El Gobierno podría utilizar parte del dinero proveniente de
los Derechos Especiales de Giro (DEG) para los próximos planes de apoyo y
contención de la economía real; en el caso que la pandemia se agrave con el
empeoramiento de la segunda ola del covid. Los DEG serían habilitados desde el
Fondo Monetario Internacional (FMI) entre fin de este mes y comienzos de junio
(dependerá de la propia burocracia del organismo); con lo que el Gobierno
tendría ese dinero autorizado para contabilizarlo dentro de las reservas del
Banco Central, en algún momento del segundo trimestre del año. Precisamente el
tiempo en el que Alberto Fernández y su gabinete deberán tomar decisiones de
restricciones duras o blandas en la economía real argentina, y donde se
tendrían que aplicar planes de contención. Tal como adelantó este diario, el
Ejecutivo no piensa recrear los Programas de Asistencia y Emergencia al Trabajo
y la Producción (ATP); y sólo, eventualmente y para casos de sectores puntuales
en crisis, rediseñar los Repro II. Pero sí se tiene en mente dentro del
gabinete nacional, una nueva etapa del plan de Ingreso Familiar de Emergencia
(IFE). Esto sumado a algún plan extraordinario de créditos directos y
direccionados, como los recientemente lanzados por el ANSES. El problema que
tiene el Gobierno, es que no hay partidas importantes que figuren en el
Presupuesto aprobado por el Congreso para el 2021 para poder reactivar los
planes de ayuda y sostenimiento de la economía real; con lo cual el dinero para
destinar a estos destinos sólo pueden provenir de dos vías: endeudamiento o
emisión.
El dilema de Alberto Fernández es que no puede echar mano a
ninguna de las dos opciones, si quiere que el plan de Martín Guzmán de
estabilización y sustentabilidad de la economía argentina tenga éxito. Se sabe
que la estrategia del ministro de Economía para este año se basa en un estricto
mecano financiero y fiscal que no puede alterarse, especialmente en la búsqueda
de una reducción de los dos problemas que identifica el funcionario como los
grandes males de la economía doméstica: el déficit fiscal y la inflación. Para
Guzmán, son dos metas innegociables. Al menos si se quiere que continúe siendo
funcionario.
¿De dónde puede salir entonces el financiamiento de los
nuevos planes sociales? El destino le juega una curiosa revancha al Gobierno
nacional. El FMI podría salir al rescate, con los DEG, que la propia Kristalina
Georgieva anunció hace 10 días en presencia del propio Guzmán. La directora
gerente del organismo confirmó que el Fondo habilitará en semanas unos
u$s650.000 millones, exclusivamente destinados a los países en desarrollo que
tengan su cuota al día con el organismo. Como Argentina cumple con la condición
de hacer sus liquidaciones mensuales, y como al país le corresponden unos 0,7%
por sus acciones en el directorio del FMI; en total se recibirían unos u$s4.354
millones.
Guzmán ya tenía en mente el destino de este dinero: reforzar
las reservas, y garantizar un segundo semestre cambiario tranquilo; con
reservas del BCRA lo suficientemente sólidas como para enfrentar eventuales
turbulencias. Su intención era que todo el dinero tenga este destino; para lo
que elaboró una estrategia de liberar los pagos con el Club de París de mayo y
los dos vencimientos de septiembre y diciembre con el FMI, las tres
obligaciones financieras en divisas que debe enfrentar Argentina este año. De
estos, si se lograra un acuerdo con el Club de París y se llegara a un acuerdo
con el Fondo después de octubre, sólo sería prioritario pagarle el primer
vencimiento al FMI por unos u$s1.800 millones. Si así lo hiciera, quedarían de
los DEG unos u$s2.500 millones liberados para ser utilizados para el
financiamiento de un nuevo IFE.
Ese programa tuvo un costo máximo a noviembre de 2020 por unos 265.000 millones de pesos, equivalentes a 0,8% del PBI; en ese momento unos 2.500/ 2.600 millones de dólares. En el Gobierno se hacen cálculos y sería el mismo monto que lo que quedaría disponible de las DEG, luego del eventual pago de septiembre. Sin embargo la situación sería ahora mucho más holgada, ya que ese cálculo de los DEG a noviembre del año pasado, incluye las peores etapas de la cuarentena completa del segundo y tercer trimestre del 2020; situación a la que no debería llegarse este año. Al menos según las proyecciones oficiales. El primer cálculo mental del oficialismo habla de sólo u$s1.000 a 1.500 millones, con lo que Guzmán aún tendría otro tanto para robustecer reservas. Pero ese sería el límite de Economía. Y quedaría para el ala política del oficialismo una advertencia. Ya no habrá ningún tipo de posibilidad para que las DEG se utilicen en la campaña./Fuente: Ámbito.com