Para esos productos, la propuesta del gobierno es fijar precios hasta el 15 de julio y a partir de ese vencimiento autorizar un aumento del 3,8% mensual. En el sector de los comercios de proximidad, que venden el 70% de los productos de consumo masivo en el país, esta canasta es una demanda de larga data que se incrementó en los últimos años a la par del recalentamiento de la inflación. Pero, como cada propuesta que se discute en Buenos Aires, se dejan detalles librados al azar cuando se intenta trasladarlas al interior.
Uno de esos “detalles”, sostienen desde la Cámara de Supermercadistas y Autoservicios de Tucumán, es la cuestión del costo de logística, es decir, el precio que los locales tucumanos pagan para el traslado de las mercaderías. “No hemos escuchado hasta aquí que se hable de como va a ser la logística para traer los productos al interior. No se tiene en cuenta que no es lo mismo un comercio de Buenos Aires, que tienen las fábricas más cerca, que hacer traer productos a nuestra provincia”, sostuvo al aire de Radio Prensa, Ignacio Ferrer, referente de la Cámara.
A ese problema no menor, se suma la cuestión del
abastecimiento. En las experiencias previas, tal es el caso del fracasado programa
Super Cerca, pasó que las mercaderías incluidas no se conseguían. Incluso para el
actual Precios Justos que tiene vigencia en las grandes cadenas de
supermercados se denuncian faltantes todos los meses. “Los invito a que
recorran las grandes cadenas y verán que tienen faltantes importantísimos. No
están enviando la mercadería. Si no se cumple con el abastecimiento ahí, menos
se hará en los autoservicios y comercios de barrio”, aseguró Ferrer en conversaciones con Quien quiere oir que oiga.
Por tales motivos, el empresario tucumano consideró que la iniciativa “es totalmente inviable”. “Es un arreglo que el gobierno hace con las grandes cadenas extranjeras y los mercados de cercanía no somos incluidos. Dicen un aumento del 4% en los productos y a nosotros nos aumentan los proveedores muy por encima de eso. Lo que hay que hacer es acordar con fábricas regionales y trabajar con los productos que se hacen aquí”, opinó.
Más allá de la opinión del supermercadista, cabe destacar que, de hacerse bien, el programa podría reducir la brecha de precios existente entre las grandes cadenas de supermercados y los negocios de barrio. Hoy, con Precios Justos, la competencia se torna desleal ya que las grandes cadenas se benefician con ello al traccionar público hacia sus locales, como ya sucedía previamente con Precios Cuidados.
