El líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP),Mario Roberto Santucho moría hace 40 años -el 19 de julio de 1976, tras un enfrentamiento armado con integrantes de un grupo de tareas en la localidad de Villa Martelli.
Con el deceso, la organización militar y política que conducía este contador santiagueño se encaminaría a una derrota definitiva en la lucha armada que libraba por la toma del poder en la Argentina de los años setenta.
A fines de diciembre de 1975, el ERP había sufrido una dura derrota en el intento de copamiento del Batallón 601 de Arsenales Domingo Viejobueno, ubicado en Monte Chinglo, partido de Lanús, en el marco de una operación en la que perdieron la vida 90 de sus militantes.
Aunque en los meses posteriores al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, las bajas humanas y pérdidas materiales de la organización guerrillera se multiplicaban, la conducción del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) -conducción política del ERP encabezada por Santucho- confiaba que con la llegada de los militares al poder, Argentina entraría en una etapa de radicalización social que potenciaría el desarrollo de la lucha revolucionaria.
"Teníamos un error de apreciación en relación a la situación que se vivía en el país tras el golpe. Subestimamos al Ejército como enemigo. No nos dimos cuenta del daño que nos hicieron los principios de la doctrina francesa de contrainsurgencia que aplicaban los militares", señala en diálogo con Télam Luis Mattini, quien tras la muerte de Santucho asumió la conducción del PRT-ERP hasta su disolución.
El 28 de marzo de 1976, cuatro días después de la llegada de los militares al poder, el Comité Central del PRT se reunió en una quita de Moreno para evaluar la situación política del país, en un encuentro que contó con la presencia de más de 60 cuadros de la organización, entre ellos Santucho y los principales dirigente de su estructura.
Efectivos del Ejército y la Policía asaltaron la quita y capturaron a varios militantes, no obstante, Santucho y la cúpula del ERP lograron escapar.
"Fue un error armar una reunión tan grande con la represión que se estaba dando. Muchos nos criticaron por eso. Fue otro golpe duro, que se sumó a las caídas que sufrieron los compañeros que estaban en Tucumán, en el monte. Ante esa situación asumimos que debíamos cambiar la estrategia después de haber cometido errores tácticos, que hoy sabemos que fueron decisiones políticas equivocadas" admite Mattini.
A principio de julio de ese año, el Buró Político del PRT decidió que debía replegarse con la finalidad de preservar a sus cuadros y la estructura operativa que aún conservaba.
"La idea era que la conducción saliera del país con Robi (Santucho) a la cabeza. Nos íbamos a instalar en Cuba, donde pretendíamos entrenar a 100 oficiales de la organización, que estarían dispuestos a sumarse a la lucha armada cuando la conflictividad social en Argentina se incrementara. Era lo que creíamos", repasa Mattini.
Un sector de la conducción querían que Santucho saliera del país de forma inmediata, pero el santiagueño decidió que dejaría el país el 20 de julio, pues tenía una cita con Mario Firmenich, jefe de Montoneros, en la que abordaría la conformación de la Organización para la Liberación de Argentina (OLA), una entente que nuclearía a las organizaciones armadas que enfrentaban a la dictadura militar.
"Robi había prometido que iba a reunirse con Firmenich y creía que era una cita impostergable. El encuentro se realizaría el 19 y un día después saldría del país con destino a Cuba. La idea era dejar el país por Paraguay. Mientras tanto decidió irse a vivir al departamento del (Domingo) 'Gringo' Menna, en Villa Martelli", apunta Mattini al referirse a otro de los integrantes de la conducción del ERP.
El 19 de julio era una jornada fría y gris, en ese Buenos Aires signado por una represión ilegal que se hacía visible en las calles y en la vida cotidiana, y al mediodía, un grupo de cuatro hombres al mando del capitán del Ejército Juan Carlos Leonetti llegó en un auto sin patentes a Venezuela 3149, la dirección de ese edificio de 13 pisos donde se hallaban Santucho y Benito Urteaga, número dos en la dirección del ERP.
Es probable que Leonetti, quien tenía desde hacía un año asignada la misión de capturar a Santucho, llegara a esa vivienda ubicada cerca del cruce entre la avenida General Paz y la Panamericana sin saber que se iba a encontrar con el hombre más buscado de Argentina, en caso contrario, "hubiera llevado más tropas", especula Mattini.