Esta mañana, en el cuarto día de protesta, usuarios de diferentes localidades del departamento Chicligasta se concentraron frente a la sucursal de la empresa prestadora de servicio eléctrico en Tucumán para hacer sentir su reclamo contra el aumento de la luz.
La modalidad de la protesta incluye ollas populares y la quema de cubiertas, en la avenida Güemes y en la calle España. Esta situación produjo un caos vehicular a unas cuadras del centro de la ciudad y la incomodidad y enojo de vecinos y dueños de negocios que hay en la zona.
“Hace cuatro días que no vendo nada y estamos totalmente desamparados. Trabajo, pago la luz, el agua, el gas y si me viene mucho voy hago mi denuncia y no molesto a nadie. Sólo quiero laburar y así poder pagar mis impuestos. No me sobra el tiempo para ir a quejarme un día entero cortando calles”, opinó Bruno, dueño de un negocio de venta de aceite para vehículos.
Al frente de la sucursal de la empresa EDET, donde se realiza la manifestación, además de varias casas familias existe: una estación de servicio, una gomería, 2 lubricentros, estudios de profesionales y a unos 30 metros, una concesionaria de auto y un sanatorio privado.
“Los dueños de la estación de servicio nos entregaron unos barbijos para poder trabajar. Por momentos se torna irrespirable, pero más allá de eso, es peligroso porque trabajamos con productos inflamables”, explicó un playero.
Una mujer que vive a media cuadra lamentó lo que sucede con los usuarios, víctimas de los aumentos de las tarifas, “pero creo que esta gente debería quemar gomas en la casa del Gobernador o en la del gerente de la empresa. Vivo encerrada porque el humo negro se mete por todos lados y no te deja respirar”, comentó.
Desde la organización ambientalista Ave Fénix también hicieron sentir su preocupación por la quema de cubiertas y exige que la Municipalidad de Concepción actúe de oficio, ya que existe una ordenanza que prohíbe esta práctica.
“Es inexplicable que Medio Ambiente del munipicio no actúe de oficio ya que está prohibido por ley. También soy un damnificado más, por el tema de las facturas, y la gente tiene razón de expresarse, reclamar y manifestar su enojo. Lo que no se comparte es la manera de protestar, hay otras mil formas de hacerlo, no quemando cubiertas. Quemar cubiertas libera partículas de alquitrán, en la atmósfera, que expone a todos los que están ahí. Esto es algo altamente cancerígeno, comprobado científicamente”, explicó Gustavo Masmud, ambientalista.