El costo fiscal total de la nueva medida del gobierno será del orden del 0,23% del Producto Bruto Interno (PBI). Lo que es imputable al 2025 es 0,15% del PBI, una cifra que no pone en riesgo el resultado fiscal del Estado nacional, pero que sumado a otros costos no previstos como el del dinero para las universidades, los fondos para el Garrahan o la emergencia en discapacidad incrementa la necesidad de mayor recorte de gastos.
Más allá de eso, es cada vez más probable que el Gobierno se dirija hacia un incumplimiento de objetivos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La meta era que este año el gobierno de Javier Milei comprara unos u$s8.000 millones para las reservas. Eso no se logró, aunque en realidad no se quiso llegar de manera deliberada, reconocen en el propio Palacio de Hacienda.
En el waiver que le concedió el organismo a la Argentina, precisamente por no cumplir la meta de acumulación en la revisión de julio, se pasó a un objetivo de superávit fiscal para el período 2025 del 1,6% desde el 1,3%. Y luego en las proyecciones del Presupuesto 2026 enviado el lunes 15 de septiembre bajó a 1,5% en el primario y 0,3% en el financiero. Con los gastos y pérdida de recaudación imprevistos para lo que resta del año, es probable que tampoco se pueda alcanzar el objetivo fiscal. La medida sola de eliminación de retenciones se llevará casi la mitad del superávit financiero previsto para este año.
De acuerdo con datos de ARCA en los primeros 8 meses de año las retenciones recaudaron $5,8 billones, lo que da un promedio de $720.000 millones mensuales, aunque con marcadas diferencias. En agosto apenas Se llegó a $400.000, mientras que en junio fueron $1,2 billones y en julio $1,1 billones.
El IARAF imaginó tres escenarios posibles:
- 40% de liquidación del stock de maíz y 100% del stock de soja
- 60% de maíz y 90% de soja
- 80% del stock de maíz y 80% del de soja.
“En términos del PBI, el costo directo va desde 0,25% del PBI hasta 0,28% del PBI”, dice el reporte. El estudio señala que “para el Gobierno nacional, si se considera el aumento posible de recaudación del Impuesto a las Ganancias y su distribución luego de coparticipación a Nación, aproximadamente un 8% de la reducción de derechos de exportación, se reduce el costo fiscal directo a 0,26% del PBI en el escenario 1, a 0,24% en el escenario 2 y a 0,23% en el escenario 3”.
“Obviamente hay un desfasaje, teniendo en cuenta que el impuesto a las ganancias se tributa al año siguiente”, aclara el estudio.
Por otro lado, destaca que “según el análisis del flujo de recaudación de derechos de exportación de los últimos cuatro meses del año del Presupuesto 2026, la previsión era inferior a la pérdida total, por lo tanto, el costo fiscal neto atribuible al 2025 es menor”.
“Concretamente, según nuestros cálculos el costo fiscal directo imputable al año 2025 sería de 0,15% del PBI (aproximadamente u$s1.000 millones) y el neto de recaudación del Impuesto a las Ganancias de 0,14% del PBI. Es decir, la pérdida de recaudación sería equivalente al 46% del superávit fiscal de 2025 que surge del Presupuesto 2026 de 0,3% del PBI”, señala el reporte.
La eliminación temporal de los derechos de exportación podría generar también una aceleración "moderada" de la inflación minorista. "Hay efectos contrapuestos", advierte Rocío Bisang, economista de EcoGo.
Si bien la eliminación temporal de retenciones impactará en productos como carne, harinas y derivados, "el peso es pequeño en el total de la cadena y al tratarse de una medida que duraría hasta octubre, el impacto sería puntual y dependería del nivel de stocks disponibles", señala Bisang.
Aunque añade el factor "estabilidad" del dólar, que quitaría presión inflacionaria, en un mercado con bajo consumo. "Va a depender un poco de qué efecto termina primando", resumió.
Por su parte, Camilo Tiscornia, economista de C&T Asociados, resalta que el mayor impacto directo podría darse en las carnes y los demás se generarán en la cadena de producción, coincidiendo con Bisang. Estos últimos podrían no tener un traspaso pleno de la suba a los precios al consumidor. "Algún efecto va a terminar habiendo, sin ninguna duda", sintetizó.
"Con la actividad económica quieta es más complicado un traspaso automático a precios. Durante la última semana vimos que, pese a la suba del tipo de cambio, no hubo mayor efecto en materia de inflación. Creo que la variación va a tener más que ver con la situación financiera y si se estabiliza o no. Además, con los últimos anuncios -del Tesoro de EEUU- hay más chances de que se estabilice y eso ayuda también a contener un poco el el traspaso", explicó el experto./Ámbito.com