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Pablo Yedlin avizora un "importante triunfo del peronismo en Tucumán"

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El senador nacional cuestiona a la Corte Suprema y advierte por “el riesgo de que un país federal vaya a un país unitario judicial”. A nivel nacional, asegura que para el Frente de Todos es fundamental “una fórmula competitiva”, sea que se defina por unidad o interna.

En la previa de las elecciones en su provincia, previstas para el 11 de junio próximo luego del levantamiento de la suspensión por parte de la Corte Suprema, el senador nacional Pablo Yedlin confiesa tener la “sensación” de que “el peronismo se dirige hacia un triunfo importante en Tucumán”.

Cabeza de la lista oficial de candidatos a legisladores provinciales, el tucumano revela en diálogo con parlamentario.com que, más allá de los resultados, no está definido si en diciembre dejará su banca o no en la Cámara alta. En caso de renunciar, lo reemplazaría Juan Manzur, el exgobernador que tuvo que bajarse del puesto de vice.

En relación a la medida que tomó el pasado 9 de mayo el máximo tribunal, el legislador el Frente de Todos cuestiona que “hay una Corte Suprema de Justicia que ha perdido mucha legitimidad” y advierte: “Hay que tener mucho cuidado porque tenemos el riesgo de que un país federal vaya a un país unitario judicial”.

Por otro lado, en relación al plano nacional, el senador considera que, independientemente de que se defina por unidad o por una interna, “lo más importante es que el peronismo tenga una fórmula que sea competitiva contra la derecha argentina”, en alusión a Juntos por el Cambio.

“El planteo de una economía de derecha, en la que cada uno se salve solo, es el planteo de Mauricio Macri, (Horacio Rodríguez) Larreta y (Patricia) Bullrich. (Javier) Milei tiene una cosa mucho más descabellada y me parece que ni siquiera vale la pena pensar en lo que plantea porque es absolutamente irrealizable”, diferencia entre la principal coalición opositora y el líder de La Libertad Avanza.

-¿Cómo se retomó la campaña electoral en Tucumán después de lo que fue la suspensión dispuesta por la Corte y el paso al costado posterior de Juan Manzur?

Esa semana que estábamos encaminándonos a la elección, la población estaba en modo electoral; esos días los debates y la publicidad aumentan en intensidad, y ese martes (9 de mayo) estábamos en pleno apogeo y la gente pensando en la elección, cada uno con sus aspiraciones, voluntades y sueños. Por eso, la decisión de la Corte cayó como un baldazo de agua helada, fue una cosa muy rara, porque es como que de pronto el tiempo se detuvo.

Al no dejarlo ser vicegobernador, (Juan) Manzur da un paso al costado y se produce la elección de Miguel Acevedo; ahí todo empezó lentamente a moverse de nuevo. Recién la otra semana supimos cuando iba a ser de nuevo la elección, cuando la Corte levantó la suspensión. Pero esos fueron días con una sensación de tiempo detenido.

Ahora estamos en las últimas dos semanas y vuelve a tomar fuerza la campaña. En lo que va a pasar con los resultados electorales, no creo que haya mayores diferencias respecto de lo que podría haber pasado el 14 de mayo.

La sensación que tengo es que el peronismo se dirige hacia un triunfo importante en Tucumán, con una diferencia importante de votos. Veremos sobre el sistema de acoples cómo se define la Legislatura, pero vaticino que el peronismo va a seguir teniendo mayoría. Y en cuanto a los municipios no creo que haya muchas sorpresas tampoco.

-¿Qué expectativa tiene respecto a la capital de la provincia?

La discusión más que nada está dada en San Miguel de Tucumán, sí, con la esposa del actual intendente, la senadora Beatriz Ávila contra la doctora Rossana Chahla, que es diputada hoy y exministra de Salud de la provincia. Lo destacable es que por primera vez San Miguel va a tener una intendenta mujer en la historia. Chahla está con posibilidades de ganar, más allá de que sabemos que la capital es una jurisdicción compleja para el peronismo.

-Ahora la oposición también ha cuestionado la nueva fecha de las elecciones.

Hay otro amparo pedido por la oposición acerca de que la elección no puede llevarse adelante en junio, sino que debe ser en agosto. A mí manera de ver no tiene mucho sentido el planteo, porque si bien es verdad que la Constitución del 2006 de Tucumán dice eso, de que deben ser 60 días antes de octubre, esos artículos han sido declarados inconstitucionales tiempo atrás por un fallo firme que no ha sido apelado y ya hubo elecciones en junio, las de 2019. Esto ahora está en manos de la Corte Suprema y habrá que estar con la incertidumbre en la boca hasta el día de la elección.

-El oficialismo en la Cámara de Diputados sumó la decisión de la Corte como una causal al juicio político que se lleva adelante, ¿qué opina?

Es una causal sin duda. Nosotros somos la cámara que juzgamos, así que no opinamos mucho hasta que esto esté resuelto en Diputados, pero la verdad es que hay varias cosas que se van descubriendo que son muy preocupantes, como lo que tiene que ver con manejos discrecionales de la obra social, y de contratos a determinados camaristas para que fallen a favor de juicios donde están involucrados los mismos tribunos.

La verdad que son cosas muy complejas de una Corte Suprema de Justicia que ha perdido mucha legitimidad. Con lo del Consejo de la Magistratura, al volver a hacer funcionar una ley que estaba derogada, claramente eso no se puede hacer, la Corte no puede legislar. Además de meterse con la conformación de los bloques (del Senado). Y el tema de la coparticipación…son cosas en las que no ha estado a la altura de las circunstancias. Hay que tener mucho cuidado porque tenemos el riesgo de que un país federal vaya a un país unitario judicial. Es un tema que preocupa a los argentinos o debería preocuparnos.

-Yendo al plano nacional, ¿piensa que el Frente de Todos debe tener fórmula única o PASO en las presidenciales?

Para mí lo más importante es que el peronismo tenga una fórmula que sea competitiva contra la derecha argentina que es la que se va a presentar en las elecciones como modelo alternativo para la sociedad argentina. La fórmula puede surgir del acuerdo entre los compañeros que dirigen los partidos o puede surgir de las PASO, son dos posibilidades abiertas.

Es difícil para mí pensar en un acuerdo total porque ya hay compañeros que han expresado su intención de participar, como (Daniel) Scioli, (Agustín) Rossi y (Juan) Grabois. Además entendemos que el compañero (Eduardo) “Wado” de Pedro tiene intenciones; no sé qué hará Sergio Massa y alguno de los gobernadores del Norte. Hay muchos candidatos posibles, pero creo que desde las PASO o desde ponerse de acuerdo, lo más importante es que sea competitiva y con propuestas claras de programa de gobierno que puedan ser comparables con lo que la derecha está ofreciendo, que es menos salud pública, menos educación pública, menos presencia del Estado para los que menos tienen y una cosa medio de que “se salve el que pueda o el que ha nacido con méritos”.

-¿Cómo se llega a la gente con propuestas de campaña cuando lo que más aqueja es la inflación creciente y los salarios bajos?

Obviamente que llegar a un proceso electoral con los niveles de inflación que tenemos y el atraso que los salarios e ingresos de la población tienen respecto a los precios es un desafío enorme, muy difícil de resolver. Lo que tenemos que hacer es indicarle (a la sociedad) que de este tema se va a salir. Ahora, se puede salir por un lado o por otro. Hay que mostrar las causales.

Obviamente hay responsabilidad de este Gobierno, del cual formo parte, pero sin quitar eso, este Gobierno no apareció de la nada, de un día para el otro, tiene una deuda heredada enorme de la cual todavía no sabemos bien qué se hizo y que además está judicializada y va a haber responsables seguramente penales sobre la deuda con el FMI de los 47 mil millones de dólares. También tenemos que pensar que tuvimos que pasar una pandemia, una situación totalmente excepcional para el mundo en el que hubo que cerrar la economía por un tiempo, hubo que comprar vacunas y solidificar un sistema de salud que estaba muy debilitado. Tuvimos una guerra con precios de combustibles enormemente elevados en todo el mundo que nos complicó también. Y la sequía.

Toda esta historia existió, obviamente tenemos responsabilidad, pero el tema es hacia dónde salimos de esta crisis económica que tenemos. Si vamos a salir a un país que crea en que cada uno tiene que tener lo que se merece solamente en base a sus méritos y no entender que hay gente muy por detrás de la línea de partida y el Estado tiene que ayudarla a poder ponerse en algún nivel competitivo, en un Estado que asegure la educación pública con universidades gratuitas, con salud y vacunas gratuitas, o no. O creemos que el país liberado al mercado, abierto a las importaciones, con el flujo de ganancias de las empresas que pueda salir cuando quieran…todas estas ideas que ya probamos en Argentina con el gobierno de Mauricio Macri. Mi opinión es que esa manera no es la salida.

-¿Cómo ve la figura de Javier Milei?

El planteo de una economía de derecha, en la que cada uno se salve solo, es el planteo de Mauricio Macri, (Horacio Rodríguez) Larreta y (Patricia) Bullrich. (Javier) Milei tiene una cosa mucho más descabellada y me parece que ni siquiera vale la pena pensar en lo que plantea porque es absolutamente irrealizable. Milei es un fenómeno social que tiene que ver mucho más con la antipolítica, con los jóvenes y esto de sentirse “libre”, pero que no tiene, a mi manera de ver, ninguna plausibilidad real de gobierno.

Creo que el peronismo tiene que discutir con el programa de Macri, que es el programa de Patricia Bullrich, que es la que entiendo tiene mejores mediciones hoy y posibilidades de ganar en el espacio opositor. La discusión es un país manejado por Bullrich-Macri o por el peronismo, entendiendo que estamos en una situación compleja, pero también que acá se puede salir de varias maneras: se puede salir para pocos, sobre todo para los que viven cerca de la Ciudad de Buenos Aires, o se puede salir para todo el país, sobre todo para los que menos tienen y más necesitan.

-Por otra parte, usted es médico y preside la Comisión de Salud del Senado. En estos últimos años han avanzado varias leyes en materia sanitaria, ¿qué balance hace?

Hemos trabajado mucho y hemos tenido buenos resultados. La ley de compra de vacunas de Covid, la ley de receta digital, la ley de resistencia antimicrobiana, la ley de enfermería, la ley de cardiopatías congénitas, la ley del certificado único de discapacidad, todas han sido leyes que han salido por grandes mayorías, no han sido mezquinas ni se ganaron por un voto o no. Eso ha tenido que ver con el trabajo de consenso donde yo siempre creo que el rol más importante, y que hay que destacar, es el de la oposición.

Tanto en Diputados como en Senadores hemos encontrado una voluntad de entender -me parece que la pandemia ayudó también a tener una mirada distinta sobre la salud pública- que estos temas no son temas de grieta política y que, en definitiva, las leyes son de todos.

-Además hay organizaciones y colectivos que se están movilizando cada vez más en reclamo de sus necesidades.

Sí, hay una movilización social importante en temas de salud de colectivos que entienden que sus derechos no están alcanzados. Un ejemplo ha sido la ley de VIH. El gran desafío de nosotros como legisladores es encauzar estos movimientos e intentar no legislar por cada patología o por cada colectivo movilizado; muchas veces detrás de estos colectivos también está la industria. Se trata de hacer leyes estructurales que le den sostenibilidad en el tiempo al sistema sanitario argentino.

-Este año el oficialismo ha perdido, como interbloque, la condición de primera minoría en el Senado, ¿cómo cree que se trabajará con la oposición en medio de la campaña?

Un Senado sin mayoría es un Senado extraño para Argentina, la democracia argentina ha tenido siempre mayorías claras en el Senado y es la primera vez que esto no ocurre. Esto genera una obligación de consensos mucho más grande, de diálogo. Además, hacen falta oposiciones que sean constructivas, y eso se dificulta en un año electoral donde las mezquindades son permanentes. Un ejemplo ha sido la mezquindad de la oposición de no querer votar los acuerdos de los jueces que no sean de Santa Fe y Rosario en la sesión anterior, donde quedaron por fuera jueces de Salta, de Tucumán y de varios lugares, que ya tenían acuerdo. Algunos incluso llevan un proceso de más de cinco años.

Nosotros no negamos la necesidad de que Santa Fe y Rosario necesiten jueces, pero hay que pensar en toda la Argentina. Considero que, en lo que resta de este año, tenemos que trabajar en encontrar los puntos medios que nos permitan competir electoralmente pero trabajar para todos los argentinos./Melisa Yofré- parlamentaril.com