Desde el 2 de diciembre de 2015, una placa colocada sobre el edificio de calle Matienzo, entre Mitre y Diego de Villaroel, en la localidad de Famaillá, indica que se trata de un Lugar Histórico Nacional. Allí funciona el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos “La Escuelita de Famaillá”, un sitio en donde el horror se transformó en memoria y donde la lucha por el respeto a los Derechos Humanos encuentra uno de sus principales bastiones en la provincia.
Al aire de Radio Prensa la coordinadora de este sitio de
memoria, María coronel, señaló que fue el resultado de muchos años de lucha
contra la corriente, de reuniones, de marchas y de mucho esfuerzo, que comenzó
a cristalizarse con la llegada del kirchnerismo. “Estamos muy contentos con
todo lo que hemos logrado. No haremos un festejo particular porque no nos habíamos
detenido a pensarlo, pero lo vamos a conmemorar de la mejor forma que sabemos,
trabajando”, sostuvo.
En aquel lugar funcionó el primer centro clandestino de
detención del país, tal como lo reconoció en 2015 la por entonces presidenta
Cristina Fernández de Kirchner, cuando dejó inaugurado el Espacio para la Memoria,
en donde hasta ese momento funcionaba la escuela primaria Diego de Rojas.
“El proceso para llegar a esa instancia comenzó mucho antes
y fue el producto del trabajo militante de sobrevivientes del terrorismo de
Estado y de personas y organizaciones comprometidas con la promoción de los
derechos humanos, que pusieron el cuerpo y la voluntad”, recuerda Coronel.
Y como aquellas largas jornadas de militancia, Coronel sostiene
que, para quienes hoy están a cargo de aquel histórico lugar, “el desafío es
constante”. “Es muy importante repensar constantemente como contar la historia
de aquello que ocurrió en este lugar, de rediseñar los contenidos didácticos para
que podemos trasmitir la significancia horrorosa de que aquí inició el
terrorismo”, agregó.
“Es un desafió lindo el de poder pensar en cómo construir presentes diferentes. Hay que seguir pensando en como nuestra historia nos a va a permitir pensar en una sociedad más inclusiva, más solidaria, con mejores valores. Es muy interesante el desafío de redefinir la forma en que nos relaciones como sociedad, y para ello la memoria de lo que nos ocurrió como pueblo juega un papel preponderante”, sentenció.