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”Solo quiero volver a mi vida”: el pedido desesperado de Agustina Peñalva en vivo

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Conmovida hasta las lágrimas, por el acoso que sufre desde hace meses, la periodista de C5N relató detalles de la persecución que vive y cómo su rutina se vio alterada por la presencia constante de custodios y la dependencia de un botón antipánico.

La noche del miércoles, en plena transmisión de C5N, la periodista y locutora Agustina Peñalva se quebró en cámara al relatar el hostigamiento del que viene siendo víctima desde hace varios meses.

Su testimonio –expuesto con la voz entrecortada y en llanto– dejó al descubierto una realidad que golpea a muchas mujeres, pero pocas veces se visibiliza con tanto dolor. “Hace dos meses que vengo atravesando una situación. Mi situación en este momento es como tener una tobillera, pero estoy atada a este dispositivo que es un botón antipánico”, comenzó diciendo en una emisión que rápidamente impactó a sus colegas y a la audiencia.

Frente a las cámaras, Peñalva expuso el calvario que vive desde hace dos meses, cuando un hombre identificado como Walter inició una seguidilla de ataques a través de las redes sociales.

“Desde principios de agosto vengo con una persona que me viene acosando, en principio a través de las redes sociales, hostigándome con muchísimos mensajes, más de 20, 30 mensajes por día, hasta que un día tuve una pequeña alerta cuando me anunció que estaba esperando el momento para encontrarme sola. Me persigue y me sigue. Y es más, les digo algo más grave todavía: vive a ocho cuadras de mi casa”, relató en vivo, visiblemente angustiada.

La periodista detalló que el hostigamiento, que comenzó en el entorno digital, fue escalando de manera preocupante hasta volverse una amenaza directa y física. Según contó, nunca respondió a los mensajes y bloqueó al agresor en todas las plataformas posibles, pero él encontraba la manera de contactarla nuevamente.

“Lo bloqueo por Instagram y empezó a acosarme por X. Como lo bloqueaba, se abría nuevas cuentas...”, explicó.

En su desesperado intento de ponerle fin al asedio, la locutora le habló directamente al acosador en vivo: “‘Flaco. Yo no quiero nada de vos. No quiero que me regales flores. No quiero que me des un libro. No quiero que me des chocolate. Yo lo único que quiero es volver a vivir mi vida de una forma normal. Quiero poder trabajar tranquila. Quiero poder salir tranquila. Quiero poder ir a tomar un mate a la plaza si tengo ganas. Quiero poder ir al supermercado. Tranquila. O sea, te tengo miedo, chabón. Te tengo miedo y no quiero nada tuyo. No te conozco. No sé quién sos. No quiero absolutamente nada tuyo. Te pido por favor, déjame tranquila’”, imploró.

Ante el crecimiento de la amenaza, Peñalva reveló que tuvo que recurrir a la Justicia y hoy depende de medidas especiales: “Estoy nerviosa, estoy con un botón antipánico”.

Consultada por la evolución del caso, indicó: “Hice otra denuncia y me dieron el botón antipánico”.

Señaló además que nunca está sola y debe moverse siempre acompañada, con su seguridad personal estrictamente reforzada. “Tengo que agradecer profundamente a mi dispositivo de gente que tengo alrededor, que no he estado sola absolutamente en ningún momento”.

En este contexto, el apoyo de compañeros de trabajo, familiares y autoridades se ha vuelto fundamental. Agradeció públicamente la contención recibida durante estos meses críticos y explicó que su vida, por ahora, depende de la protección constante brindada tanto por allegados como por quienes vigilan su seguridad, mientras la causa judicial sigue en curso.

Peñalva ya había hecho pública su angustia hace un mes, cuando en su programa de streaming Plumas Negras detalló que el acoso no era un hecho aislado. “Hace dos semanas, un hombre se acercó a un lugar donde estaba comiendo con mis amigas y me saludó. Nada raro, fue respetuoso y le agradecí porque elogió mi trabajo”, explicó en esa oportunidad.

Luego, su entorno comenzó a advertirle situaciones que conectaban hechos en apariencia dispersos: la manicura recibió mensajes insistentes de un hombre que pedía su número de teléfono y dirección; el gimnasio la notificó que un individuo reciente se había inscripto y empezó a buscar contacto con ella.

“Me está siguiendo, yo vivo muy cerca del gimnasio, por lo que la situación es compleja. Quizá sabe hasta dónde vivo. Va a todos los lugares donde estoy, tengo en Instagram un montón de mensajes de él diciéndome un montón de cosas fuertes”.

Con los datos en la mano –nombre y apellido de su acosador, además de su número de teléfono–, decidió presentar la denuncia en la comisaría y buscar resguardo oficial. “No me imaginé que podía hacer algo así, por eso me voy a ir a la comisaría. Les agradezco por estar del otro lado. Cuando tenga la denuncia escrita se las voy a mostrar, sino parece circo y no lo es”, dijo.

Más tarde, confirmó que la denuncia se radicó en la comisaría 14. “El hombre tiene antecedentes, estuvo preso en una institución de salud mental por acosar a otra persona... ¿cómo es que lo dejan salir libremente? Encima vive a 8 cuadras de mi casa... no puedo respirar”, expresó a la audiencia.

La valentía con la que Agustina Peñalva decidió contar su experiencia al aire generó una ola de solidaridad inmediata. La repercusión en redes sociales fue enorme, con colegas, artistas y usuarios manifestando su preocupación y respaldo, resaltando la urgencia de fortalecer los mecanismos de protección a quienes atraviesan situaciones similares.

En sus propias palabras, Peñalva reconoció que informar sobre hechos como este había sido parte de su labor profesional, pero nunca imaginó ser protagonista de uno. “Por mi trabajo me tocó contar episodios de este tipo, pero jamás pensé que me iba a pasar a mí”, reconoció.