A pocos días de haber arrancado la zafra azucarera en 2022
en el territorio tucumano se puede observar, en diferentes ciudades del interior
de la provincia, cómo este residuo de color negro rápidamente gana terreno. La ropa, los techos
de los autos, las mesas de los bares que están al aire libre, entre otros, son testigos de ello porque todo se tiñe de negro.
“Este residuo industrial afecta la calidad de vida de
la población y viene siendo cuestionado
desde hace décadas por los ciudadanos que respiran aire contaminado. Si hay hollín es porque no funcionan los
filtros. Así de simple”, cuestionó Masmud, miembro de la Fundación Ave Fénix.
Para los habitantes de las zonas cercanas a las fábricas, se
vuelve imposible evitar este polvo ya que se esparce rápidamente regando las
calles y los hogares.
“Ya nos llegaron denuncias de vecinos de La Trinidad,
Aguilares, Monteros, Alberdi y Concepción
por contaminación. Esto sucede porque hay
una desidia por parte de los industriales y de los organismos de control, que es
la Secretaria de Medio Ambiente y la Dirección de Fiscalización Ambiental, que no
están haciendo su trabajo”, indicó.
El referente ambiental entiende que esta problemática, que lleva
años, ya tendría que estar terminada “porque todos los problemas generados por
la industria azucarera tienen soluciones tecnológicas y no tecnológicas. El hecho
que haya presencia de hollín es porque los
dueños de las fábricas no quieren invertir y es más fácil lanzar 100 toneladas por día y contaminar, antes de hacerse cargo ellos”, explicó y añadió, “esto
no debería suceder ya que todos los ingenios tienen filtros solo que deben hacerlos
funcionar”, cerró Masmud.