El Ministerio de Salud calificó la medida como una "extorsión política disfrazada de reclamo" y acusó a los gremios de "abandono de pacientes".
El conflicto se intensificó tras el fracaso de una reunión el miércoles, donde, según los sindicatos, no hubo funcionarios de alto nivel presentes. Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, tildó el encuentro de "circo" y "vergüenza", alegando que el Ejecutivo envió a "cuatro perejiles" y que la reunión careció de "validez", anunciando medidas de fuerza en todos los hospitales.
En respuesta, el Ministerio de Salud, encabezado por Lugones, emitió un comunicado repudiando la acción de ATE. Afirmaron que la negativa a asistir a los pacientes y desoír las instancias legales de negociación atenta contra "toda norma ética, sanitaria y jurídica". El Gobierno enfatizó que el derecho a la salud de los argentinos "no puede ser rehén de intereses políticos y gremiales".
El comunicado del Ministerio de Salud destacó que el Gobierno está avanzando en un proceso de "ordenamiento, eficiencia y recuperación de la misión sanitaria real" en los hospitales, destinando los fondos recuperados del "despilfarro y privilegios" al personal de salud, equipamiento y cuidado de los pacientes.
El Gobierno redobló sus críticas, señalando que "no hay excusas" para incumplir la conciliación obligatoria y que los trabajadores que no asisten a sus funciones están "violando obligaciones básicas que afectan directamente a personas vulnerables y ponen en riesgo la continuidad asistencial". Finalizaron recalcando que los hospitales nacionales "no son campos de batalla gremial" y que impedirán que "unos pocos sigan perjudicando el funcionamiento de todo el sistema por defender intereses propios".