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Leticia Nieva siente que todavía no se hizo justicia por Paulina Lebbos

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A pesar de todo lo que vivió, Leti es feliz y lucha por construir su propia historia. Ampliar
En una entrevista con Radio Prensa, Leticia Nieva, hija biológica de Paulina Lebos habló de su nueva vida en la Patagonia, de su nueva identidad. Se siente feliz de tener a su madre Silvina y siente que aún no se hizo justicia por Paulina.

 “Soy Leticia, hija de Paulina, hija de Silvina, soy seño y un montón de otras cosas. En esas capas se esconden muchas más verdades que las que se pueden buscar en la búsqueda de justicia”, dijo con claridad y alegre Leticia.

Leticia Nieva, hija biológica de Paulina Lebbos, dialogó con Diego Tomas para el programa radial “Alguien nos Perdonará” donde comentó como fue el proceso de reconstruir su vida y encontrar su voz alejada de todo lo que significó el caso que conmocionó a la provincia y marcó un antes y un después en la vida de miles de adolescentes con la restricción horaria en los boliches más conocida ley 4AM.

Leticia Victoria Nieva, se fue de Tucumán para vivir en el sur argentino, en  General Roca -Rio Negro, argumentando que “quizás necesitaba alejarme de la provincia por diversas razones, pero fue un punto de inflexión para construir esta nueva identidad, que ya venía siendo construida y tenía sus aportes. Mis raíces en Tucumán son innegables, desde el acento hasta mis formas. Extraño mucho la provincia, pero no sé si volvería. Esta provincia me dio la posibilidad de reconstruirme desde sus aportes”. 

La joven de 22 años actualmente se encuentra estudiando los profesorados en Danzas clásicas y Danzas Contemporáneas y según cuenta “desde siempre me apasionó. Estoy en una universidad artística, es otro tipo de calidad y lenguaje, el cuerpo como materia y la expresividad tienen algo en común y hay mucho de nuestra identidad en él, hay que permitirle dialogar”. Leti, considera que la educación tiene mucho que ver con su familia biológica, “mi abuela trabajaba en el ministerio de Educación, mi madre biológica estudiaba comunicación, mis tías son docentes. Entonces siempre estuvo el pensamiento de la docencia y siempre problematizando lo que se brinda desde esa área”.

Cuando sucedió el femicidio de su madre, Paulina Lebbos, Leticia era una niña de 5 años y en su relato comenta, “cuando yo viví esto, que fue catastrófico y terrible lo viví a los cinco años, a lo largo de mi vida lo fui masticando de diferentes maneras. Ahora, por la edad, lo pienso en el paralelismo de Paulina, también estudiaba una carrera y trabajaba, pensarme desde ese lugar y como me veo. A mí, ahora me afecta de la manera de problematizar y pensar cuanto hay, no solo la vida, sino también las instituciones que nos amparan, la familia y los amigos” y añadió “el caso para mí es muy relevante, es algo que mucha gente lo vivió muy de cerca, sobre todo lo social. Yo crecí con esa herida directa, pero a otros le tocó vivirlo de otro lugar como sociedad porque el caso en si fue terrorífico, las maniobras de encubrimiento, la política, el daño al cuerpo de Paulina. Son muchas las maniobras que hubo”.

Silvina Nieva, fue la mujer que con cariño y paciencia pudo crear el lazo maternal con Leti, quien ahora lleva su apellido, “a mi mamá la conozco en la escuela secundaria, yo tenía 16 años y ella era profesora de materias artísticas. En el momento que la conocí no tenía ganas de entablar relación con otro profesor porque la mayoría ya me había soltado la mano por diferentes razones. Ella se acercó a hablar conmigo y el tiempo de calidad que me dedicó me hizo click”. Por otro lado, Leti asegura que “ella no sabía qué hacer, nadie te capacita para una situación como esta. Sin embargo, fue muy linda la relación que comenzamos a gestar, ella estaba ahí. Fue muy importante para mí, yo estaba muy sola y el resto de mi familia estaba en otra. Siempre busque el vínculo materno y ambas nos cambiamos la vida”.

Al ser consultada por su padre biológico, la joven comentó que “la figura paterna nunca lo tuve, pero no es una figura que siento que me falta. Mi padre biológico, Cesar Soto, está involucrado en la causa. Si él hubiera querido tener una relación conmigo, los canales de comunicación siempre estuvieron abiertos” y aseguró “no siento rencor, me quedan muchas dudas, en mi imaginario el está involucrado en el crimen. Siento que él tendría que resolver y debería tener un acercamiento más sincero conmigo. Me cambió el apellido para ser el querellante de la causa, ese fue el único acercamiento. Nunca tuvo una comunicación sincera, él se aparecía en situaciones que no correspondían, hasta el día de hoy tuvo la posibilidad de un acercamiento, pero no lo hizo.”

En la búsqueda de verdad y justicia, analizó “yo lo pensaría de lo que puede venir, me parece importante el rol de las instituciones y que se problematicen leyes, siento que los femicidios tienen muchas caras y creo que hay un desamparo hacia las infancias. Todavía no hay justicia, el tema económico es una parte, pero no lo es todo”. “En el caso de Paulina siento que aún no hay justicia porque se la utiliza como bandera de muchas cosas, a mí no me gusta. Quisiera que el imaginario de ella no sea su muerte terrorífica, hay algo que me queda pendiente y es la reconstrucción de su vida previo a su muerte, desde ese lugar es difícil. La identidad que pierden las víctimas y las familias se vive a través de la sombra. La justicia para mi vida es reconstruirme. Justicia en el caso de Paulina seria saber quién fue, pero sé que eso no va a pasar. Es muy difícil de comprobar porque ya no hay pruebas, entonces la justicia juega un papel de ver quien tiene la verdad y quien la mentira. Esta truncada de distintas maneras y este caso no va a tener justicia. Yo soy querellante de las causas, no siento que sea el medio de mi lucha. Me hace mucho daño”.

Sobre su vida en el sur y la decisión de mudarse, explicó ““Yo vivía con un miedo constante en Tucumán, estaba en mi imaginario pensar que iba a pasar por lo mismo que mi mamá. Realmente fue verme como una Paulina, casi todo el mundo me conocía y no sabía con quién me podía cruzar. En la provincia en la que estoy no me pasa”.

La joven considera que “todo pasa para algo, hay algo que tenemos que aprender o que venimos a desbloquear en este plano. Hay cosas que tienen que suceder en la vida para aprender de una manera u otra, el destino lo construimos nosotros con el día a día. Hay una deuda, las instituciones, el Estado, tienen una deuda conmigo. Si hay deuda”.

Por último, comentó que piensa visitar la provincia próximamente, “extraño todo de Tucumán, la comida, mis amigos, los lugares. Espero pronto volver, es donde nací y me encantaría trazar otras huellas con esta nueva identidad”.