En diálogo con Radio Prensa, el escritor y periodista argentino Mempo Giardinelli reflexionó acerca de las “advertencias” que desde la Sociedad Rural Argentina le hicieron al presidente electo Alberto Fernández, abriendo el paraguas ante la posibilidad de que el nuevo gobierno modifique el esquema de retenciones al campo.
“Las amenazas son inadmisibles en un país en democracia. Es antidemocrático amenazar a un gobierno antes de que asuma. Cuando asumió Mauricio Macri hace 4 años a nadie se le ocurrió decirle que si tomaba ciertas medidas le íbamos a parar la república. Eso no se hace, es una regla política fundamental. Me parece que están muy confundidos o atemorizados los grandes terratenientes. Porque no es toda la gente del campo la que está involucrada en esta amenaza, los que salieron a amedrentar a un gobierno que todavía no asumió son las grandes corporaciones que tienen intereses desmedidos y que quieren no pagar impuestos. Quieren evitar las retenciones, como si estas no fueran una necesidad en Argentina. Esto pone de manifiesto que tienen cero solidaridad y compromiso con la república”, sostuvo.
En cuanto al trasfondo de la amenaza, el intelectual advirtió que “Argentina tiene tal grado de concentración que no se ve ni siquiera en Estado Unidos o en los países más capitalistas. En Australia, por ejemplo, no existe ningún propietario que tenga más de 2 mil hectáreas, y acá tenemos grandes terratenientes que acumulan en sus manos enormes cantidades de tierra. Según el censo agropecuario del año pasado, tenemos 836 propietarios con más de 20 mil hectáreas. Sabemos que algunas llegan hasta el millón de hectáreas. Esos son los que quieren amenazar con hacer piquetes y cortar rutas para no pagar los impuestos como corresponde. Todos estos terratenientes que no quieren pagar impuestos, son los mismos que pretenden afirmase como salvadores de la patria con sus exportaciones. Pero hay denuncias que 1 de cada 3 barcos exportadores salen en negro, no están declarados. Tenemos que investigarlos”.
Consultado sobre el discurso “el campo somos todos”, que lograron imponer en 2008 durante la discusión por la 125, Giardinelli sostuvo que “en el 2008 se nos quiso hacer creer que todos éramos dueños del campo. El campo no somos todos. Una persona clase media, laburante, no es el campo. Pero se ha engañado a mucha gente para que piensen que esto es así para desviar la atención de la que debería ser la verdadera discusión acerca del campo. Tenemos que discutir sobre la gran concentración de tierras en manos de unos pocos y de los impuestos que deberían pagar y que tanto se resisten a pagar. En el 2008 lograron que mucha gente salga a defender los intereses de la Sociedad Rural y deje de lado los derechos propios. Esto no va a volver a pasar porque hay una mayor conciencia al respecto. El pueblo Argentino ahora sabe que no todos somos el campo. El país ha madurado y ha cambiado, y eso se vio reflejado en las urnas. Eso es lo que los tiene preocupados ahora”.
En este marco, el multipremiado escritor sostiene que es necesario “cambiar la mirada que se tiene de lo que llamamos el campo”. “Usted sabe que hay más de 600 pueblos en el país que quedaron despoblados por obra de los pools. Hay ciudades en Santa Fe y Córdoba en donde el promedio de muerte por cáncer triplica la media nacional, debido al uso indiscriminado del glifosato y otros venenos. Todo eso hay que controlarlo. Espero que el próximo gobierno se ocupe de todas esas cosas. Que se cumplan las leyes de protección al bosque que no se están respetando. Se siguen deforestando miles de hectáreas para plantar la soja que tan mal le hace a nuestras tierras”, agregó.
Sobre las expectativas que le genera el gobierno que asume el 10 de diciembre, Giardinelli subrayó: “Es un absurdo que en la Argentina haya gente con hambre. La verdad que no sé cómo Fernández va a solucionar esto porque aún no es gobierno. No se puede hacer futurología sobre algo que no sabemos cómo va a ser. No hay un cogobierno con Macri. El único que está gobernando es Macri. Espero que se vayan, que sean felices, pero que no perturben la marcha del nuevo gobierno. Aún ahora que ya se están yendo siguen haciendo cosas en contra de la república. Es un disparate querer garantizar la estabilidad de los funcionarios en cargos jerárquicos por decreto. Una de las primeras decisiones que tiene que tomar Alberto Fernández es derogarlos. Que se vayan del país si quieren, que sean felices, pero que no sean un obstáculo para el nuevo gobierno”.
