La actitud de la sociedad actual ante los gordos es ambivalente, según considera el actor Alejandro Sandoval. Por un lado, hubo un avance positivo al considerarla una enfermedad y, al mismo tiempo, existen pautas culturales que se van modificando. Se intenta cambiar la idea de que la imagen anoréxica es el ideal de belleza y también se promulgan normas para obligar a los fabricantes de ropa a que proporcionen al mercado prendas de talles grandes. Sin embargo, la gente sigue considerando al gordo como culpable. Por eso el personaje de “El gordo asesino” se pregunta de qué se lo acusa ¿De ser gordo?
“La obesidad es una enfermedad complicada, porque no se la entiende muy bien. No se entiende por qué el gordo se come hasta aquella comida que no le gusta”, explicó el actor. El acto de comer, del gordo, es como un asesinato. Y queda claro que el tema de la obra “El gordo asesino”, que presenta los domingos a las 21 en la sala El Pulmón (Córdoba 86) está ligado a la vida del autor, que al llevar el tema al teatro busca no sólo hacer reflexionar al público y divertirlo, sino también exponer sus propios interrogantes. “Ayer vi por televisión Cuestión de Peso -dijo-, un chico comía de más y decía que la comida estaba fea. Eso no lo entiende la gente, pero es así. El que no pasa por esta enfermedad no la conoce”.
Sandoval remarcó que la obesidad mórbida es una enfermedad que él padece y que no tiene cura. “La voy a padecer siempre. Lo que me he planteado con esta obra, que vengo pensando desde hace cinco años, es una visión más universal que las dos primeras obras que hice sobre este tema, contaba cosas de mi propia vida, pero aquí hablo de manera más universal. Por ejemplo, la mala relación del gordo con los espejos. En mi caso, me llevo bien con mi imagen. Pero a la gran mayoría de los obesos no les gusta mirarse”, señaló el artista, que hace varios años se sometió a una cirugía de by-pass gástrico. Después de esa experiencia, decidió crear una trilogía teatral basada en el tema.
En la primera obra, “Bendíceme”, había sido raptado por unos extraterrestres que querían divertirse con su humor. Pero, como estaba muy pesado, les estaba sacando de órbita el planeta. Lo mandaron de vuelta a la Tierra para hacerse un by-pass gástrico. “Mórbida”, la segunda, era más personal. Un viaje a la metáfora para poder hablar de la gordura. “En ese viaje contaba cosas de mi historia y mostraba un video de cuando era gordo -comentó-. Pero esta vez hay una forma diferente de presentar mi teatro, desde el mensaje que quiero dar. El contenido en esta obra es más importante. Tiene otro peso la palabra”.
En esta comedia dramática el público se encuentra con situaciones humorísticas y otras que llevan a la reflexión, muchas de ellas reconocibles y que a la mayoría de la gente le tocó vivir, o las vivió alguna persona cercana. “Todos tenemos relación con la comida. Ya sea una relación buena o mala, la comida es parte de nuestra vida”, dijo el actor, que se inició muy joven en el teatro. Alejandro tenía 19 años, estudiaba teatro en la facultad y debutó en la Opera del Malandro, dirigida por Carlos Alsina. “Todos mis compañeros habían ido al casting para la obra, pero yo no. Pensaba que no me iban a elegir porque era gordo. Ellos me decían que vaya. Insistían. Al final fui y quedé. Ellos no. Yo quedé, justamente, porque era gordo -recordó-. Después hice La Excepción a la Regla, con Pablo Parolo y varias obras con Alsina. Hasta que llega Agarrate Catalina -con Parolo-, que dura seis años en cartel. Con esa puesta me hago más conocido. Más adelante he seguido trabajando con Alsina y también hice obras infantiles, como una adaptación mía de La Isla del Tesoro. Apunto al espíritu crítico de los chicos. Es muy común que a los chicos se los subestime y se les den obras sencillas, simples”.
Sandoval se hizo conocido con los desopilantes personajes que interpretó en el espectáculo “Agarrate Catalina”, de Pablo Parolo. Participó también en varias obras de Carlos Alsina (la última fue “Ceguera de luz”) e hizo exitosas versiones de cuentos infantiles. En “El gordo asesino” participan Eduardo Raya (diseño de vestuario) y Regina Sáez (asistencia de dirección).