Mientras desde ese sector hablaron de "más de un millón de personas", la ministra de Seguridad aseguró que el número real fue de "48.200 personas y pico" en su punto máximo. Según explicó, ese dato surge de un "cálculo matemático geométrico" hecho por su equipo, que tuvo en cuenta la cantidad de metros cuadrados ocupados y la densidad de asistentes por espacio.
"Contamos cada sector y sumamos todos los micros que llegaron", detalló Bullrich en diálogo con Eduardo Feinmann.
Bullrich también reveló la cifra estimada de personal que hoy se dedica exclusivamente a la custodia de Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple prisión domiciliaria. "Deben ser entre 80 y 90 personas, tal vez un poco menos", dijo la ministra, aunque aclaró que aún no hubo conversaciones con la Justicia para revisar ese esquema de seguridad.
Además, contó que el Servicio Penitenciario Federal está evaluando la colocación de una tobillera electrónica en su domicilio, y que se analizan cuestiones técnicas como la conexión 4G y Wi-Fi para poder hacer un monitoreo efectivo. "Es lo mismo que con cualquier otra persona condenada. Es una manda judicial", afirmó.
Ciberpatrullaje, controles y el nuevo "FBI" argentino
En cuanto al operativo de seguridad durante la marcha, Bullrich se defendió de las críticas por los controles a los micros de militantes. "Muchos no estaban habilitados. No fue contra la gente, fue por seguridad", señaló. Además, negó que se les haya preguntado a los pasajeros si eran peronistas: "Eso es falso, si hubiera ocurrido habría algún video".
La ministra también defendió el uso del nuevo protocolo que permite detener hasta 10 horas a personas sin documentación: "Esa cláusula está en la ley desde 1958. No es persecución política, es legal".
Por último, justificó la creación del Departamento Federal de Investigaciones, conocido informalmente como el "FBI argentino", y el uso de ciberpatrullaje. Según explicó, se trata de una herramienta para combatir delitos digitales y no tiene relación con el espionaje político.
