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Reutemann y las inundaciones de Santa Fe, un espejo para Scioli

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En el 2003, Santa Fe sufrió la peor inundación de su historia. El entonces gobernador Carlos Reutemann lideró la recuperación y tres meses más tarde, obtuvo un contundente triunfo electoral.

En el 2003, Santa Fe sufrió la peor inundación de su historia. El entonces gobernador Carlos Reutemann no sólo supo sortear la catástrofe con singular éxito sino que su popularidad como piloto de Fórmula Uno lo ayudó a sortear la bronca y la frustración de los inundados. Un compañero de la política de aquellos años recuerda con asombro: “Estábamos con el Lole en bote recorriendo las zonas mas inundadas, con la gente arriba de los techos, y cuando nos acercamos a una casa el señor en vez de putearnos se puso a llorar de la emoción y le pidió al Lole que le firme un autógrafo”.

Por estas horas uno de las grandes interrogantes que circulan en la política es que efecto tendrá la tragedia de la plata sobre la figura de Daniel Scioli, si dañará de manera irreversible su proyecto presidencial o por el contrario lo fortalecerá mostrándolo como el hombre que supo qué hacer en el peor momento.

La similitudes con Reutemann no son pocas, ambos llegaron a la política de la mano de Carlos Menem y aupados en la fama que les dio su liderazgo en deportes de alta velocidad. Les tocó gobernar dos de los distritos más grandes del país y a ambos la Casa Rosada se les cruzó en el camino. Por eso, es interesante ver como hizo el corredor de Fórmula Uno para sortear el desafío imposible que le planteó una tragedia muy similar a la que hoy sufre el bonaerense.

Reutemann se puso al frente de la crisis con su estilo de llanero solitario, recorría prácticamente sin compañía ni custodios las zonas, manejaba el bote personalmente y se multiplicaba en los frentes más castigados, al estilo que hoy hace el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Tres meses más tarde, contra todo pronóstico obtuvo un contundente triunfo electoral.

“La campaña de “inundador” que le hicieron al Lole fue muy injusta. Estas cosas, estas tragedias nos pueden pasar en la vida de los que nos ocupamos de la gestión pública. Por eso no hay que aprovecharse políticamente de una tragedia, es de bajo impacto. Después de la tragedia, el gobernador tuvo una gran elección”, reflexionó Giuliano para LPO.

En agosto del mismo año, a escasos 3 meses de la catastrófica inundación, Reutemann fue el candidato más votado para el cargo de Senador Nacional que competía contra el socialista Rubén Giutiniani.

El efecto “Lole” permitió que el justicialismo se quede nuevamente con la provincia, que presentó para gobernador a Jorge Obeid. El PJ logró el 43% de los votos contra el casi 38 del socialismo. En el departamento Capital, el más afectado por la inundación superó el 50% de los votos. “Fue un reconocimiento de su propia gente, de cómo se reaccionó frente a una tragedia” concluyó Giuliano.

Hace diez años, el 29 de abril del 2003, el Río Salado produjo la peor catástrofe hídrica que la provincia de Santa Fe recuerde. El desborde de la costa oeste del Salado dejó bajo el agua a nueve departamentos provinciales y a casi la mitad de la ciudad capital.

A diferencias de lo que sucedió por estas horas en La Plata y la ciudad de Buenos Aires, producto de intensas lluvias en pocas horas, lo que provocó la inundación en Santa Fe fue el desborde del ala oeste del Salado que se filtró por un sector donde no había terraplén de contención.

En algunos barrios de Santa Fe capital, el agua superó los cinco metros de altura. Ciento treinta mil personas fueron afectadas y la inundación cubrió escuelas, comercios, industrias, hospitales y medios de comunicación. Las pérdidas en la producción se calcularon en más de 200 millones de dólares.

Desde el primer momento, Reutemann coordinó las tareas de rescate con el Ejército Nacional y salió a recorrer en helicóptero las zonas afectadas.

Luego, se lo vio en gomón por las calles anegadas. “Fue tan personal, tan directa la intervención del gobernador que terminó enfermo de leptospirosis” recordó Diego Giuliano que por entonces lo acompañaba en el Ministerio de Gobierno.

Incluso, como el agua quedó encajonada y frente a la imposibilidad de escurrimiento, el mismo Reutemann decidió abrir varias brechas de la avenida Mar Argentino a pesar de ser jurisdicción nacional. La medida le generó problemas y hasta hubo rumores de que había sido amenazado por algún funcionario de Nación. “Es un problema mío, es un cara a cara” dijo el ex corredor refiriéndose a quien lo había amenazado.

Una dirigente histórica que no pertenece al PJ pero que conoció al ex gobernador reconoció en diálogo con LPO: “Reutemann reaccionó igual que en una inundación grande en Julio del 92 en el Mangrullo (barrio rosarino). Yo estaba con barro hasta el cuello, veo que para un auto y se baja Reutemann. Avanza por el barro y comienza a anotar qué necesitaban los vecinos, después hizo lo mismo pero en toda Santa Fe”, recuerda impactada.

El concejal Giuliano, agrega que primero realizaron tareas humanitarias y de rescate, luego se coordinaron los voluntarios, se prepararon los recursos y finalmente se organizó el proceso de restauración y entrega de subsidios.

Las crónicas cuentan que por día se entregaban más de 10 mil cajas con alimentos, mientras se montaban refugios en las zonas altas de la ciudad. Además, a través de un decreto, Reutemann canceló las deudas hipotecarias con la provincia de cuatro mil propietarios afectados por la inundación.

Para enfrentar la crisis, Reutemann creó un Comité de Crisis con facultades ministeriales para la organización de la ayuda y la reconstrucción de la provincia. La unidad ejecutora era un ente autárquico que dependía directamente del gobernador, con presupuesto propio y agilidad administrativa que se ocupó de la posterior recuperación de la ciudad.

Otro dato clave fue el acceso a un crédito multimillonario. Por entonces, la provincia contaba con una línea abierta del Banco Mundial por 330 millones de dólares de los cuales faltaban girar 175. Reutemann, que había sido reticente a aceptarlo, ante el desastre pidió el giro de los fondos.

Junto al director regional de la entidad, Axel Van Trotsenburg, recorrieron en helicóptero las áreas afectadas y el 6 de mayo, el gobernador confirmó públicamente el crédito y a las dos semanas ya contaba con los primeros 50 millones de dólares para comenzar la restauración del Hospital de Niños y otras obras urgentes.

“Lo que pasó es una cosa tristísima, dura, de difícil reconstrucción psicológica” había dicho el entonces gobernador tras conocerse el saldo de 25 muertos.