Tucumán cuenta ya con los anteojos del Bicentenario que fueron restaurados y se mostrará al públilco. Jorge Villagra propietario de la Óptica Villagra, ubicada en Laprida 191, de esta ciudad contó que desde el año pasado estuvieron buscando las piezas para armar un anteojo que se usaba en los años de la declaración de la Independencia.
“La idea nació con el grupo de trabajo de la óptica en participar en este año del Bicentenario y de rememorar la época buscando piezas originales. Tratando de poner en la mente del público qué tipo de anteojos se usaba en 1816. Son piezas únicas, son originales, la conseguimos finalmente a un coleccionista que vive en Buenos Aires”, contó Villagra.
El dueño de la óptica manifestó además, que en esa época los anteojos lo hacían los orfebres y los joyeros. “El material era de metal, bañados en oro con 18 quilates. Los armazones en la actualidad se hacen en serie y en esas fechas se hacían piezas únicas”.
También aclaró que lo denominamos anteojos, en realidad se llamaban impertinentes. “No son gafas ni anteojos, se llamaban impertinentes. Lo usaban las señoras de la alta sociedad, no tenían una graduación exacta como ahora, tenían un aumento nada más. Y ellas lo utilizaban para observar algo desde lejos sujetándolos de una patita y acercándose a sus ojos. La persona que era observada se sentía un poco discriminada y desde allí nace el nombre de impertinentes”, relató Villagra.
Este modelo de anteojo que se le entregaría al presidente Mauricio Macri durante el Congreso Eucarístico que se realizará a mediados de junio en Tucumán, esta compuesto por una lente oftálmica y por el armazón de metal.
Ya desde 1.800, los anteojos se convirtieron en un indicador de estatus social y comenzaron a ser adornados con joyas incrustadas, especialmente en Europa.