Desde el momento que el fallecido escritor y Premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, comenzó a obtener reconocimientos internacionales por su destacable labor periodística y literaria, se formó un grupo de críticos expresando su inconformidad, porque el autor manifestaba más preferencia por las políticas de izquierda que de los dos partidos tradicionales de su país. Por ello no le perdonaron que en 1972 hubiera entregado una destacable suma millonaria al movimiento MAS hacia el socialismo venezolano, en vez de invertirlo en la problemática social de su pueblo natal Aracataca, carente de un buen servicio de acueducto y alcantarillado y de las más mínimas condiciones de saneamiento básico. Es el momento que suena en la radio comercial un paseo vallenato con el título “Aracataca Espera”, en donde menoscaba al Nobel de Macondo por no ayudar a su pueblo, demeritándolo ante el reconocido boxeador Antonio Cervantes “Kid Pámbele”, quien según la canción del folclor vallenato sí se esmeró por su pueblo San Basilio de Palenque.
Era una
situación intolerable para quienes seguíamos al escritor, entendiendo que nunca
había aspirado a trabajar en alguna corporación administrativa en su país y que
nunca había ocupado un cargo público en su departamento y menos en su municipio
Aracataca. Por fortuna, para aclararme las cosas, en septiembre de 1993 tuve la
oportunidad de entrevistarlo en un hotel de Cartagena de Indias, donde me citó
acompañado de su esposa Mercedes Barcha Pardo. Allá me contó que estando en La
Habana, se había encontrado con el escritor Eduardo Márceles Daconte, también
de Aracataca, quien lo puso en conocimiento de una investigación que yo estaba
adelantando sobre la vida de su abuelo, el famoso coronel Nicolás Ricardo
Márquez Mejía. De ese modo nuestra conversación iniciada a las cuatro y diez de
la tarde y terminada a las siete y treinta de la noche, solo tocó dos aspectos:
El de la vida de su abuelo el coronel Márquez y el de su infancia y niñez en Aracataca,
con la posibilidad de él acumular material para sus memorias ”Vivir para
Contarla”.
Cuando comencé a conversar con él lo sentí tan cercano a mis afectos
familiares, que creí tener en frente a un antiguo tío materno, trotamundos, que
tuviera muchos años sin ver. Por eso desde que comenzó su conversación, tomé
apuntes a mano en mi libreta y no me atreví a encender la pequeña grabadora;
pero pasado algún tiempo de mayor confianza, le pedí que me dejara grabar su
voz para tenerla en el recuerdo y accedió, después de mirar a su esposa. Yo
merecía ese capricho, porque lo había entrevistado apoyado de lápiz y papel,
como aconsejaba él se formaba un verdadero periodista. Sin embargo, cuando de
manera involuntaria le pedí un saludo para sus paisanos de Aracataca, de nuevo
miró a su mujer y dijo: ¡Apaga ese aparato y te digo la verdad!. Pero no hubo
necesidad que me dijera algo. Él se quedó en silencio, porque fue Mercedes, su
mujer, la que explicó con tono airado las veces que su esposo “Gabito” había
intervenido en favor del progreso de Aracataca, porque ya que la había
posicionado ante el mundo como el municipio más parecido al mítico Macondo, le
preocupaba la situación de su pueblo natal, no porque lo criticaran, sino por
las malas administraciones que “por arte de magia” desaparecen los recursos que
facilitaba el Gobierno Nacional: también me dijo doña Mercedes que poseía
documentos para demostrar esas gestiones en pro de Aracataca, pero a “Gabito”
no le interesaba que se mencionara. Entendí entonces, que nuestro Nobel
aplicaba el concepto bíblico de:”no dejar que la mano izquierda se entere lo
que hace la derecha”
Después de esa agradable entrevista con los García Márquez, me puse a
investigar en documentos de historia escritos por Lázaro Diago Julio y Venancio
Aramis Bermúdez, teniendo en cuenta las infidencias de doña Mercedes Barcha. De
esa manera descubro que en 1982 , cuando Gabriel García Márquez obtiene el
Premio Nobel de Literatura, el Presidente de la República era el Doctor
Belisario Betancurt Cuartas, amigo personal del Laureado cataquero, que una vez
se hubieron encontrado, el presidente dijo al Nobel: ¡Gabo, voy a convertir a
tu pueblo en una tacita de plata! “¡Ni pa` el carajo!” -respondió el Nobel “¡Si
antes no consultas con los cataqueros lo que quieren, en una reunión o en un
foro; así te enterarás de sus prioridades!” Y por esa razón el día 15 de marzo
de 1986 arribaron al municipio de Aracataca: La Ministra de Comunicaciones,
Doctora Nohemí Sanín Posada, los delegados de los ministerios, delegados de los
institutos descentralizados, autoridades departamentales y los distintos medios
de comunicación. La alcaldesa Yolanda Marcos de Saade los recibió acompañada de
los concejales y el Gobernador del Departamento: Doctor Jacobo Pérez Escobar, en
el Centro Social Pionner, donde toda una mañana y parte de la tarde organizaron
el “Foro Institucional Pro desarrollo de Aracataca”, presidido por la ministra
de comunicaciones.
Allí
participaron numerosas personas en representación de los diferentes sectores de
la población, en especial los Presidente de las Juntas de Acción Comunal, y
todos hicieron uso de la palabra. Al final, los representantes del Gobierno
Nacional se comprometieron a ser realidad lo siguiente: Telecom: construcción
de un nuevo edificio para la agencia de esta entidad e instalación de una
planta telefónica para doscientos abonados; además de un teléfono monedero para
llamada de larga distancia y la restauración de la Casa del Telegrafista.
Salud: Dotación de una ambulancia para el Puesto de Salud de este lugar y un
moderno equipo de laboratorio. Himat: adecuación del Distrito de Riego de
Aracataca. Ministerio de Educación: Nombramiento de educadores para el colegio
Nacionalizado para ampliar la planta de profesores. Icce: construcción de
nuevas aulas escolares para facilitar el ingreso de más niños a la educación
básica. Colcultura: Restauración de la CASA donde nació el escritor Gabriel
García Márquez. Intra: Refinanciación de la empresa local de Transportes
(“Chivita”) que cubre la ruta Aracataca- Fundación- El retén y facilidades para
que se constituya la Cooperativa de Transportadores de Aracataca Ferrocarriles
Nacionales: Establecimiento del “Tren Turístico” con parada en esta población
para fomentar el Turismo. Sip: Construcción de parques infantiles para fomentar
la recreación de los niños. Fondo financiero de Desarrollo Urbano. (FFDU):
otorgamiento de crédito al municipio de Aracataca para la construcción del
Alcantarillado y modernización del acueducto de la cabecera Municipal. Inderena:
Establecimiento del vivero municipal en las afueras de la población. Sena:
Construcción de un edificio para el centro comunitario para esta localidad.
En menos
de doce años se cumplieron las ejecuciones de las obras, exceptuando la
restauración de la CASA donde nació el Premio Nobel, que apenas en 1996 fue
declarada Monumento Nacional e inaugurada como Casa Museo el 25 de marzo del
2010. También quedaron aplazadas la Casa del Telegrafista, que parece va a ser
refaccionada muy pronto, según informe del Director de la Oficina de Cultura y
Turismo y, el Tren Turístico o “Tren amarillo de Macondo” que ya lleva cuatro
gobernadores sin definir su realidad, pero tan pronto inicie la construcción de
la doble calzada férrea entre el Municipio de Fundación y el Distrito de Santa
Marta, próximamente, también va a ser una realidad.
Habría
que aclarar, que los créditos para la construcción y modernización del
alcantarillado se dieron y las obras se ejecutaron, pero después de veintiocho
años, con una Aracataca de mayor crecimiento urbano y demográfico, las obras
son extremadamente inferiores a la cobertura deseada. También habría que
agregar el crecimiento de la corrupción administrativa, que cada año se ha
intensificado más, pareciendo que en esa población no funcionaran los
organismos de interventorías del Estado, ya que cada año es peor el desgreño y
el hurto oficial, sin castigo a nadie.
Quizás
los buenos vientos de la Ley que se tramita en el Congreso de la República en
pro de la memoria del escritor, permitan un mayor desarrollo a Aracataca, que
el próximo 28 de abril cumplirá “Cien Años de Vida Municipal” y ojalá no sean
“Cien años de soledad”, como en la famosa novela del mítico pueblo de Macondo.
Espero que lo explicado arriba, anule totalmente la ignorante expresión de:
“García Márquez no hizo nada por Aracataca”
Queda
demostrada su preocupación por el pueblo y aún después de fallecido su nombre
seguirá generando estímulos de progreso. Quizás, al no preocuparse en
“cacarear” lo hecho, los políticos locales: llámense Representantes, senadores,
diputados, gobernadores, alcaldes, concejales al inaugurar las obras
gestionadas por él, no mencionaban su nombre y sí decían que era gestión pura
de ellos, jamás de ese hijo que no se preocupaba de su pueblo. Muy aparte de lo
anterior, recuerdo la frase que ese mismo día de la entrevista en Cartagena, me
estampó en libro de “Cien años de soledad”: “Para Rafael Darío, con un abrazo
del paisano que no ha hecho nada por Aracataca, salvo este libo y otros más”.
Por Rafael Darío Jiménez, escritor y periodista, especial para Primerafuente desde Aracataca, Colombia.