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Mientras exista memoria la lucha por la verdad y justicia sigue en pie

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El 24 de marzo se cumplen 47 años del último golpe de Estado Cívico y Militar, fecha que, sobre todo las organizaciones de Derechos Humanos, conmemoran con su mayor compromiso. Pero, además, en esta oportunidad el mensaje en defensa y puesta en valor de la democracia se cargará de mayor peso al cumplirse 40 años desde su recuperación.
Marta Rondoletto, periodista tucumana, militante peronista y por los derechos humanos, en diálogo con Diego Tomas para el programa “Alguien nos Perdonará” repasó la historia política y social de la provincia durante los años 60 y 70, además del trabajo social que realiza desde la Fundación Memorias e Identidades del Tucumán.


Cada aniversario del Golpe de Estado Cívico y Militar, ratifica la necesidad de educar en la memoria para construir el futuro. La memoria que hoy rescatamos es la condición indispensable para que haya justicia y no se repitan los horrores del pasado. “Lo importante es que, de una u otra manera, a lo largo de los años las instituciones que hablan del sistema democrático de nuestro país se fueron consolidando” y añadió “esto a pesar de que hay proyectos políticos de algunos nostálgicos de los años de la dictadura, como Ricardo Bussi, hijo del genocida en la provincia, con su spot de campaña que no sabemos que pretende con eso. Podrá tener sus seguidores, pero Tucumán no les corresponde y eso se demuestra año a año”.

“Históricamente desde que la comenzamos a construir como sociedad, siempre hubo grupos de la sociedad que se opusieron e hicieron miles de cosas para controlar a la soberanía popular y el último golpe tuvo esa característica, los grupos económicos fueron quienes impulsaron el uso de las fuerzas armadas” comentó y confirmó que las víctimas de la dictadura no solo fueron los trabajadores y estudiantes urbanos, sino que también llegó a las zonas rurales.

Recordó que aquella represión tuvo un lado productivo para algunos sectores “los grupos económicos fueron quienes impulsaron el uso de las fuerzas armadas y esa realidad se mostró en los juicios de Lesa Humanidad, que son ejemplares. Aquí hay una trama que no es fácil conocerla, a lo largo de estos cuarenta años se realizaron muchísimos juicios y el Poder Judicial tiene la capacidad de adaptarse a los tiempos que corren política y socialmente en cada circunstancia, pero siempre cuidando sus espaldas.

“Ojalá llegáramos a la instancia de tener jueces que tengan una formación tal, en la que puedan dirimir asuntos de la manera más equitativa. Estos sujetos están formados en nuestras universidades públicas, donde deberían estudiar historia y definan de qué lado se ponen. Hace años atrás con otras organizaciones de derechos humanos, propusimos cerrar las carreras que tengan que ver con la justicia durante el periodo de 10 años y que se dediquen a organizar carreras que den cuenta de las demandas de la ciudad. Algo hay que hacer, hay muchos planteos de otros delitos y diferentes luchas sociales pidiendo nuevas perspectivas de justicia” reflexionó Rondoletto.

La presidenta de la Fundación Memorias e Identidades de Tucumán, se refirió también al pedido de convertir en un espacio de memoria el “Batallón de Arsenales 5, Miguel de Azcuénaga” donde funcionó, hasta mediados de los 90, una subunidad del Ejército en la provincia, y también un centro clandestino, entre 1976 y 1978. “hay un proyecto en el que estamos muy involucrados como organización, hemos decidido apoyar el proyecto de la Universidad Tecnológica de Tucumán, ellos necesitan una sub sede para poder recibir a sus docentes y alumnos. Coincidimos en que el ex Arsenal pase de ser un sitio de memoria a ser un espacio de memoria, que no es lo mismo, el sitio de memoria son señalamientos y cuando hablamos de espacio significa organizar un lugar para dedicarlo a realizar actividades. La UTN se haría cargo de la recuperación y el mantenimiento a través de la reconstrucción del relato de esa realidad, la decisión política existe solo falta el recurso económico”. El ex Arsenal Miguel de Azcuénaga es un lugar de varias hectáreas ubicado en las afueras de la ciudad de San Miguel de Tucumán, sobre ruta nacional n° 9, en el municipio de Las Talitas, en Tafí Viejo.

Por último, contó sobre el proyecto que está llevando adelante el equipo de antropología forense, que a través de la tecnología de radares se va a permitir establecer disrupciones en los suelos “se va a georadalizar la provincia en búsqueda de ciertos patrones que se ajustan las fosas. Esto ya se hizo en Córdoba y Buenos Aires, ahora estamos viendo cuando será la fecha en la que se lo hará en Tucumán. Esto de alguna manera nos va a completar, la decisión de los familiares y las nuevas generaciones es que la realidad y la verdad salgan a la luz, que es importante por el pasado, pero sobre todo por el futuro”