Los estudiantes, con la ayuda de sus profesores y el asesoramiento de una fisiatra, crearon un mueble a medida que no solo es ergonómico, sino también innovador. El pupitre, bautizado como “Mili”, cuenta con una inclinación ideal para su comodidad y un sistema de automatización que le permite a la niña subir y guardar la escalera con sus pies.
Este trabajo, más allá de ser una práctica escolar, se convirtió en una valiosa lección de empatía para los jóvenes, que se propusieron mejorar la calidad de vida de Milagros. Según los propios alumnos, el objetivo es que Mili pueda usar este pupitre hasta completar la secundaria, asegurándole una educación más cómoda y digna.