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El sexo va a la escuela

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La educación sexual sigue generando rechazos y adhesiones, pero la provincia todavía no aplica el programa educativo que está en vigencia.

En la mayoría de las escuelas, los materiales enviados por la Nación siguen guardados desde hace dos años y la capacitación a los docentes casi no existe.

“La educación sexual es un tema que se habla en grupitos de chicas, que se plantean dudas y van a preguntarle a la maestra. Una se pone en el papel de mamá y les explica. Pero no podemos hablar de esos temas en el aula, como parte de una materia, porque cuando se enteran los padres nos vienen a reclamar”.

El testimonio pertenece a Viviana F., una maestra de primaria de una escuela de la periferia de la capital tucumana. La docente reveló que los materiales pedagógicos del Programa de Educación Sexual Integral que envió la nación hace dos años, sigue embalado tal como llegó y no se lo utiliza. “Está guardado en la biblioteca, porque nunca vino la orden del Ministerio (provincial) para que se comenzara a trabajar -agregó la maestra-. Cuando queremos dar un taller, por ejemplo, como parte de la clase de ciencias, tenemos que pedir autorización a los padres para que sus hijos asistan. Así como muchos papás dicen que sí porque sienten que la escuela les ayuda a clarificar un tema que en la casa no se habla, otros no quieren saber nada. Se indignan y nos acusan de que los inducimos a tener relaciones”.

En opinión de Adriana R., madre de varios chicos en edad escolar, las reticencias a hablar del sexo también son propias de los adolescentes. “Todos los niños tienen pudor de hablar de esas cosas. Yo siempre fui muy abierta en el tema y lo hablé con ellos, a pesar de que son bastante ariscos. Creo que piensan que uno no los va a entender, porque es de otra época”, afirmó. Además, ella sostiene que a la educación sexual la deberían dar profesionales médicos y no sólo a los alumnos de los colegios sino también a los padres.

“La educación sexual nos permite conocer nuestro cuerpo y quitarnos de encima los tabúes, la morbosidad, la intriga por experimentar a veces en contra de la voluntad de alguien. Creo que existirían menos violaciones”, reflexionó.

Desinterés, resistencia y divergencia de opiniones

Hace seis años se sancionó la ley nacional, pero el Programa Nacional de Educación Sexual Integral todavía no se aplica, salvo en algunas escuelas, muy pocas. Y esto sucede no solamente por razones burocráticas, en las que se suman la lentitud del proceso de capacitación a los docentes o el desinterés de las autoridades educativas por el tema. Existe además, en Tucumán y otras provincias de similar idiosincrasia, una gran resistencia a los postulados del programa, por parte de docentes y padres.

“Nos interesa mucho la educación sexual, porque hay muchos padres que no están en condiciones de enseñar a sus hijos sobre sexo. Ellos mismos no recibieron educación sobre el tema y pueden cometer muchos errores. De todos modos, creo que a la materia la tienen que dictar médicos. No me cierra la idea de un docente enseñando educación sexual con un curso de capacitación solamente”, dijo Josefina Ferrer, de la Asociación de Padres.

La activista opina que la educación sexual no es solamente enseñar a los chicos a usar un preservativo o los anticonceptivos. “Va mucho más allá. Incluye una enseñanza del cuerpo, del respeto y los cuidados que se deben tener. La educación sexual debe arrancar desde los más chicos, para que sepan diferenciar la caricia de un manoseo -señaló-. Siempre hemos pensado que este tema era algo que atañía exclusivamente a la familia, a los padres. Pero hoy los jóvenes se inician a edades muy tempranas, por eso aceptamos que se dicte la materia. Lo que pedimos es que la dicten profesionales especializados”.

Católicos en contra de la sexualidad como mero placer

Otros grupos de padres tucumanos opinan distinto. Están en contra de la educación sexual y son categóricos al expresarlo. Por ejemplo, la Red de Padres de Tucumán -una organización ligada al catolicismo conservador- denunció que el programa nacional, a través de la revista distribuida en las escuelas, promueve “las relaciones homosexuales, el lesbianismo, el travestismo, etc, y desdibuja la diferencia sexual y complementaria entre el varón y la mujer, y su intrínseca capacidad de marcar y fecundar”. También sostuvo que incita a la masturbación y el desorden de la conducta, para conducir a los jóvenes al vicio y al descontrol. La Red planteó que el programa “brinda información falaz, engañosa e ideologizada, para reducir a la sexualidad al mero placer”. Que fomenta “encuentros íntimos de pareja antes del matrimonio, incentiva relaciones sin compromiso, atenta contra las bases culturales de nuestra patria y avasalla la patria potestad”.

Frente a esa denuncia, la ONG Crisálida Tucumán, defensora de los derechos por la diversidad sexual, defendió la iniciativa nacional y destacó la importancia de la educación en todos sus aspectos, como una herramienta para el acceso a derechos. En su comunicado afirma:

“Esta revista, en sus contenidos brinda información fundamental para que la sexualidad pueda tratarse de una forma plural y respetuosa en el ámbito familiar y educativo. Tiene por principales destinatarios a personas adultas y responsables, quienes tienen que asumir un rol activo en la formación y educación de niños, niñas y adolescentes que se encuentran a su cuidado”.

“Para una educación sexual en familia no es necesario ser maestro/a, médico/a o psicólogo/a, ni tampoco hay que saberlo todo. Para comenzar, lo más importante es el afecto, crear climas de confianza, tener una buena disposición y poder escuchar y comprender a los chicos”

“La Educación Sexual Integral también tiene que ver con los derechos de las personas; por ejemplo, a ser bien tratados, a no sufrir presiones para tener relaciones sexuales si es que no quieren, a que se trate de igual manera a varones y a mujeres, a ser respetados no importa cuál sea la orientación sexual, a decir “no” a las relaciones de pareja violentas, entre muchas otras cosas ”

No al machismo y sí al respeto por la diversidad

El abogado Gustavo Díaz Fernández, delegado de la Consavig (comisión que elabora sanciones para la violencia de género), explicó que una de las principales barreras para la educación sexual es la resistencia que oponen algunos padre y madres. “Este programa tiene que ver con prevenir embarazos no deseados y también con la difusión de información para terminar con una cultura sexista y machista, en favor del respeto a la diversidad -dijo-. El programa trabaja con chicos desde el jardín de infantes hasta la adolescencia. Es importante que los padres y madres acompañen, porque no basta con la buena voluntad de los docentes si no se refuerza en la casa”.

Díaz Fernández señaló que el programa apunta a incentivar el diálogo sobre la sexualidad. “Cuando éramos chicos estos temas no se hablaban en casa por una cuestión de tabú -recordó-. Este programa tiene una base científica, hecha por especialistas, para afrontar un tema que es esencial en la vida de las personas”.

Por su parte, la médica Amelia del Sueldo Padilla, presidenta de la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual (AASES), filial Tucumán, informó que el equipo del Ministerio cuenta con gente profesionalizada y capaz, pero un número insuficiente de profesionales intenta cubrir toda la provincia. En cuanto al postítulo de AASES (dirige dos de ellos) tienen puntaje porque cumplen con las normativas solicitadas por el Ministerio y lo dictan en San Miguel de Tucumán y en Concepción. “Si bien observamos un avance alentador, no todos los docentes tienen el mismo compromiso ni los mismos deseos de capacitarse en una temática actual y urticante que requiere de conocimientos amplios en diferentes aspectos. Supone revisar conceptos y esquemas tradicionales, sobre todo en lo que se refiere a género, derechos humanos, sexuales y reproductivos, identidad sexual, GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y trans), con respeto y tolerancia por la diversidad -puntualizó-. Para ello hay que trabajar con técnicas vivenciales, lúdico creativas y sobre todo tratando la ansiedad y los miedos del docente ante la exposición, ya sea ante los alumnos o el grupo de padres. Hay que poner el cuerpo”.

Uno de cada 20 docentes recibió capacitación

Un reciente informe publicado por el diario cordobés La Voz del Interior, explica que en esa provincia el programa nacional no se implementa, salvo en algunas escuelas. La capacitación a los maestros recién está comenzando, a un ritmo muy lento, y todavía son muy pocos los docentes que participan.

Según un reciente informe presentado por 10 ONG (Asociación por los Derechos Civiles, Católicas por el Derecho a Decidir, Centro de Estudios de Estado y Sociedad, Centro de Estudios Legales y Sociales, Equipo Latinoamericano de Justicia y Género y Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer) ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la formación docente sobre educación sexual es insuficiente en el país: sólo el 4,5 % (uno de cada 20) recibió capacitación.

Las principales fallas que se detectan van desde la dificultad para afianzar el enfoque de derechos y la perspectiva de género, la inseguridad que sienten los equipos docentes, el temor al diálogo con las familias, la falta de compromiso de maestros y directivos y los problemas institucionales para su implementación.

Silvia Aguirre, docente en la maestría de Salud Sexual de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Nacional de Córdoba, opina: “Los docentes no tienen información porque durante su propio proceso de formación no tuvieron herramientas. Hay miedo porque es la primera vez que tienen que hacer algo sin información”. Según la especialista, al docente le resulta difícil desprenderse de las propias creencias y principios. “Hay que darle información y la posibilidad de que revise lo propio. Sin eso, hay dos posibilidades: o se quedan en los temas biológicos o hablan desde la propia sexosofía. Ha sido por mucho tiempo un tema tabú y no está resuelto. Está perfecto que haya una ley, pero si no preparás a los docentes, es lo mismo que la nada. O peor”.

Una revista de distribución gratuita

Las revistas de Educación Sexual Integral (ESI) del Ministerio de Educación de la Nación son de distribución gratuita y pueden retirarse -entre otros lugares- de la biblioteca de Crisálida, ubicada en Rivadavia 435 (El Arbol de Galeano). Para acceder a ellas hay que enviar un email a [email protected]

“Educación Sexual Integral. Para charlar en familia” es una revista elaborada por el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, con el apoyo de UNFPA Argentina, que está pensada para llegar directamente a los hogares y para acompañar a las familias en la tarea de hablar sobre la sexualidad con los niños/as y adolescentes y responder a sus preguntas y dudas: ¿Por dónde salen los bebés? ¿Qué es la menstruación? ¿Qué es el VIH?.

Este material se propone brindar información precisa y clara para facilitar la charla entre adultos, niños y jóvenes sobre la sexualidad que muchas veces resulta complejo abordar e implica pudores, o reviste falsos mitos: la iniciación sexual, la apariencia corporal, la diversidad sexual, los métodos anticonceptivos. La revista también aborda otros temas importantes: noviazgos violentos, abuso sexual infantil, trata de personas.

La publicación cuenta con 6 millones de ejemplares que son distribuidos a través de instituciones educativas, centros de salud, organizaciones sociales, gremios y centros comunitarios.