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Mucha adrenalina para recuperar un celular

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En horas y con la presencia de oficiales de la seccional tercera, una familia recuperó el móvil que le había robado un delincuente. La adrenalina no paró hasta recuperar el celular.
A veces las situaciones de hechos de violencia y sobre todo en estos tiempos donde la inseguridad con robos ligeros, es moneda corriente. Pero no siempre estas historias suelen contar con un final feliz y sin complicaciones.

Este es un hecho, que sucedió en Tucumán en la zona de Las Piedras al 3400, el pasado miércoles por la tarde noche. Los sucesos son por ahí espectaculares porque tienen similitudes a películas de ciencia ficción policial. Pero esta historia tiene condimentos al estilo del actor británico Liam Neeson sobre todo en el film de Taken (en Latinoamérica conocida como Búsqueda Implacable), donde el protagonista busca hasta el cansancio y encuentra finalmente a los delincuentes.

Sin tener que vivir situaciones de disparos y violencia física como en este film. La adrenalina invadió a “el Cabudo” y a su mujer Yolanda Córdoba hasta que consiguieron su preciado teléfono celular. (El valor sentimental con imágenes, agenda y trabajos de años en un simple aparato).

El miércoles pasado Yolanda regresaba a su casa a ver a su familia, luego de una jornada agobiante en el trabajo. Claro, debía ingresar por la cochera donde la interceptó un joven ladrón que la intimidó poniéndole un arma de fuego en la cabeza y llevándose su preciado móvil. Dentro de la vivienda se encontraba el su marido que activó todos sus sentidos y sin abatatarse salió a socorrer a su mujer en peligro.

Pasaron segundos o quizás unos minutos y el arrebatador armado ya se había ido del lugar, en su motocicleta. Pero, el Cabudo, no se quedó quieto y en su instinto animal cargado de furia y enojo, se motivó en buscar al agresor, tomando los recaudos necesarios. Ser paciente y no demostrar el arrebato emocional. Para esto llamó a la policía. Pero no había respuesta directa.

Claro, mientras tanto siguió los rastros del conductor ladrón. Llegó hasta el lugar donde supuestamente se había refugiado. Preguntó entre los que con sus miradas (eran varios tipos) sabía quién era el sujeto que minutos antes había estado en el lugar con el motín.

Salió del lugar y regresó a la seccional tercera y allí expuso la situación hablando con el comisario Rubén Aguirre, y le dijeron que iban a considerar que podían hacer para ayudarlo.

Pasaron otros minutos, pero la adrenalina de haberse sumergido en una zona no frecuente para él, lo volvió a empujar a la acción de conseguir su objeto robado. Y esta vez regresó a donde se había metido el sujeto de la moto. Pero acompañado de la víctima quien podía reconocer a su victimario.

Cuando llegaron al lugar se encontraban alrededor de una docena de efectivos policiales que lo acompañaron a buscar a quien le puso una pistola a su pareja, madre de su bebé de un años y medio aproximadamente.

Buscaron, buscaron, hablaron con todos, indagaron, pero las respuestas eran todas invalidas ya que todos decía conocer al sujeto, pero no sabían dónde estaba.

Finalmente se retiraron del lugar y a los 20 minutos, una vez más sonó un teléfono para decirles que habían localizado al ladrón y que estaba dispuesto a devolverlo con la condición de no tener problemas judiciales y demás.

El Comisario con toda la predisposición se encargó de la situación y el Cabudo volvió a dirigirse hasta la zona caliente para recuperar el móvil de su esposa. Se lo entregaron sano y salvo. En este caso, el diálogo permanente, las palabras y la presencia del oficial Quinteros ayudaron a convencer que lo que había sucedido fue indebido y que nadie se lastimó o se violentó.

Estas historias suceden y muchas veces o en la gran mayoría de los casos culminan con finales tristes. El Cabudo se comunicó con la redacción de Primera fuente para contar lo que le había sucedido y sobre todo para destacar y reconocer la voluntad y el accionar de los efectivos de la seccional tercera. “Muchas veces nos enojamos y tildamos a los policías de ineficientes y de no hacer nada. Esta vez me tocó vivir una situación compleja recibiendo el respaldo de los uniformados. Que supieron manejar de forma profesional el caso”.