El escritor oriundo de Aguilares dio detalles en exclusiva a primerafuente de cómo construyó y qué lo inspiró para escribir la novela “Debajo del Diván”.
Aunque todavía no hay fecha definida para el lanzamiento de
su segundo libro, “Debajo del Diván”, el
escritor oriundo de Aguilares dio detalles en exclusiva a primerafuente de cómo
construyó y qué lo inspiró para escribir la novela, que habla de una mujer
marginal que vive en la periferia de la ciudad en Tucumán.
El periodista y escritor Daniel Posse de 48 años, dejó la
tranquilidad de su ciudad “La capital del azúcar”, de la cual guarda recuerdos inolvidables y extraña, y se radicó
hace casi 20 años en la cosmopolita pero
inspiradora Buenos Aires. Desde
allí publicó en 2004 su primer libro De
Sueños y Azar que contiene relatos cortos.
Aunque se encuentra a 1200 kilómetros, gracias a la
tecnología primerafuente pudo entrevistar durante una hora, a través de Skype,
y nos introdujimos dentro del mundo del periodista, el lugar desde donde nacen
sus ideas, su escritorio.
La primera imagen que rescatamos antes de empezar, fue la
imponente biblioteca con sus libros prolijamente distribuidos en sus estantes.
Algunos títulos inclusive se podían leer a simple vista. “Cien Años de Soledad”
(Gabriel García Márquez), “Rayuela” (Julio Cortazar), “La Insoportable levedad
del ser” (Milan Kundera) etc.
La vieja casona en la que vive Posee está ubicada en el
barrio porteño de Villa Urquiza en una zona tranquila.
“Todas las mañanas me
levanto y busco el cerro al oeste, pero Buenos Aires me entrega un mar de
hormigón y un cielo al que no reconozco como mío, eso no quiere decir que no
ame también está ciudad, y que uno se sienta tironeado, si estoy allá quiero
estar aquí, si estoy aquí quiero estar allá”, reconoce Posse en un pasaje de la
entrevista.
Desde “De sueños y Azar”, su
primer trabajo publicado, pasaron 11 años. En esa publicación de relatos
cortos, el autor recrea entrañables sucesos de su provincia natal. Tal es el caso
de la primera parte de la obra, donde cuenta la historia del Ingenio azucarero
Santa Ana, la planta fabril más grande de Latinoamérica, desde sus comienzos
gloriosos hasta su desaparición, a fines de los ´60, con el posterior espanto
de presión y hambre que padeció la región.
Durante la entrevista virtual se lo nota ansioso. Muestra a
través de la cámara algunos souvenirs comestibles típicos tucumanos: alfeñique
y la tableta de miel de caña que los guarda como un tesoro y que suele
compartir, confiesa, en alguna reunión con sus amigos porteños.
Su tonada tucumana
jamás lo abandonó aunque a veces sus erres (arrastradas)o sus erres
(gorgoteadas) interactúan y se confunde.
Si bien todavía no
hay fecha definida para el lanzamiento formal de su obra, el escritor, especula
que será presentada antes de fin año en Capital Federal y posteriormente hará
lo propio en su provincia natal.
Desde un cómodo y abrazador sillón negro, Posse, se relaja y
nos invita con una amable sonrisa a dar inicio a la conversación. Sin dudar,
comenzó a dar detalles de su nuevo trabajo.
“Este libro es una historia sobre una mujer, que vive en la
periferia, y que desde esa periferia que la margina construye para su vida un
sinnúmero de mandatos que la resignifica
y que por los que ella vive y trata de transcender. Una mujer que vive
acumulando sueños, frustraciones en un viejo Diván, y que al mismo tiempo deja
que el resquemor de lo que no ha sido le palpite por la sangre como una peste”,
relata el escritor.
Para Daniel, es difícil definir que lo inspiró a la hora de
elaborar este trabajo ya que ha sido
concebido como el resultado de experiencias y relaciones que ha vivido a lo largo de su vida, que lo marcó
profundamente, de los cuales se destacan: el desamor, el amor, la rabia, la
injusticia etc. El hecho de ser un gran observador, virtud que la sostiene
desde su profesión de periodista, le dio
esa posibilidad de jugar entre la realidad y la ficción que más tarde quedó
plasmada en un papel.
“Que pregunta difícil. Difícil porque responderla, incluso
para mi mismo me ha llevado casi una vida. Pero creo que lo que me inspira son
las vidas de seres que de una forma u otra han marcado mi existencia. Claro que
esas marcas a veces contenidas en el desamor, en el amor, en la rabia, en la
injusticia, en la viscerabilidad que los atraviesa y que me parte y desarma
para volverme a rearmar. Pero mi oficio de periodista, me ha permitido ser un
gran observador y en ese ejercicio es que encuentro que me inspire, porque
siento la necesidad compulsiva de partir desde lo fáctico para construir
ficción, eso me hace sentir que me conecto con el mundo desde la palabra. Claro
está que todo puede ser parte de mi propia fantasía”.
-¿De qué se trata “Debajo del Diván”?
-Es una novela, no es
la primera que escribo, pero sí la primera que publico. Después de 11 años que
no publico, para mi significa volver al ruedo, sobre todo porque esa vuelta
tiene que ver en que superé de verdad los dos ACV que tuve y que casi me cuestan la vida. Este libro es
una historia sobre una mujer, que vive en la periferia, y que desde esa
periferia que la margina construye para su vida un sinnúmero de mandatos que la resignifican y que por los
que ella vive y trata de transcender. Una mujer que vive acumulando sueños,
frustraciones en un viejo Diván, y que al mismo tiempo deja que el resquemor de
lo que no ha sido le palpite por la sangre como una peste. Debo aclarar que es
ficción y que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Está
ambientada en Tucumán. Y trato de retratar personajes femeninos, porque admiro
en esos personajes esa fuerza descomunal que las lleva a ser subjetivas,
territoriales al extremo y sobre todo viscerales. Tucumán siempre está
presente, lo está en este nuevo libro, y lo está en todo lo que escribo. Es
como si fuera parte de mi genética. En “Debajo del Diván” lo podes sentir, ver,
oler, soñar en las imágenes, en esa periferia, en la búsqueda, en el amor y en
la rabia
-¿Cuánto tiempo te llevó escribir la novela?
- Los tiempos de escritura son relativos, todo depende de
cómo uno está en cuanto al manejo de lo que de verdad quiere decir. De todas
maneras, un libro se empieza desde antes, desde que este comienza a germinar en
la mente y poco a poco comienza a tomar forma, para después materializarse en
palabras. Esta novela la pensé como dos años, pero la escribí en tres meses.
-¿Cómo evalúas tu primer trabajo de sueños y azar y si existe
alguna relación con tu nueva publicación?
-Mi primer trabajo “De Sueños y Azar” para mí es un libro que
marcó mi vida en una multiplicidad de aspectos, me hizo padre, si lo considero
un hijo. Me abrió los caminos que aún hoy transito, me reconcilió con mi mundo
negado. Y lo maravilloso que aún hoy sigue circulando después de 11 años que
fue publicado. Todavía me maravilla que la gente siga hablando de él y me sigan
preguntando. Creo que es un libro que pertenece a una etapa inicial en mi
carrera con todos sus pros y sus contras. Creo que no tiene nada que ver con mi
nuevo libro, o quizás sí. No sé. Ahora
¿escribo diferente?. Ahora escribo
novelas en las que si veo más desarrollado el morbo, lo soez, lo procaz, por
ahí la noción de una búsqueda, en la rebeldía, y la aspiración de una justicia
despojada de vicios y de rabias. Algo que no sucede en mi tierra por ahora. En
mi primer libro eso era más sutil, ahora esto se ha vuelto más desgarrador, más
evidente.
-¿Hace 20 años que te
fuiste de Tucumán, te sentís un especie de “exiliado”?
- Si así es, que buen
cálculo. Este año cumplo 20 años en Buenos Aires, pero nunca llegué a sentir un
verdadero sentido de pertenencia con esta ciudad. Todas las mañanas me levanto
y busco el cerro al oeste, pero Buenos Aires me entrega un mar de hormigón y un
cielo al que no reconozco como mío, eso no quiere decir que no ame también esta
ciudad, y que uno se sienta tironeado, si estoy allá quiero estar aquí, si
estoy aquí quiero estar allá. Hablar del exilio o autoexilio es un sentimiento
contradictorio. Pero creo que es así también, que este desarraigo que todos los
que nos vamos lejos sentimos, y que nos hace crujir las entrañas, es parte de
ese exilio. Claro que es un exilio que para muchos es elegido, y creo que esa
elección no existe, porque la vida y sus múltiples circunstancias, que tienen
que ver con el trabajo, con un proyecto de vida, con seguir un sueño, nos
obligan a peregrinar hacia la pampa húmeda, porque quizás Tucumán en ese
momento no me podía brindar lo que necesitaba para crecer. Muchas veces pensé
que hay que ser valiente para irse, pero al mismo tiempo también hay que serlo
para quedarse. Siempre pienso en volver, y planifico hacerlo, pero por ahora es
parte de una añoranza, de unas ganas que me desbocan el alma, pero sé que en algún momento voy a volver, después de
todo Tucumán, el sur de Tucumán es mi lugar en el mundo, y estoy seguro que en
algún momento transformaré ese exilio en un éxodo a mi tierra prometida. Tengo
ganas de volver a dar, a devolver lo que aprendí en este viaje de autoexilio.
-¿Qué extrañas de Aguilares?
-De Aguilares extraño todo, porque yo soy parte de él. Es
verdad, crecí en un pueblo donde siempre al oeste veías el cerro. Donde los
rumores podían destruir o hacerte héroe, donde la siesta es un rito sagrado.
Donde cuando soñabas te decían que nunca sucedería, donde el amor se vivía a
destajo y las rabias a flor de piel. Donde nunca eras lo suficiente y sin
embargo muchas veces sobrabas. Un lugar donde aprendí a amar, a estar, a
crecer, donde mis afectos aún viven, donde añoro volver cada verano y cada
julio. Un lugar al que amo con el corazón y con el alma. Y si te digo todo esto
es muy claro que extraño Aguilares. Por otro lado ese lugar posee la magia de
proveerme todo el tiempo de inspiración.
-¿Volverías a vivir en Aguilares?
-Es algo que añoro, pero muchas veces creo que no deja de
ser una fantasía. Pero esas ganas me dan fuerzas para seguir. Tengo muchas
ganas de volver a dar lo que me dieron en el camino de la vida. Tengo ganas de
hacer, de trabajar por la cultura de mi lugar. Por ahora lo veo lejano, pero
eso no quiere decir que no extrañe y tengas ganas de estar tomando mate con mis
amigos todas las tarde, o comer un sándwich de milanesa con esa cerveza, la más
nuestra.
-¿Cuáles son los escritores que te marcaron en tu vida y qué
ideas has tomado de ellos?
-Me han marcado muchos de formas diferentes. Gabriel García
Márquez lo hizo desde la soledad a pesar de cien años, desde el amor con toda
su cólera y sus tiempos. Desde le memoria de unas putas tristes. Borges desde su
poesía y los laberintos de bibliotecas inmortales, desde la cifra de
numeraciones que se sitúan en algún evangelio apócrifo, desde las ficciones y
las monedas de hierro y el oro de los tigres. Milan Kundera con su ser y lo
insoportable y claro está Octavio Cejas, desde esa búsqueda en el Real Sayana. Son muchos creo que podría
pasarme toda una vida respondiéndote.
-Sos periodista también ¿Cuál es la mirada que tenés sobre la
actualidad política de tu provincia natal?
-Pregunta difícil,
(risas) la estaba esperando, difícil no porque posea algún miedo para
responderla, sino porque la realidad tucumana es algo que me duele y al mismo
tiempo me revuelve el estomago. Pero tengo la esperanza que los tucumanos van a
salir adelante. Pero no dejo de sentir que Tucumán es la viva analogía de lo
que es Macondo, y que todos sufren de la peste del olvido, sino fuera así no
repetirían todo el tiempo episodios de desidia, de convulsión y al mismo tiempo
de sometimiento. Pareciera que el Perro Familiar renace todo el tiempo,
arrastrando su larga cadena y devorando los sueños y las ganas. La bestia se
resiste a morir y renace resignificándose en nuevos hacedores de infiernos.
Como periodista veo a Tucumán sumergida en la desazón, pero creo los tucumanos
no nos hacemos cargo que somos parte esencial en los que nos pasa. Porque la
clase política no son extraterrestres que nos invadieron, son nuestros vecinos,
familiares, amigos, a los que les permitimos gobernarnos y transformarse en
caníbales insaciables. La crisis de la actualidad política tucumana es parte de
una crisis endémica de valores. Hoy creo que más allá de un resultado electoral
enmarcado en una supuesta legalidad establecida, carece de legitimidad. No por
quién haya ganado en realidad, sino porque la duda mancha a todo el espectro
político. El voto de confianza que otorga el pueblo se ha roto y esa sacralidad
no se puede enmendar con discursos. No se enmienda con palabras, sino con
actos. No basta lo que decimos ser, son nuestros actos los que nos definen.
-¿Cómo ves la realidad literaria de Tucumán?
-La veo como siempre,
con una enorme cantidad de talentos olvidados. Con nuevas generaciones que
habitan en la búsqueda, y con falencia de una política que contenga a esos
talentos, los que seguramente muchos incursionarán el desarraigo. Aunque veo
escritores que no entienden que el oficio implica trabajo, mucho trabajo.
También veo otros escritores que luchan contra esa realidad desde siempre, muchas veces logran marcar, por más pequeña
que sea, la diferencia, entre el olvido y el abandono.
-¿Conoces y lees algunos autores tucumanos?
Si, conozco muchos y cada vez voy y puedo comprar
publicaciones locales lo hago y los leo. Tucumán tiene muchos y muy buenos. Leo
a Daniel Mora, Octavio Cejas, Patricia Mora, Andrea Rivas, Máximo Chein, que
viven en Buenos Aires también. Janine Abrahan. Me llegan antologías y
publicaciones colectivas, donde hay una nueva camada que parece prometedora.
También hay una nueva literatura que se está engendrando en nuevos soportes, como
el virtual y las redes sociales, tenemos que empezar a leer, nos vamos a llevar
grandes sorpresas en esos espacios.
-¿Cuándo presentas tu nueva novela en Tucumán?
Seguramente será en un par de meses, primero lo haré en
Buenos Aires, y de ahí Tucumán será la siguiente. Cuando digo Tucumán, digo
toda la provincia, porque recorreré pueblo por pueblo, tener excusa de mates
después de la siesta y algún chisme que alimente mi escritura.
Por Rafael Medina