Durante la madrugada del 16 de enero de 2023, un grupo de agentes de Infantería ingresó a una de las celdas de la dependencia policial de Yerba Buena y mientras dormían los 20 reos allí alojados, comenzaron a desnudarlos para luego apilarlos y golpearlos brutalmente. Así se lo informó la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura al abogado Carlos Garmendia, por ese entonces delegado de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación, quien inició un pedido de habeos corpus correctivo y una denuncia en contra de los uniformados.
Este martes 20 de abril, más de un año después del hecho, finalmente se formalizó la investigación contra los 19 policías involucrados en el caso. La fiscala Mariana Rivadeneira acusó al personal de Infantería por los delitos de vejaciones y apremios ilegales y por lesiones agravadas. La subjefa de la comisaría, Fabiana Villagrán, también quedó acusada por el mismo delito a pesar de no haber participado en las agresiones.
El comisionado civil de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, Fernando Korstanje, explicó en Prensa Multimedios que desde que se presentó el informe sobre la comisaría de Yerba Buena no hubo muchos avances en la prevención de este tipo de hechos, más allá de la concreción de una mesa de diálogo.
"En este caso -de Yerba Buena- pudimos documentar las torturas y vejaciones, algo que no sucede muy a menudo. Ahora tenemos una restricción de acercamiento de los policías denunciados, que no pueden acercarse a menos de 200 metros de los presos que torturaron. Pero, para cumplir con la orden judicial, el jefe de Polícia decide que no apartará al personal de sus funciones y en cambio decide movilizar a los presos a otras comisarías y distribuirlos lo más lejos posible. Es decir, los castiga", agregó.
En este sentido, explicó cómo funciona el "Protocolo para la prevención de la tortura y otros tratos crueles o penas degradantes". "Tiene como misión prevenir y se previene haciendo visitas. Somos 9 personas autorizadas para ingresar a los lugares de detención y realizar las tareas que creamos pertinentes para elevar informes a las autoridades. Es un proceso lento y así ocurre en todo el mundo, lamentablemente", sostuvo.
"Nadie tortura mientras lo están viendo. Por eso el mecanismo es
observación y corrección. Es un proceso bastante diplomático, un
mecanismo muy colaborativo, donde necesitamos del diálogo con las
autoridades", añadió.
Y consideró fundamental para erradicar la tortura, combatir los prejuicios sociales. "Respetar los derechos de los presos no es un premio, es un piso de derechos humanos. No hay que confundir ese concepto. Se trata de respetar los derechos humanos y estos son para todos los humanos", sentenició.
