La estafa salió a la luz el pasado abril, cuando la víctima detectó la deuda y se comunicó con la entidad financiera. Para su sorpresa, el préstamo se había gestionado en febrero y el dinero ya no estaba disponible. Lo que parecía un simple favor entre vecinas se reveló como una maniobra planificada y desalmada, aprovechando la cercanía y confianza entre ambas mujeres.
Este lunes, en una audiencia celebrada en el Centro Judicial Concepción, el auxiliar de fiscal Juan José Ibáñez formalizó la acusación por estafa en calidad de autora. La jueza interviniente convalidó la imputación y dictó una medida de coerción leve mientras la causa continúa su curso.
Desde la Unidad Fiscal de Estafas, Cibercriminalidad y Usurpaciones, a cargo de Diego Hevia, se subrayó la gravedad de este caso, especialmente por el flagrante aprovechamiento de la discapacidad de la víctima.