Era una fiesta organizada por una agrupación para celebrar el Día del Hincha de Atlético Tucumán, pero para una familia que vive frente al estadio, en la esquina de 25 de Mayo y Chile, fue un verdadero calvario. Fueron golpeados, robados y humillados por un grupo de violentos que dicen ser hinchas del club, que justamente ese día recordaba a Luis Caro, víctima de la violencia que empaña al fútbol y destrozó a una familia.

Pero poco parecía importarle a ese grupo que aparece identificado como los barras brava de Atlético, cuando patearon, golpearon a mujeres y hombres, incluso los varones de la familia con cierta discapacidad fueron blanco de la barbarie. Si bien la policía se hizo presente en el lugar, el número de violentos les impidió cumplir con su trabajo y las víctimas, tuvieron que encerrarse en sus viviendas esperando que todo termine cuanto antes.

La furia de los violentos se desató porque uno de los hermanos de Mariela Goméz, quien hizo pública la denuncia, pensó que era una buena idea aprovechar la ocasión para vender unas bebidas y unos sanguches, para poder ayudar a su madre que padece una larga enfermedad y que la mantiene postrada en una cama. Sin embargo, no contó que el mercado le pertenece a unos pocos, a una familia reconocida por todos y muy poco mencionada por temor a represalias, como lo son los Acevedo. "Hombres y mujeres comenzaron a patear a mi hermano que es discapacitado y lo dejaron inconscicentes en el suelo", relató Mariela a los periodistas de "Alguien nos Perdonará" por FM Metropolitana.

"Son los mismos de siempre, los Acevedo que se creen dueño de los alrededores del club. Cada vez que hay un partido somos prisioneros, no podemos salir de nuestras casas y nadie nos protege", dijo angustiada la mujer, quien señaló que su familia vive en esa casa hace más de 80 años. Pero admitió que todo cambió desde que Atlético juega en la Primera División, desde entonces notan mayor desamparo y violencia de parte de los hinchas, que generan todo tipo de vandalismo en la zona.

"Los vecinos estamos intentando hablar con Mario Leito, el presidente del club, para que se hagan cargo de la seguridad y el control sobre esa gente que tanto daño nos hacen", afirmó Mariela. El encuentro podría darse este miércoles, según le prometieron a Mariela.

"El sábado vivimos un verdadero infierno, en pocos minutos, nos robaron y golpearon, y cuando llegó la policía nos seguían amenazando para que no hagamos las denuncias", contó Mariela. "No les importó que había niños, entraron a mi casa y nos robaron el dinero, además de romper todo lo que quisieron", agregó.

"Por eso estamos juntando firmas con los vecinos para que el señor Leito se haga cargo y nos garantice la seguridad y nos devuelva la tranquilidad", finalizó Mariela.