Las estaciones terrenas de la isla Ascención, Libreville (Gabón) y Malindi (Kenia), ya registraron el paso del cohete Ariane 5 que transporta al satélite geoestacionario argentino Arsat-2. La misión VA226 de la empresa europea Ariane transporta además al satélite de bandera australiana Sky Muster, que será el primero en separarse del cohete en pocos minutos. Arsat-2 será liberado a 250 kilómetros de altura a una velocidad cercana a los 30.000 kilómetros por hora y desde allí sera dirigido hasta su órbita final, a 36.000 kilómetros de la tierra por los técnicos de la estación terrena de Benavídez, en un proceso que durará cerca de tres semanas. Los funcionarios argentinos presentes en el centro de lanzamiento de la Agencia Espacial Europea sacaron banderas nacionales y festejaron al grito de "Argentina, Argentina". Durante la próxima media hora deberá cumplirse las fases de la misión: primero, desacoplar al satélite Sky Muster, de origen australiano -que comparte el cohete- y luego soltar al Arsat 2 a 250 kilómnetros de altura, desde donde emprenderá su viaje para ubicarse en su órbita final, a 36.000 kilómetros de la Tierra. Está previsto que el satélite argentino alcance su destino final en los próximos 30 días.
Los objetivos
El presidente de Arsat, Matías Bianchi, afirmó que el satélite Arsat-2 "completa la cobertura de las órbitas argentinas y su capacidad de transferencia va a ser un fuerte apoyo a nuestra industria audiovisual”.
En diálogo con Télam, Bianchi sostuvo que “para empezar hay un hito que es el segundo satélite geoestacionario que Argentina estaría poniendo en el espacio así que en ese sentido va a ser un día importante, después nos va a quedar un mes de trabajo por delante para llevar el satélite a su órbita”.
“Cuando este satélite esté en servicio vamos a haber cerrado un ciclo importante porque vamos a tener ocupada la posición orbital 81ª oeste y con eso cumplimos con el primer objetivo que estableció (el ex presidente) Néstor Kirchner en su momento respecto de la necesidad de proteger nuestras posiciones orbitales con satélites hechos en Argentina”, enfatizó.
El directivo explicó que “esta plataforma es muy parecida al Arsat-1, pero al ir a la posición 81ª oeste desde la que Argentina tiene autorización a prestar servicio a todo el continente nos da la posibilidad de expansión y brindar conectividad entre cualquiera de los países de América; para eso trabaja sobre la banda C que es la que se usa para transportar contenidos audiovisuales”.
“Esto va a potenciar la industria de generación de contenidos audiovisuales; hoy Argentina produce cerca del 60 o 70 por ciento de los contenidos audiovisuales para habla hispana y los mismos van a poder ser exportados a través de un satélite argentino”, agregó.
Bianchi evaluó que “hoy el mercado local tiene una demanda de capacidad mucho mayor a la del Arsat-2 y de hecho ya hay otros satélites operando esos servicios; hoy ya tenemos cerca del 30 por ciento de la capacidad del satélite reservada con contratos listos para implementarse”.
“Tenemos mucho trabajo por delante para avanzar en este mercado, y también vamos a tener que salir de Argentina y comenzar a instalar antenas en diferentes países de la región, lo que nos pone frente a un desafío mucho más grande que el de Arsat-1 que tiene gran parte de su capacidad concentrada en nuestro territorio nacional”, aclaró.
El funcionario detalló que “lo importante de esto es que estamos desarrollando tecnologías, estamos impulsando proyectos ambiciosos que no pierden el foco de que esto es para la gente; por eso hoy tenemos más de 2.500 escuelas rurales conectadas, enlazamos a los científicos de la Antártida y cubrimos el país con un servicio satelital de calidad como el que puede dar Arsat-1, mientras que con Arsat-2 vamos a apoyar una industria que es importante para nuestro país”.
“Arsat-3 está en fase de diseño y estamos definiendo todavía algunos aspectos de su misión y la posición que va a ocupar, pero siempre bajo la filosofía de complementar la serie de satélites nacionales para prestar servicio a todos los argentinos”, concluyó Bianchi.