Los primeros signos de tensión surgieron dentro del estadio, donde hinchas de Santa Ana denunciaron un intento de robo de banderas por parte de simpatizantes de Jorge Newbery. Sin embargo, la situación escaló a niveles críticos una vez finalizado el encuentro.
Los hechos más graves se registraron en el centro de Alberdi, específicamente en la intersección de Av. Sarmiento y San Martín. Allí, al menos tres colectivos que transportaban a hinchas de Santa Ana se encontraron con jóvenes locales, lo que derivó en un violento enfrentamiento. Videos captados por testigos evidencian cómo personas de los colectivos descendieron para agredir brutalmente a jóvenes de Alberdi.
Las versiones sobre el detonante son opuestas: los simpatizantes de Santa Ana sostienen que sus colectivos fueron apedreados antes del enfrentamiento, mientras que los vecinos y allegados a los heridos denuncian una agresión sin provocación previa.
El saldo de la violencia es preocupante: al menos dos jóvenes de Alberdi resultaron con heridas graves. Uno de ellos requirió tres puntos de sutura en la boca y está bajo observación por posible traumatismo de cráneo, mientras que otro recibió siete puntos de sutura. También se reportaron lesiones leves en otras personas.
A la violencia física se sumó un robo: un joven trabajador de la zona fue despojado de herramientas cruciales para su labor diaria, incluyendo una hidrolavadora y una aspiradora. Aunque su motocicleta fue recuperada, la pérdida de estas herramientas representa un duro golpe a su sustento.
Este incidente pone nuevamente en el centro del debate la organización de la Liga Tucumana de Fútbol y las implicancias de sus decisiones en la seguridad de la comunidad.