En la Casa Rosada comentaban una curiosidad. En el sistema de comunicación interna del gobierno sólo habían ingresado dos renuncias: la del ministro de Ambiente, Juan Cabandié, y la del titular de la Acumar, Martín Sabbatella. Hubo otros ocho funcionarios que hicieron públicas sus cartas pero no las ingresaron en el sistema oficial. El inicio del problema estuvo en la conversación que el Presidente y la vice mantuvieron el martes a la noche en Olivos en la que, resultó evidente, no se pusieron de acuerdo. Fernández está convencido de que no es necesario realizar un cambio de gabinete luego de la derrota electoral, Cristina Kirchner piensa lo contrario. En el kirchnerismo entienden que los anuncios de mejoras de jubilaciones, AUH y salario mínimo que prepara el Presidente no tendrán efecto si mantiene un elenco ministerial desgastado y poco efectivo. "Es más de lo mismo", opinan.
La discusión estaba en ese terreno cuando Fernández encabezó, hacia el mediodía, un acto en el Museo del Bicentenario junto a Guzmán y al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quienes conforman junto a Cafiero el trío de funcionarios más cuestionados por el kirchnerismo. Se interpretó el acto como un respaldo y fue la gota que colmó el vaso. Poco después, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, difundió una carta de renuncia "a disposición" del Presidente, con un breve texto en el que decía creer interpretar con ese gesto su mensaje del domingo a la noche luego de la derrota electoral.