Un hombre de 70 años que se llevaba sin pagar queso, aceite
y un chocolate del Coto de San Telmo murió de un infarto como consecuencia de
la paliza que le dieron dos custodios del supermercado, no conformes con haber
recuperado la mercadería. El episodio, que se suma al caso del hombre que murió
luego de recibir una patada en el pecho de parte de un policía de la Ciudad,
ocurrió el viernes 16, en la sucursal ubicada en Brasil 575. "Los testigos
me contaron que el hombre se resistió hasta que pudo, pero cuando cayó al
suelo, le pegaron patadas en el piso y cuando yo lo vi, me parece que ya estaba
muerto", le relató a Página/12 Nicolás Ramos, vecino del barrio y
fotógrafo, quien registró la escena que ilustra esta nota. Luego de golpearlo,
y dejarlo desvanecido, "lo arrastraron hasta el frente de la
panadería" que está en la misma cuadra. Los autores del crimen están
detenidos.
Con posterioridad se supo que la víctima se llamaba Vicente
Ferrer, que tenía 70 años y que padecía de demencia senil. La golpiza que le
dieron comenzó en el interior del Coto y siguió afuera, de manera que las
cámaras de seguridad tienen que haber registrado la agresión sufrida. El caso
es investigado por el juzgado Criminal y Correccional 33 a cargo de Darío
Osvaldo Bonanno. Los dos custodios quedaron presos, acusados por el delito de
homicidio. El cuerpo de la víctima fue retirado por una hija suya que vive en
Alemania y que viajó a Buenos Aires al ser notificada de lo sucedido.
El hecho se produjo cerca de las siete de la tarde de ese
día y Nicolás llegó al lugar "cuando ya estaban dos policías de la Ciudad,
junto al hombre que estaba caído sobre la vereda, mientras que una chica que es
estudiante de medicina le hacía trabajos de reanimación, pero la persona ya no
se movía ni daba señales de vida".
Lo que contaban los vecinos que se habían reunido en el lugar era que
"dos de los custodios de seguridad de Coto lo habían molido a golpes y que
incluso le pegaron patadas cuando ya estaba tirado, sin ofrecer resistencia
alguna", precisó Nicolás.
"Yo había pasado por ahí porque quería comprar pan y
cuando vi lo que estaba sucediendo, empecé a sacar fotografías, porque lo que
me habían contado era muy impresionante". Lo que relataban los testigos es
que "después de molerlo a patadas, los dos hombres de seguridad lo
arrastraron por la vereda y lo dejaron tirado frente a la panadería". Todo
indica que los custodios no llamaron al SAME para que asistieran a la persona
golpeada por ellos y que recién lo hicieron los policías de la Ciudad, que
fueron alertados por los vecinos.
La única que trató de salvarle la vida fue una joven que
pasaba por el lugar y que tenía conocimientos de medicina, mientras que los dos
policías que llegaron en un primer momento, se limitaron a mirar. "Cuando
yo estuve ahí, el hombre no se movió ni abrió la boca ni los ojos, para mí que
ya estaba muerto", insistió NIcolás, quien fue increpado por los policías
cuando comenzó a sacar fotos. "Lo que querían los policías era que se vaya
toda la gente, porque todos hacían comentarios por la forma en que le habían
pegado a esa persona, que era obvio que había sufrido un paro cardíaco y lo
único que quería la policía era ocultar todo".
Nicolás fue increpado por los dos policías, molestos porque
fotografiaba lo que estaba pasando. "Me dijeron varias veces que me fuera,
que dejara de sacar fotos, pero yo seguí porque con otros vecinos de San Telmo
nos estamos comunicando porque en los últimos tiempos hay mucha policía y mucha
violencia policial, pero los robos siguen como si nada". La mayoría de los vecinos que se habían
reunido, sólo miraban y comentaban entre ellos lo sucedido, pero "un joven
que vive en la calle, los increpó a los policías y también a los de seguridad
de Coto". A ellos les dijo: "Ustedes le pegan así a la gente por robar
comida y les pegan porque no saben lo que es tener hambre".
Para ilustrar sobre el grado de violencia policial que se vive en el barrio, Nicolás relató que hace unas semanas, un domingo, hubo un robo en la casa en donde vive. El autor fue un hombre que estaba armado y que fue perseguido por varios policías, hasta que se refugió frente a un negocio sobre la calle Garay, entre Bolívar y Perú. "Todo el barrio estaba lleno de gente, porque ese día jugaba Boca de local y la policía rodeó al ladrón, que amenazaba con quitarse la vida". El grupo de policías, armas en mano, lo tenía cercado y uno de ellos le gritó: "Matate o te manamos nosotros. Y el hombre se sucidó", mientras la calle estaba llena de gente paseando o yendo a la cancha./Fuente: Página12.