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Develan lo que Gabriel García Márquez hizo por su pueblo natal

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Aracataca, el pueblo natal de García Márquez en el caribe colombiano. Foto de Patricia Aguirre Ampliar
En un artículo especial desde Aracataca, el escritor Rafael Darío Jiménez habla de su encuentro con Gabo y saca a la luz la gestión social que hizo el Nobel por Aracataca.

Desde el momento que el fallecido escritor y Premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, comenzó a obtener reconocimientos internacionales por su destacable labor periodística y literaria, se formó un grupo de críticos expresando su inconformidad, porque el autor manifestaba más preferencia por las políticas de izquierda que de los dos partidos tradicionales de su país. Por ello no le perdonaron que en 1972 hubiera entregado una destacable suma millonaria al movimiento MAS hacia el socialismo venezolano, en vez de invertirlo en la problemática social de su pueblo natal Aracataca, carente de un buen servicio de acueducto y alcantarillado y de las más mínimas condiciones de saneamiento básico. Es el momento que suena en la radio comercial un paseo vallenato con el título “Aracataca Espera”, en donde menoscaba al Nobel de Macondo por no ayudar a su pueblo, demeritándolo ante el reconocido boxeador Antonio Cervantes “Kid Pámbele”, quien según la canción del folclor vallenato sí se esmeró por su pueblo San Basilio de Palenque.

Era una situación intolerable para quienes seguíamos al escritor, entendiendo que nunca había aspirado a trabajar en alguna corporación administrativa en su país y que nunca había ocupado un cargo público en su departamento y menos en su municipio Aracataca. Por fortuna, para aclararme las cosas, en septiembre de 1993 tuve la oportunidad de entrevistarlo en un hotel de Cartagena de Indias, donde me citó acompañado de su esposa Mercedes Barcha Pardo. Allá me contó que estando en La Habana, se había encontrado con el escritor Eduardo Márceles Daconte, también de Aracataca, quien lo puso en conocimiento de una investigación que yo estaba adelantando sobre la vida de su abuelo, el famoso coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía. De ese modo nuestra conversación iniciada a las cuatro y diez de la tarde y terminada a las siete y treinta de la noche, solo tocó dos aspectos: El de la vida de su abuelo el coronel Márquez y el de su infancia y niñez en Aracataca, con la posibilidad de él acumular material para sus memorias ”Vivir para Contarla”.


Cuando comencé a conversar con él lo sentí tan cercano a mis afectos familiares, que creí tener en frente a un antiguo tío materno, trotamundos, que tuviera muchos años sin ver. Por eso desde que comenzó su conversación, tomé apuntes a mano en mi libreta y no me atreví a encender la pequeña grabadora; pero pasado algún tiempo de mayor confianza, le pedí que me dejara grabar su voz para tenerla en el recuerdo y accedió, después de mirar a su esposa. Yo merecía ese capricho, porque lo había entrevistado apoyado de lápiz y papel, como aconsejaba él se formaba un verdadero periodista. Sin embargo, cuando de manera involuntaria le pedí un saludo para sus paisanos de Aracataca, de nuevo miró a su mujer y dijo: ¡Apaga ese aparato y te digo la verdad!. Pero no hubo necesidad que me dijera algo. Él se quedó en silencio, porque fue Mercedes, su mujer, la que explicó con tono airado las veces que su esposo “Gabito” había intervenido en favor del progreso de Aracataca, porque ya que la había posicionado ante el mundo como el municipio más parecido al mítico Macondo, le preocupaba la situación de su pueblo natal, no porque lo criticaran, sino por las malas administraciones que “por arte de magia” desaparecen los recursos que facilitaba el Gobierno Nacional: también me dijo doña Mercedes que poseía documentos para demostrar esas gestiones en pro de Aracataca, pero a “Gabito” no le interesaba que se mencionara. Entendí entonces, que nuestro Nobel aplicaba el concepto bíblico de:”no dejar que la mano izquierda se entere lo que hace la derecha”


Después de esa agradable entrevista con los García Márquez, me puse a investigar en documentos de historia escritos por Lázaro Diago Julio y Venancio Aramis Bermúdez, teniendo en cuenta las infidencias de doña Mercedes Barcha. De esa manera descubro que en 1982 , cuando Gabriel García Márquez obtiene el Premio Nobel de Literatura, el Presidente de la República era el Doctor Belisario Betancurt Cuartas, amigo personal del Laureado cataquero, que una vez se hubieron encontrado, el presidente dijo al Nobel: ¡Gabo, voy a convertir a tu pueblo en una tacita de plata! “¡Ni pa` el carajo!” -respondió el Nobel “¡Si antes no consultas con los cataqueros lo que quieren, en una reunión o en un foro; así te enterarás de sus prioridades!” Y por esa razón el día 15 de marzo de 1986 arribaron al municipio de Aracataca: La Ministra de Comunicaciones, Doctora Nohemí Sanín Posada, los delegados de los ministerios, delegados de los institutos descentralizados, autoridades departamentales y los distintos medios de comunicación. La alcaldesa Yolanda Marcos de Saade los recibió acompañada de los concejales y el Gobernador del Departamento: Doctor Jacobo Pérez Escobar, en el Centro Social Pionner, donde toda una mañana y parte de la tarde organizaron el “Foro Institucional Pro desarrollo de Aracataca”, presidido por la ministra de comunicaciones.

Allí participaron numerosas personas en representación de los diferentes sectores de la población, en especial los Presidente de las Juntas de Acción Comunal, y todos hicieron uso de la palabra. Al final, los representantes del Gobierno Nacional se comprometieron a ser realidad lo siguiente: Telecom: construcción de un nuevo edificio para la agencia de esta entidad e instalación de una planta telefónica para doscientos abonados; además de un teléfono monedero para llamada de larga distancia y la restauración de la Casa del Telegrafista. Salud: Dotación de una ambulancia para el Puesto de Salud de este lugar y un moderno equipo de laboratorio. Himat: adecuación del Distrito de Riego de Aracataca. Ministerio de Educación: Nombramiento de educadores para el colegio Nacionalizado para ampliar la planta de profesores. Icce: construcción de nuevas aulas escolares para facilitar el ingreso de más niños a la educación básica. Colcultura: Restauración de la CASA donde nació el escritor Gabriel García Márquez. Intra: Refinanciación de la empresa local de Transportes (“Chivita”) que cubre la ruta Aracataca- Fundación- El retén y facilidades para que se constituya la Cooperativa de Transportadores de Aracataca Ferrocarriles Nacionales: Establecimiento del “Tren Turístico” con parada en esta población para fomentar el Turismo. Sip: Construcción de parques infantiles para fomentar la recreación de los niños. Fondo financiero de Desarrollo Urbano. (FFDU): otorgamiento de crédito al municipio de Aracataca para la construcción del Alcantarillado y modernización del acueducto de la cabecera Municipal. Inderena: Establecimiento del vivero municipal en las afueras de la población. Sena: Construcción de un edificio para el centro comunitario para esta localidad.

En menos de doce años se cumplieron las ejecuciones de las obras, exceptuando la restauración de la CASA donde nació el Premio Nobel, que apenas en 1996 fue declarada Monumento Nacional e inaugurada como Casa Museo el 25 de marzo del 2010. También quedaron aplazadas la Casa del Telegrafista, que parece va a ser refaccionada muy pronto, según informe del Director de la Oficina de Cultura y Turismo y, el Tren Turístico o “Tren amarillo de Macondo” que ya lleva cuatro gobernadores sin definir su realidad, pero tan pronto inicie la construcción de la doble calzada férrea entre el Municipio de Fundación y el Distrito de Santa Marta, próximamente, también va a ser una realidad.

Habría que aclarar, que los créditos para la construcción y modernización del alcantarillado se dieron y las obras se ejecutaron, pero después de veintiocho años, con una Aracataca de mayor crecimiento urbano y demográfico, las obras son extremadamente inferiores a la cobertura deseada. También habría que agregar el crecimiento de la corrupción administrativa, que cada año se ha intensificado más, pareciendo que en esa población no funcionaran los organismos de interventorías del Estado, ya que cada año es peor el desgreño y el hurto oficial, sin castigo a nadie.

Quizás los buenos vientos de la Ley que se tramita en el Congreso de la República en pro de la memoria del escritor, permitan un mayor desarrollo a Aracataca, que el próximo 28 de abril cumplirá “Cien Años de Vida Municipal” y ojalá no sean “Cien años de soledad”, como en la famosa novela del mítico pueblo de Macondo. Espero que lo explicado arriba, anule totalmente la ignorante expresión de: “García Márquez no hizo nada por Aracataca”

Queda demostrada su preocupación por el pueblo y aún después de fallecido su nombre seguirá generando estímulos de progreso. Quizás, al no preocuparse en “cacarear” lo hecho, los políticos locales: llámense Representantes, senadores, diputados, gobernadores, alcaldes, concejales al inaugurar las obras gestionadas por él, no mencionaban su nombre y sí decían que era gestión pura de ellos, jamás de ese hijo que no se preocupaba de su pueblo. Muy aparte de lo anterior, recuerdo la frase que ese mismo día de la entrevista en Cartagena, me estampó en libro de “Cien años de soledad”: “Para Rafael Darío, con un abrazo del paisano que no ha hecho nada por Aracataca, salvo este libo y otros más”.

Por Rafael Darío Jiménez, escritor y periodista, especial para Primerafuente desde Aracataca, Colombia.