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Concepción: fieles manifestaron su fe por el santo del trabajo

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Masiva concurrencia de los feligreses en el Día de San Cayetano, patrono de la Providencia. Ayer, devotos del santo participaron de la celebración en la capilla San Cayetano, en el barrio Obrero.
La celebración arrancó, a la 0,  con una misa y  el tradicional saludo del santo a los peregrinos en las puertas del templo. Luego, a las 17,  se desarrolló la multitudinaria  procesión por las calles del lugar. 

 “Todos los años nos visitan miles de personas. Existe mucha devoción por  San Cayetano, no sólo aquí, en todo el país. La gente pide  trabajo fundamentalmente, porque dignifica al hombre”,  señaló el párroco, Mario Armas. 

Una multitud desbordó los alrededores de la capilla San Cayetano de la parroquia María Reina de Concepción. Durante todo el día hubo una imponente demostración de fe al santo del Pan y el Trabajo.

“Tengo mucha fe en el santito y le pido salud y trabajo por mis hijos y mis nietos. Siempre es cumplidor y por eso nosotros le cumplimos a él y estamos aquí presente”, señaló, a primerafuente, una vecina que hace más de 30 años que participa de la festividad. 

En tanto  Ricardo García, oriundo de La Trinidad (localidad distante a 10 Km. de Concepción) quien se confesó  devoto del santo de toda la vida, indicó que es el más popular y convocante de todos, “cada año arrastra más gente y de diferentes localidades y todos coincidimos que  nunca nos desampara”. 

Antes de culminar los actos religiosos que duraron prácticamente todo el día y  cerraron con la Eucaristía, cerca de las 21, el párroco Armas, explicó, quién fue este santo y por qué tiene tanta popularidad entre los fieles. 


“Era un sacerdote que durante la mañana era secretario del papa y por la tarde se dedicaba a hacer caridad. Venía de una familia rica y todo que lo había heredado se los dio a los pobres. Prácticamente, él se abandonó a vivir el evangelio. Una de las cosas que San Cayetano nos invita es,  abandonarnos a Dios, es decir, a confiar en Dios”, contó el cura. 


 La vida de Cayetano: el conde que se convirtió en sacerdote

Cayetano di Thiene llegó al mundo 1 de octubre de 1480 en Vicenza (Italia) en el seno de la familia de los condes de Thiene. Fue el último de los tres hijos del conde Gásparo di Thiene —un militar que murió en 1492— y de la condesa María Da Porto, una laica que se consagró a la orden de Santo Domingo.

Fue bautizado con el nombre de un tío que era canónigo docente de Derecho en la Universidad de Padua, fallecido poco antes de su nacimiento.


Cayetano vivió en total austeridad y sus promulgaciones de pobreza enojó a los clérigos que querían seguir disfrutando de las comodidades
En 1503, recibió el doble doctorado en Derecho Civil y Canónico por la Universidad de Thiene. Poco más tarde, fue nombrado protonotario apostólico en la corte del papa Julio II, en Roma.

Desde ese lugar ayudó a reconciliar a la Santa Sede con la República de Venecia y posteriormente se retiró de la vida cortesana, en 1513, para fundar una sociedad de sacerdotes y prelados, el Oratorio del Amor Divino. En 1514 fue ordenado sacerdote.

Ya dedicado de lleno a la vida religiosa fue confesor y fundó el Ospedale degli Incurabili, un hospital para enfermos incurables donde conoció a la joven del primer milagro.

Cayetano vivió en total austeridad y sus promulgaciones de pobreza enojó a los clérigos que querían seguir disfrutando de las comodidades, pero cientos de jóvenes romanos se unieron a la vida de Clérigos Regulares que Cayetano proponía. 

Murió el 7 de agosto de 1547, a los 67 años, a causa de una enfermedad.

Por Rafael Medina- (Video) Horacio Arias.-