalía de Cámara Estela Giffoniello, había pedido penas de 18 años para Leal y Fadel y 14 para Lucero. Sobre este último, aclaró: “Dio el dato, pero no quiso el crimen”, aunque aclaró: “No hay la más mínima duda de quiénes cometieron el robo y cómo ocurrieron los hechos”.
Críticas a la investigación
Los abogados defensores Manuel Pedernera y Patricio García y el defensor Oficial Hernán Molina coincidieron en cuestionar fuertemente el accionar del grupo de policías que investigó el caso tras el crimen de Roccuzzo.
“Cometían verdaderos raid delictivos con uniforme”, sentenció Pedernera, quien tuvo a su cargo el patrocinio del acusado Leal.
En tanto, García (representante de Fadel), afirmó que se trató de: “Una causa construida, sin pruebas y armada por la policía”.
En el mismo sentido, Molina (asistió a Lucero), señaló que su cliente “fue apremiado física y psicológicamente por la policía y se violaron todas sus garantías”.
Por Francisco Fernández
