Cualquiera puede acceder al mismo, pero pocos se tomaron la molestia.
Mediante una conferencia de prensa, de escasa difusión por gran parte de la prensa nacional, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, ponderó la decisión del Gobierno nacional de retomar el control estatal en la petrolera YPF, al tiempo que criticó nuevamente los lineamientos que llevó adelante Repsol cuando estuvo al frente de la compañía, debido a que "cada vez invertía menos, producía menos y a la vez ganaba más plata". Abal Medina participó junto al viceministro de Economía, Axel Kicillof; el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao y el abogado especialista en información pública, Damián Loreti, de la presentación del Informe Mosconi que la intervención estatal realizó durante tres meses (entre abril y julio) con la información existente en la petrolera.
El viceministro afirmó que Repsol tenía "oscuros intereses" y recordó que su titular, Antonio Brufau, contestó ante las demandas estatales de mayor inversión y producción que "para que hagamos lo que ustedes piden, nos van a tener que obligar". Kicillof dijo que el Informe Mosconi es "histórico", porque "no difunde datos públicos, sino que revela datos que la gerencia de Repsol había escondido bajo siete llaves". El director de YPF resaltó que "el punto fundamental del nuevo plan de la empresa es destinar sus ganancias a la inversión en el país, más allá de que se consigan recursos en el exterior, de capitales locales privados o del Presupuesto nacional". "Con sólo destinar las ganancias de la empresa a la explotación, a la exploración de riesgo, con eso cambia la historia de los hidrocarburos en la Argentina", subrayó el viceministro de Economía.
Tras reiterar que hubo "una liquidación y un vaciamiento de la empresa", Kicillof cuestionó a los "expertos en energía que se llenan la boca, pero nunca dijeron lo que hacía Repsol". Según el funcionario, la empresa privatizada inclusive engañaba al Estado en su función reguladora. El viceministro evaluó que "cada vez va a faltar más petróleo y más energía si seguimos creciendo como hasta ahora, a tasas inéditas en la historia argentina" y que por eso resultó imperioso retomar el control de la compañía para poder revertir la curva descendente que mostraba la producción de YPF en los últimos años.
Reseñó luego el Informe Mosconi, con los datos sobre el impacto de la desinversión en el retroceso de la exploración, de la producción y de los niveles de reservas de hidrocarburos. "El saqueo de activos de YPF en el exterior fue inclusive más importante que en el país, y se endeudaron para pagar dividendos por montos que superaban la rentabilidad", agregó. Kicillof ratificó que la desinversión de Repsol afectó el superávit comercial, debido a la necesidad de mayores importaciones de energéticos; y al superávit fiscal, porque debían gastarse más recursos en esas compras.
El funcionario reiteró que la empresa privada buscaba alinear los precios internos de los combustibles con los internacionales, "cosa que proyectaban para 2014", lo que hubiera afectado los ingresos populares y la propia competitividad de la economía. "En definitiva, lo que buscaban después del vaciamiento era la venta de la empresa en el mejor momento; estaban preparando la salida", añadió. Kicillof destacó por último la necesidad de difundir las revelaciones contenidas en el Informe Mosconi, "para superar el cepo mediático que inventa y tergiversa".
LA HISTORIA DE REPSOL En 1998 el segmento exploración y producción de hidrocarburos sólo constituía el 6% de los ingresos operativos netos de Repsol (92,6 millones de euros), muy por detrás de los obtenidos por este mismo concepto en 1999 (1.186 millones de euros, +1181% i.a.) momento en que incorpora YPF al patrimonio del grupo. Sólo en el segundo semestre del año 1999 YPF aportó a esta área de negocios 866 millones de euros. En aquél momento, el 85% del resultado operativo del Grupo español estaba constituido por las actividades de Refinería y Marketing, a lo que se le sumaba Gas y Electricidad. Ya en 2007, la estructura de los negocios de Repsol se había modificado por completo, siendo el peso relativo de la actividad de producción y exploración de hidrocarburos más del 50% de la rentabilidad operativa. La rentabilidad neta del grupo Repsol fue creciendo año a año, desde 1.014 millones de euros en 1998, pasando por un máximo de 4.997 millones de euros en 2010 para finalizar el año 2011 con una ganancia neta de 2.544 millones de euros. Cuando se descuenta del resultado neto del balance consolidado del Grupo Repsol la ganancia obtenida por Repsol YPF S.A. y a ésta, la obtenida por YPF S.A., se observa que buena parte de la ganancia final del grupo proviene de los resultados de la empresa con base de operaciones en Argentina (y controladas) y en ciertos años constituye una porción significativa de la ganancia total. Durante los últimos años tanto las rentabilidades operativas de Repsol YPF S.A. como de YPF S.A., se mantuvieron relativamente estables en un rango de 1.500 a 2.100 millones de euros, y 1.300 y 1.800 millones de euros respectivamente. No así las del grupo Repsol que presenta mayor variabilidad, como por ejemplo entre 2009 y 2010 cuando más que duplicó sus ganancias operativas. EL VACIAMIENTO A fines de 1998 y previo a la adquisición de Repsol, YPF poseía alrededor de 1.800 empleados afuera de Argentina, repartidos en las distintas operaciones de upstream y downstream en todo el mundo. YPF era considerada una empresa con un presente y futuro brillante (12va compañía petrolera cotizante en bolsa según la cantidad reservas), posicionándose en los principales países productores de petróleo en Latinoamérica y sentando las bases para el crecimiento en países como Estados Unidos, Rusia e Indonesia. YPF tenía presencia en 12 países, en tres continentes y había pasado de ser una compañía exclusivamente Argentina a una compañía Internacional. Esta expansión se había dado sólo en poco más de 4 años y a pesar que los precios de petróleo en ese momento se encontraban por debajo de los USD 20 por barril. Sin embargo, a partir del año 1999 con la adquisición de YPF por parte de Repsol esta situación se revirtió dramáticamente. A partir del año 2000, Repsol inició un proceso de transferencia del resto de los activos internacionales que estaban en cabeza de YPF o de alguna de sus subsidiarias a favor de Repsol, perdiendo YPF el gerenciamiento de los mismos casi inmediatamente luego de la compra de Repsol. Repsol inició un masivo proceso de transferencia de activos desde YPF hacia las empresas afiliadas del grupo español y/o en algunos casos decidió vender a terceros dichos activos. La transferencia de activos por un valor aproximado de USD 3.000 millones si bien ingresaron a la contabilidad de YPF, luego fueron girados a Repsol como dividendos extraordinarios. Es decir, que Repsol no sólo aprovechó su posición en YPF para quedarse con activos estratégicos sino que, además, los fondos que ingresaron producto de estas ventas también terminaron en manos del grupo. Las transferencias de reservas probadas de petróleo y gas se muestran a continuación junto con los valores relativos pagados por barril de petróleo equivalente a efectos de su comparación. El análisis de la información contenida en este cuadro, junto con el mapa presentado previamente, permiten demostrar la significativa descapitalización que sufrió YPF al perder activos estratégicos, proceso que se tradujo en una sensible reducción en el nivel de reservas y de la producción. Así, el accionar de Repsol, ya sea vinculado a la transferencia de reservas de hidrocarburos a compañías afiliadas o por la falta de inversión en la Argentina, produjo una caída estrepitosa de las reservas totales de la compañía.
CONCLUSIONES
En el Informe Mosconi, que se pueda bajar del sitio www.cancilleria.gov.ar para que todos los puedan analizar, se demuestra que el grupo Repsol efectivamente utilizó a YPF para apalancar y financiar su estrategia de expansión a escala mundial, depredando los recursos hidrocarburíferos argentinos con una visión corto-placista que priorizó el giro de dividendos a su casa matriz por sobre las actividades de exploración y explotación propias de las mejores prácticas del negocio petrolero. Que, además, esta estrategia se vio profundizada cuando a partir del año 2003 el país comenzó a recorrer un sendero de reindustrialización y crecimiento acelerado para el cual el petróleo volvió a ser un recurso estratégico esencial, y su precio, un elemento central para la economía, por tratarse de un resorte de la competitividad sistémica del país. La desvinculación de la evolución de los precios internos de los hidrocarburos de su paridad a nivel internacional llevó, bajo la conducción de Repsol, en un contexto de precios mundiales crecientes, al paulatino abandono de las actividades de exploración y explotación por parte de YPF.
La estrategia internacional de Repsol se reflejó en YPF en un proceso de sistemática desinversión en Argentina con el objetivo explícito de “bajar su exposición al riesgo en este país”. Sin embargo, por la confluencia de un ciclo alcista de los precios internacionales y la aparición de nuevas tecnologías, se tornó rentable la explotación de los llamados “recursos no convencionales” presentes en el yacimiento denominado “Vaca Muerta”. Ante este escenario, en lugar de apuntar a la mejora de su performance en términos de producción, el Grupo Repsol comenzó a “delinear” el yacimiento de Vaca Muerta, con el objetivo de cuantificar el potencial del yacimiento para posteriormente desprenderse de él ya sea a través de la venta o la sub-concesión.
Esta nueva estrategia por parte Repsol exacerbó la desinversión en materia de recursos convencionales, puesto que los recursos financieros que se volcaron hacia el país estuvieron destinados en buena medida a examinar los recursos no convencionales que pretendían colocar a terceros.
La información recopilada en el presente informe demuestra que Repsol priorizó el rápido retorno de caja sobre la inversión, en desmedro de maximizar la recuperación final de los activos y su valor. Esto queda evidenciado por la baja inversión en exploración, el retraso de las inversiones en secundaria frente a la primaria, y la falta de mantenimiento e inversiones en instalaciones de superficie. Estos factores impactaron negativamente en el perfil de producción de gas y petróleo y en el volumen de reservas. Al mismo tiempo, priorizo la monetización de reservas en activos ajenos a YPF ubicados fuera del país (importación de gas de Bolivia y GNL principalmente) en desmedro del desarrollo de la oferta de local de gas natural.
En el mismo sentido, Repsol no llevó adelante un plan adecuado de gestión ambiental, con una sub-ejecución sistemática de los compromisos asumidos con la autoridad de aplicación. Desde el comienzo de su gestión, el grupo realizó un plan de vaciamiento de los activos internacionales de la compañía, tomando posesión de la mayoría de ellos y quitándole a YPF la proyección internacional que había logrado en la gestión anterior. A su vez, el monto de los dividendos percibidos por Repsol más el valor de los activos internacionales transferidos, claramente supera el valor pagado por YPF.
En síntesis, con su accionar Repsol priorizó el retorno de caja, desarticulando el portafolio de activos de YPF para posicionarse mejor en el resto del mundo. En el camino, no siguió las buenas prácticas de la industria y no acompañó el crecimiento de la economía del país. La adquisición de YPF por parte de Repsol en 1999 implicó el desperdicio de una oportunidad histórica para consolidar a la principal empresa nacional productora de hidrocarburos como una compañía líder a nivel internacional. La venta de sus activos externos de carácter estratégico y el continuo proceso de desinversión por parte de Repsol se tradujeron en una progresiva pérdida de mercados, así como también en una reducción de la producción y de las reservas, comprometiendo sensiblemente el autoabastecimiento energético del país. En este sentido, la declaración de interés público nacional de la explotación, la industrialización, trasporte, y comercialización de hidrocarburos, así como la recuperación del control de la principal empresa petrolera de nuestro país, a través de la sanción de la Ley N° 26741, es el primer paso para avanzar en la recuperación del autoabastecimiento energético y para volver a colocar a YPF entre las compañías líderes a nivel mundial.