El mercado está sensible, en medio de una seguidilla de defaults que empezó el año pasado con compañías del agro, con Los Grobo a la cabeza, y continuó en 2025 con Celulosa Argentina, la eléctrica GEMSA y la petrolera Aconcagua Energía. No pudieron pagar vencimientos con fondos propios ni consiguieron nueva deuda (o al menos a un precio razonable) para cancelar la vieja.
Por eso, cada nuevo compromiso de pago que se acerca prende las alertas entre los pequeños y grandes acreedores. Eso venía pasando con la citrícola San Miguel, una de las principales procesadoras de limón, con cerca de un 15% de participación global, con foco en la exportación.
El jueves que viene, la compañía controlada por las familias Miguens Bemberg y Otero Monsegur, debe pagar cerca de US$ 53 millones, correspondientes al vencimiento de Obligaciones Negociables que le quedaban en el mercado luego de un proceso de recompra. Pero, según había estimado la calificadora FIX SCR, afiliada a Fitch Ratings, tenía solo el equivalente a US$ 36 millones a mayo 2025.
En este contexto, el martes, la empresa anunció que "ciertos accionistas que integran el grupo de control o personas vinculadas a ellos" le habían dado una línea de crédito sindicada, sujeta a ciertas condiciones, por un monto de US$ 15 millones. Fue el último recurso, luego de intentar -sin lograrlo- buscar esos fondos al mercado.
El préstamo se podrá renovar automáticamente cada seis meses hasta los 48 meses (4 años), y los prestamistas podrán "optar por capitalizar la deuda, convirtiendo el crédito en acciones ordinarias clase B y/o en acciones preferidas a un precio igual al promedio de los últimos 10 días hábiles inmediatamente precedentes al de la fecha de desembolso".
La línea, dijeron, ratifica los planes de la empresa y busca "diversificar las fuentes de financiamiento y eventualmente mejorar su estructura de capital".
Si los accionistas eligen no capitalizar, el préstamo será devuelto en un solo pago, al final de un periodo semestral o a más tardar a los 48 meses.
La tasa será la que resulte mayor entre 9,5% nominal anual fija o la suma de Secured Overnight Financing Rate (SOFR), más 520 puntos básicos.
La deuda total neta de la empresa a marzo suma un total de US$ 227 millones. Los accionistas ya le habían prestado en septiembre de 2023 otros US$ 45 millones que fueron integrados en acciones de 2024.
La compañía acaba de finalizar el proceso de reconversión. Pasó de dedicarse a la fruta fresca a un modelo de negocio focalizado en el limón y sus derivados industriales, "de mayor valor agregado, menores necesidades de capital de trabajo y variabilidad de ingresos, manteniendo un perfil netamente exportador", explicó FIX. Además, la empresa acaba de inaugurar plantas procesadoras en Uruguay y Sudáfrica.