La pista arrojada por dos de los policías imputados en la causa (son 9 en total y un civil) trasladó la búsqueda de Luis Espinoza hasta la localidad de La Banderita, ubicada a unos 50 Km. al oeste de Concepción, en el límite entre Tucumán y Catamarca. Desde allí el equipo de búsqueda cruzó hasta el departamento de Andalgalá en Catamarca, en donde finalmente fue encontrado este viernes el cuerpo sin vida del trabajador rural oriundo de Melcho, un pequeño paraje dentro del departamento de Simoca.
La causa estaba hasta hoy caratulada como desaparición
forzosa, pero con la aparición del cuerpo se prevé que se siga investigando
como un homicidio. Anoche fueron interrogados dos uniformados que aportaron
información precisa para encontrar el cuerpo de Luis y esclarecer el hecho, a
la vez que confirmaron la responsabilidad policial. Según una fuente
consultada, los efectivos habrían confesado el delito ante la fiscal Mónica
García, del Centro Judicial Monteros: “Los efectivos estuvieron declarando
anoche en la fiscalía y dieron información concreta que Espinoza estaría muerto
y los responsables serían los efectivos de la comisaría de Monteagudo, donde
uno habría realizado los disparos que le provocó la muerte y entre cuatro de
ellos se pusieron de acuerdo para esconder el cuerpo”.
Una pieza clave en la investigación puede ser el testimonio
de su hermano Juan Antonio, último en verlo con vida. El viernes pasado ambos
hermanos iban a caballo desde Monteagudo rumbo a la casa de su madre en Melcho,
cuando en el trayecto pasaron por donde se desarrollaba un festival de carreras
cuadreras justo cuando llegaba personal de la comisaría local, momento en el
que se generó el desbande. Juan recibió un golpe fuerte, se desvaneció y
cuando recuperó la consciencia su hermano ya no estaba. Según recuerda “Luis le
gritó a la policía que no me peguen, yo en ese momento levanto la vista y veo
que el policía le pega un disparo. A mí me sacan para un descampado que había
cerca y me hicieron sentar en el piso. De ahí no lo volví a ver más. La única
esperanza que tenía es que él se había ido, pero después encontramos la sangre”.
Juan asegura saber quién fue el uniformado responsable del
disparo y pide que lo lleven a una rueda de reconocimiento. “Yo sé quién le
pegó el disparo. No tengo problemas si me llevan a reconocerle”, afirmó en
diálogo con Primera Fuente.
Con la localización del cadáver de Espinoza, el hecho estaría en vías del esclarecimiento total en lo que respecta al modo en que se produjo el crimen y la posterior localización de la víctima. Habría sido asesinado y su cuerpo abandonado cerca del límite con la provincia de Catamarca.