El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del organismo oficial de estadística además relevó una disminución del 1,9% respecto de agosto en la generación de riqueza por parte del conjunto de los productores de bienes y servicios. El dato marca un fuerte cambio de tendencia respecto de las últimas mediciones, que venían desacelerando la caída de la actividad económica, pasando de un 6,8% en junio a un 2,7% en julio y un 1,6% en agosto.
Entre los economistas predomina la estimación de que el tercer trimestre habría sido el más duro para la economía, desde el inicio del actual ciclo recesivo que comenzó en abril y que se proyecta que, al menos, se extenderá hasta el comienzo del segundo trimestre del año próximo.
El acumulado para los primeros 10 meses del año muestra un descenso de 1,5% en la actividad económica respecto del mismo período del 2017.
El desagregado sectorial del Indec confirma lo que muchos analistas privados ya prevén como un mal año para el consumo, evidenciado en el EMAE por el hecho de que las mayores bajas fueron las de comercio minorista y mayorista por 12,8% y la de la industria manufacturera por 10,8% respecto del año pasado.
La desaceleración económica también tuvo un impacto en el sector público, ya que una menor actividad a su vez implica que la cantidad de transacciones en las que el Gobierno tiene oportunidad de gravar es menor, con los impuestos netos de subsidios marcando una baja del 10,1 por ciento./infobae.com