“Estamos en una crisis política y un proceso encarado por la conducción del partido a su propia destrucción, la cual incluye la expulsión de 800 integrantes que pensamos distinto en cuanto a la realidad nacional e internacional”, con estas palabras el histórico referente local del Partido Obrero, Daniel Blanco, describió el cisma producido en las entrañas de la militancia trotskista.
“Queremos defender y recuperar al Partido Obrero. No puede ser que desde arriba se pida la intervención permitiendo que el Estado se meta en la vida interna del partido poniendo a cargo a alguien que no nos representa”, agregó Ariel Osatinsky, titular de Adiunt.
Blanco denunció que desde la intervención se estableció un sistema de censura y proscripción “a todo aquel que es divergente a este régimen autoritario”.