La investigación estuvo dirigida por la Unidad Fiscal de Homicidios I, a cargo del fiscal Pedro León Gallo, mientras que la acusación fue sostenida en audiencia por el auxiliar de fiscal Lucas Maggio, quien presentó ante el juez los elementos probatorios que fundamentaron la responsabilidad del imputado.

De acuerdo con la investigación, el episodio se produjo el 20 de julio de 2025 alrededor de las 13:30 horas, en inmediaciones de pasaje Ricardo Balbín, en el barrio Santo Cristo, en Banda del Río Salí. Allí, tras una discusión entre vecinos, el acusado utilizó una botella de vidrio para agredir físicamente a la víctima, provocándole heridas graves en la región torácica.

El ataque ocasionó una lesión vascular severa en la arteria subclavia izquierda, lo que requirió una intervención quirúrgica de urgencia para salvarle la vida.

La víctima permaneció internada 16 días y actualmente continúa con secuelas en su mano izquierda.

El origen de la pelea

Según los testimonios recabados durante la investigación, la confrontación se habría originado por problemas de convivencia previos entre los vecinos. Por un lado, el padre de la víctima declaró que la discusión pudo haberse generado porque el imputado habría robado una garrafa tiempo atrás, o bien porque este le pidió un cigarrillo a su hijo y no se lo dio.

La propia víctima ratificó esta versión en su testimonio telefónico, donde explicó que al llegar a su domicilio el acusado le solicitó un cigarrillo. Ante la negativa, le reclamó además la devolución de la garrafa presuntamente sustraída.

Esta recriminación desató los insultos y los empujones, hasta que el agresor tomó una botella y la utilizó como arma, provocándole las graves lesiones.

La prueba y la sentencia

Durante la audiencia, el representante del MPF detalló las principales pruebas recolectadas: actas policiales, pericias médicas y criminalísticas, así como declaraciones testimoniales de vecinos y familiares que coincidieron en señalar al acusado como autor del ataque.

Con la asistencia de su defensa, el imputado reconoció su responsabilidad penal y aceptó la calificación legal y la pena propuesta. La víctima y su familia fueron informados previamente del acuerdo y dieron su conformidad, lo que permitió avanzar con la homologación judicial.

De esta manera, el magistrado actuante dictó sentencia condenatoria conforme a lo acordado, destacando la validez del procedimiento abreviado.

Al finalizar la audiencia, el auxiliar de fiscal Lucas Maggio expresó: “En este caso se valoraron tanto las circunstancias atenuantes como los agravantes. Entre las primeras, se tuvo en cuenta la presentación voluntaria del imputado ante la policía y su reconocimiento de responsabilidad, lo que permitió avanzar rápidamente hacia una resolución. Como agravantes, se ponderó la gravedad de la lesión ocasionada, que puso en riesgo la vida de la víctima, y el hecho de que el acusado ya contaba con una condena condicional previa por el delito de lesiones leves agravadas por el vínculo. El equilibrio de estos factores derivó en la pena de un año de prisión efectiva, que consideramos justa y proporcional al hecho cometido”./MPF