Inicio / Opinion / MILE ATACÓ NUESTRO MAYOR CONSENSO DEMOCRÁTICO

"No cuenten conmigo para banalizar el Nunca Más"

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El periodista David Correa reflexionó acerca de la decisión del presidente Javier Milei de lanzar la campaña electoral para las legislativas bonaerenses utilizando el lema “Nunca Más”, el símbolo histórico de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia. Una ofensa en contra de todo el pueblo argentino.

Escribo desde las tripas y desde mi oficio de periodista, frente a lo que la mayoría de los medios han titulado como una provocación. No cuenten conmigo, aunque a nadie le importe, para mirar para otro lado, para hacer como si nada hubiera sucedido, para tratar como una curiosidad de campaña el cartel que utilizó el presidente Javier Milei para presentar a sus candidatos en la Provincia de Buenos Aires. 

A riesgo de entrar en el juego del algoritmo, que pareciera hoy mandar por sobre los principios, pues de lo que se trata es de que un tema tenga visibilidad e ingrese en la conversación en la redes, al precio que sea, sumo mi mirada para repudiar por cruel y violento el uso del "Nunca Más". Quizás a las nuevas generaciones esas dos palabras les digan poco y nada, y en tal caso, algo no se hizo bien para que haya sucedido, pero la potencia de ellas, pronunciadas el 22 de agosto de 1985 por el fiscal Julio César Strassera, en el alegato final en el histórico Juicio a las Juntas Militares de la última dictadura cívico militar, están vigentes. Hoy más que nunca, aunque a algunos no les guste.

No cuenten conmigo para banalizar el Nunca Más y para mirar para otro lado, como si nada hubiera sucedido. Desde el 24 de marzo de 1976, el día del golpe de Estado, hasta 1983, el retorno de la democracia al país, hubo 223 periodistas, trabajadores de prensa y obreros gráficos desaparecidos, cifra a la que se le suman cinco casos más si se toman a estudiantes de Comunicación, de acuerdo al Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE). En palabras del periodista y escritor Osvaldo Bayer, "fue la tragedia más grande del periodismo argentino", en el prólogo del libro "Periodistas desaparecidos. Las voces que necesitaba silenciar la dictadura", editado por la Subcomisión de Derechos Humanos de la exAsociación de Periodistas de Buenos Aires y con la colaboración de Juan Carlos Camaño y del propio Bayer.

No cuenten conmigo para analizar desde la superficialidad de una campaña electoral, la banalización del Nunca Más, fundante de nuestra democracia y que algunos pretenden socavar. No cuenten conmigo para olvidar los secuestros y asesinatos de los periodistas Rodolfo Walsh, Haroldo Conti,  Paco Urondo, Héctor Germán Hoesterhel y de los tucumanos Maurice Jeger y Eduardo Ramos, este último, identificado en el Pozo de Vargas, la fosa en Tafí Viejo en donde se han identificado, hasta ahora, los restos de 121 víctimas secuestradas y asesinadas durante la última dictadura.

Por todo lo que falta investigar, por la pereza judicial y la falta de decisiones del Estado más firmes para continuar con la búsqueda de los desaparecidos que aun nos faltan, una herida lacerante y que arde en los corazones de miles de familias argentinas, no cuente conmigo para fingir demencia cuando se usa en una campaña electoral el Nunca Más, ese símbolo de la lucha contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos. 

Por los 30.000 desaparecidos, porque todavía espero "Que nos digan a dónde han escondido las flores, que aromaron las calles persiguiendo un destino", como escribió Víctor Heredia, no cuenten conmigo para callar y no repudiar el uso partidario del Nunca Más, justamente desde un espacio político que hizo de la violencia su razón de ser y a quien le cabe la frase "débil con los de arriba y fuerte con los de abajo". No cuente conmigo, porque el Nunca Más es Nunca Más, dos palabras que le pertenecen a todo el pueblo argentino como sinónimo de democracia, memoria, verdad y justicia.


Por David Correa