Perpetrada la amenaza a Ucrania y mientras las tropas rusas cercan la capital ucraniana y Occidente estudia sanciones para aislar a Rusia, Vladimir Putin apunta ahora a otros países: Finlandia y Suecia.
Los dos vecinos nórdicos no forman parte de la OTAN. No quisieron durante la Guerra Fría y no lo quisieron después, pero desde hace unos años el comportamiento de Moscú ha cambiado el punto de vista de la clase dirigente y buena parte de la sociedad, que mira cada vez con más temor al Este.
La portavoz de Exteriores rusa, Maria Zajarova, dijo en rueda de prensa que "todos los Estados participantes de la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa] a título nacional, incluidos Finlandia y Suecia, reafirmaron en su día el principio de que la seguridad de algunos Estados no debe construirse a expensas de la seguridad de otros países. Es evidente que la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN , que es principalmente un bloque militar, tendría graves consecuencias militares y políticas que requerirían que nuestro país tome medidas recíprocas". Una amenaza, una más, tras meses de provocaciones, avisos y recados para evitar la tentación de una posible solicitud de anexión. Algo que en la práctica cambiaría muy poco o nada el escenario de seguridad para Rusia, pero descolocaría el mapa de esferas de influencia que lleva lustros esbozando.Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN
— RTVE Noticias (@rtvenoticias) February 25, 2022
"El mensaje de la OTAN, también de Finlandia y Suecia, es que estamos del lado de Ucrania".#GuerraUcraniaRTVE https://t.co/vVRqw1kiba pic.twitter.com/ENu8rg0qKh