Romina Diez sonríe frente a las cámaras y no deja de tuitear. Tiene 45 años, una hija y una agenda cargada de medios, reuniones y proyectos de ley. En el Congreso ya la señalan como la arquitecta de la reforma laboral que el oficialismo quiere aprobar antes de fin de año.
En los pasillos libertarios la apodan “la ejecutiva”, un sobrenombre que combina elogio y advertencia.
Su historia política no empezó con Milei, sino con el liberalismo rosarino. Estuvo vinculada durante años a la Fundación Libertad, donde tejió lazos con dirigentes del PRO y empresarios del agro.
De ese espacio nació también su amistad con Alejandro Bongiovanni, actual funcionario libertario y padrino de su hija. La diputada santafesina se consolidó como referente del mileísmo y autora de la reforma laboral que busca eliminar indemnizaciones.
Divorciada y pragmática, Diez nunca ocultó su ambición. Su familia fue dueña del histórico Bowling 10, sobre la peatonal Córdoba de Rosario, un ícono local de los ’90 que hoy está cerrado. En el mismo predio, planean construir un edificio, pese a que la zona tiene restricciones. Confía en lograr una excepción. “Con gestión, todo se puede”, bromea entre cercanos.
Durante la pandemia se reinventó con una cuenta en redes: “Economía para no economistas”. Desde allí explicaba conceptos liberatarios “en lenguaje simple”, lo que la volvió una influencer.
Así llegó a los vivos con Javier Milei, donde hablaban de libertad y un Estado mínimo ante miles de seguidores. Ese vínculo se consolidó en el verano de 2021, cuando acompañó a los hermanos Milei en la primera recorrida política por Pinamar. Desde entonces, Karina la considera una aliada de máxima confianza.
En 2023 encabezó la lista libertaria en Santa Fe y se convirtió en la primera diputada de La Libertad Avanza en la provincia. Ahora, y tras el triunfo del espacio ultraderechista en las elecciones legislativas, Diez tomó impulso y se lanzó contra los derechos laborales.
Su proyecto estrella propone eliminar las indemnizaciones, ampliar la jornada laboral y permitir pagos en vales o criptomonedas, bajo el lema de “crear empleo genuino”.
Los sindicatos lo califican como un retroceso histórico. Diez, en cambio, lo presenta como “una modernización necesaria”.
Habla con cifras, cita papers y evita los exabruptos. Pero detrás del tono técnico, encarna la agenda más cruda del mileísmo: la que busca convertir el trabajo en mercancía y al trabajador en un costo a ajustar./pagina12.com.ar
