Víctor Francisco Moreno, dueño de manos virtuosas para el piano le dieron la posibilidad única de tocar juntos a “monstruos” de la música nacional como David Lebón, Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto.
También, es abogado pero su vida siempre giró alrededor de los códigos de la música y de los medios de comunicación.
Conocido en su Concepción natal, como Francis, en él habitan melodías infinitas que se disparan cuando posa sus dedos sobre el teclado.
Gracias a su temprana relación con el instrumento, tiene una plasticidad única para interpretar cualquier tipo de música sin importar si es clásica, rock and roll, jazz o folklore.
“Mi primer contacto con un piano me tengo que remontar a los 12 años. Heredé un piano alemán que aun lo conservo y que era de unas tías de mi padre Don Víctor Moreno Ese piano fue mi primera motivación. Entonces mi viejo al ver que el instrumento estaba en casa, tuvo una gran idea de enviarme a estudiar con una profesora que quiero mucho Perla Charcas.
Ella me motivó muchísimo. Recuerdo el primer día que me senté frente a un piano, Perla, me invitó a que lo tocara. No es como ahora que en los conservatorios primero tenés un año de teoría y solfeo y lo que el niño quiere es tocar, tener contacto con el instrumento. Lo mejor que hizo mi padre fue enviarme para que ella sea mi maestra. Ni bien aprendí a tocar las primeras notas, apareció, entre medio de sonatinas de Clementi, Chopin y Mozart, Charly García y creo que lo primero que interpreté fue “Canción para mi muerte” que me la paso un amigo”, recordó, emocionado Francis.
Sus primeras actuaciones en un escenario fueron en los actos de la escuela primaria y ya en la adolescencia armó algunas bandas de “garaje”, donde construyó sus primeros demos dedicados fundamentalmente al rock nacional.
Su admiración, en los años 80 cuando se reactivó la democracia en el país, por Charly (García), Luis A Spinetta, Lito Vitale y su particular gusto por bandas emblemáticas de los 70 como Sui Generis, La Maquina de Hacer Pájaros, Serú Girán, Pescado Rabioso, Vox Dei, Manal, entre otras, animó al artista a crear junto algunos amigos “banditas” para tocar en fiestas o bares. Así nació en “La Perla del Sur” Apocalipsis y más tarde La Fusión, ésta última fue muy conocida dentro de la movida musical tucumana en los años 90.
“Mis primeras actuaciones fueron en los actos del colegio en el primario. Y luego ya en la adolescencia conformé mi primera banda con dos amigos, Pipo Silva que éramos vecino y Cacho Endi que hoy vive en Buenos Aires y era un gran guitarrista. Luego se sumaron Rudy Aparicio y Flavio Flores y tocábamos como la “bandita” de rock, que se llamaba “Neunemus”, que representaba a la escuela de Comercio en fiestas y actos.
Un día fuimos a tocar en un festival de rock y competimos con otra banda que representaba a la escuela Técnica integrada por Hernán Vallejos, Sergio Andina, Sergio Bolatti y un chico apellido Mazzuco y tenían fama de ser unos grosos.
Casualmente al certamen los ganamos nosotros, (risas). Pero debo reconocer que ahí fue la primera vez que escuché Seminaré de Serú Girán, y me partió la cabeza. Pero la escuché no cantada por Lebón sino por Hernán (Vallejos). Ahí empecé averiguar quienes eran eso tipos refiriéndome a Serú, yo tenia revistas con sus fotos y con la letra impresa de sus canciones, que decía por ejemplo. “Quien sabe Alicia este país no estuvo hecho porque si. Te vas a ir, vas a salir” o “Anteojos negro de carey auriculares en el sien”, y me preguntaba ¿qué letra hermosa? ¿Como será la melodía? Y así descubrí a esos monstruos.
En esa época, a mediados de los años 80, surgió la necesidad de armar algo con Hernán, Sergio Andina y Bolatti y conformamos Apocalipsis que fue una hermosa experiencia. Más tarde con otros chicos ya curtido en lo musical creamos La Fusión, que era integrada por Flavio Flores, Rudy Aparicio, Daniel Armas y yo. Esa fue una época de muchísimo trabajo tocábamos en todos lados en diferentes bares y pubs de la provincia, fue muy prolifera. Pero en mí había algo que no terminaba de cerrar. Sentía la necesidad de tocar la música que a mí me gusta. Como por ejemplo tangos de (Astor) Piazzolla o temas de Billy Joel, Barry White y eso con La Fusión no se podía, era más comercial la onda, incluso, sin desmerecer hasta cumbia y cuarteto interpretábamos. Así que decidí abrirme y buscar nuevos rumbos”.
Amante de la música, Moreno, se define como un melómano nato. Certero interprete y compositor por naturaleza, hoy tiene un grupo que se llama Caviar donde, canta, compone, arregla y graba en su propio estudio de grabación sus canciones junto a la cantante Cecilia Pérez Villada. En el “Bunker Studio” dedica muchas horas a la grabación y arreglos musicales de diferentes artistas del sur de la provincia.
“Con Caviar siento que hay un antes y un después en lo musical. Con Ceci hacemos las cosas que verdaderamente nos gustan y eso nos hace muy feliz. Podemos incursionar en diferentes ritmos y nos permite jugar y emocionarnos con nuestras creaciones. Soy un melómano total, vivo y pienso todo el tiempo en música, viajo escuchando música, duermo escuchando música no hay otro lenguaje que no sea otro en mí”.
Sus virtuosas manos para la ejecución del piano le dieron la posibilidad única e insospechada de tocar junto a David Lebón, Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto. Esa experiencia le sirvió para saber donde estaba parado confesó, el músico, en una entrevista radial.
“Tocar con Lito y Baglieto fue algo inesperado. Ocurrió en 1999 una vez que ellos vinieron a dar un concierto en Concepción. Yo simplemente era un admirador de su música. Alguien, no se quien, le dijo a Vitale que en Concepción tenia un admirador. Yo estaba entre el público y antes de que interpreten la última canción Vitale dijo: “quiero invitar a un músico de esta cuidad que trabajo mucho por este show” y dijo mi nombre. Cuando me invita a subir al escenario no sabia que hacer. Realmente sentí que me temblaban las piernas. Me senté frente a los instrumentos de él y lo más curioso es que toqué una canción que nunca había escuchado. Imagínate la situación, le encomendé a mi viejo, que ya había muerto, que me ilumine, que me dé inspiración y sonó fantástico improvisé el tema y salió de lujo. Días después me enteré cuando leí en la revista Noticias en un suplemento que traía sobre rock nacional que la canción se llamaba “Las Cosas Tienen Movimiento”.
Y a David Lebón lo conocí gracias aun amigo de Monteros José Tripoloni. José es amigo de Panchi Lebón, hijo de David, que vive en nuestra provincia y es un gran baterista. Así que cuando se enteró que iba a venir a tocar a Tucumán José le dijo a Panchi, el único que lo puede acompañar a tu viejo a tocar temas de Serú es Francis y eso sucedió.
Recuerdo que ese día del show en el teatro del Colegio de la Consolación en Concepción, tocamos canciones que no estaban previstas y eso me dí cuenta porque la banda estaba sujeta a la lista que le dio David, pero yo le hacia una introducción y el tipo me miraba y me levantaba el pulgar y seguía tocando. Así surgieron en esa noche mágica temas como “El Tiempo es Veloz”, “Nos veremos otra vez”, entre otras, yo me sentía tan a gusto que era como tocar en el piano de mi casa. Repito esa noche fue mágica porque este mito viviente del rock tocaba los temas que yo le proponía, esos recuerdos están guardado en lo mas profundo de mi corazón”.
Su voz grave y modulada no sólo se puede escuchar en una canción que suena en la radio sino también en spots publicitarios y durante muchos años fue locutor en radio Antena 8 (del Grupo 8 de Prensa) y hasta no hace mucho tiempo conducía “Noctámbulo” un programa de radio que se transmitía por Antena Dos de Concepción.
“Mis primeros pasos en los medios los dí en la radio. Primero en la recordada radio AM Clavillo y luego con el advenimiento de las emisoras en frecuencia modulada me anime hacer locución. El 1996 tuvo la suerte de ingresar, en el mejor momento, a radio Antena 8, que se la escuchaba un montón. Allí trabaje durante dos años hice muy buenos amigos y por razones de estudio tuve que dejar. Mis viejos querían que me reciba de abogado, así que dejé la emisora para rendir las 4 materias que me faltaban y me recibí”.
Sus vínculos con artistas de diferentes áreas de la cultura dentro y fuera de la provincia, lo llevó, en el 2000 a crear un programa de televisión en canal 5 de Concepción que se llamó “Arte de por Medio”, y que hoy se emite por la señal de CCC de San Miguel de Tucumán. Por allí desfilan hombres y mujeres de la cultura donde cuentan sus vivencias, anécdotas y por supuesto muestran su talento.
“En 1998 incursioné en el periodismo como conductor del noticiero del canal local. Esa fue una experiencia muy linda, me gustaba mucho presentar las noticias en vivo. Y en el 2000, inspirado un poco por un programa que tenia Lito Vitale “Ese Amigo del Alma”, donde invitaba a gente del mundo de la música y tocaba en vivo con ellos, nació “Arte de por Medio”. Y hoy disfruto es un producto ya consolidado que me da muchas satisfacciones”, concluyó el artista.
Por Rafael Medina