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Zecca se despachó con una homilía de fuerte contenido político

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En su homilía, el arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, pidió a los cristianos argentinos reaccionar ante el “laicismo militante” que impulsó la sanción de leyes de “dudosa legitimidad jurídica” e impulsó “políticas públicas que ignoran elementales derechos humanos”. Lo dijo esta mañana ante la atenta mirada del gobernador, José Alperovich, su esposa, la senadora Beatriz Rojkés, y el resto del gabinete de gobierno provincial.
Al presidir el tedeum por el 9 de Julio en la catedral tucumana, Zecca advirtió que se intenta imponer “protocolos de aborto y de fertilización asistida absolutamente inaceptables porque violan el elemental derecho a la vida” y los avances de “proyectos curriculares que, además de no respetar el derecho natural, violan la libertad de enseñanza y el derecho de los padres de elegir la educación que quieren para sus hijos”.

El arzobispo tucumano advirtió que “se articulan políticas públicas que ignoran elementales derechos humanos; se ataca impunemente a la Iglesia y se vulneran sus derechos y, hasta en algunos medios de comunicación social, se la agrede injustamente, ridiculizando valores religiosos y a quienes los profesan”. 

“No se persigue abiertamente, pero se intimida, no se respeta el derecho de actuar conforme a la propia conciencia y, con ello mismo, se va creando un ambiente de temor en el que ya no es posible confesar abiertamente la fe y actuar en consecuencia. Esto en una sociedad que se dice democrática y pluralista”, aseguró y se preguntó: “¿de qué pluralismo y democracia se habla? ¿De la de un discurso único y excluyente que convierte automáticamente en enemigo al que con todo derecho discrepa?” 

Monseñor Zecca consideró que “en un par de décadas, los cristianos nos topamos con esta realidad que nos golpea y nos duele, pero que, a la vez, despierta nuestra conciencia de que estamos en una época en que hay que vivir una ‘fe martirial’” y lamentó que “nos estamos habituando a soportar, por parte de algunos grupos de poder y de pensamiento, la indiferencia, la oposición, la persecución y el desprecio”. 

“En el ámbito educativo también se avanzan proyectos curriculares que, además de no respetar el derecho natural, violan la libertad de enseñanza y el derecho de los padres de elegir la educación que quieren para sus hijos. Y esto violando la Constitución Nacional, la Constitución Provincial y las leyes vigentes”, alertó. 

En este sentido, monseñor Zecca afirmó que “la Iglesia ve amenazado su derecho de enseñar y yo, como arzobispo, no tengo el derecho de callar. Es demasiado lo que está en juego en la educación. Nada menos que el futuro de la Patria porque sin educación no hay ningún futuro”. 

“No dejo de valorar los esfuerzos que se hacen desde los gobiernos nacional y provincial, pero reclamo más participación en la gestión de las políticas públicas y, sobre todo, en la elaboración de los diseños curriculares. El apoyo del estado – aun financiero – debe ser más fuerte y proporcional al compromiso de la Iglesia en este campo en el que, por lo demás, ha estado siempre presente, desde los orígenes de nuestra nacionalidad”, agregó. 

El prelado reclamó también autocrítica a los cristianos, al considerar que “estamos como anestesiados y nos hemos acostumbrado a la injusticia, a la exclusión de tantos hermanos víctimas de la droga, de la inseguridad, de la pérdida de su dignidad por haber abandonado el trabajo para vivir de injustas prebendas que los esclavizan”. 

“Hay que despertar”, exigió y añadió: “Vivimos en una cultura que ha perdido, en gran medida, el rumbo y a la que es indispensable reencaminar hacia el redescubrimiento de los valores genuinos, humanos y cristianos, que la han sustentado en su historia y sin los cuales va camino de su propia disolución. Pero no es cuestión de sacar la paja del ojo ajeno sin ver la viga que tapa el propio. Hemos de enfrentar nuestros propios desaciertos y cobardías. Por ello mismo esta advertencia está dirigida a todos”. 

“Nadie está – ni dentro ni fuera de la Iglesia – totalmente exento de culpa para poder arrojar la primera piedra sobre los que consideremos – tal vez injustamente – como culpables. Las cosas no son tan simples. Los desafíos son inmensos y las responsabilidades son de todos. Cada uno debe hacerse cargo de lo que le toca”, puntualizó. 

Monseñor Zecca convocó a todos los argentinos a que “con verdadero espíritu de diálogo, a interesarse a fondo sobre las cuestiones decisivas que hoy están en debate en la sociedad mundial, y también entre nosotros. Es allí, en ese ámbito, donde se libran las batallas decisivas y se decide el futuro del mundo. El pensamiento, las ideas, son las que rigen el rumbo. Nietzsche, con extraordinaria lucidez, escribe: ‘Las palabras más quedas son las que desatan la tempestad, pensamientos que vienen con suavidad de paloma gobiernan el mundo’”.