El fatídico hecho,
que se convirtió en la peor tragedia en una dependencia policial del sur de la
provincia, se produjo cerca de las 17, del jueves 2 de septiembre, en el interior del edificio donde funciona la
Brigada Femenina, en la calle Las Heras 55, terminó con la vida de las internas
Macarena Maylen Salinas, de 25 años, de Yanet Yaqueline Saquilán, Micaela Rocío
Mendoza y María José Saravia. Solamanente la detenida Romina Marcela Rivero
(37) pudo sobrevivir al luctuoso hecho.
Este jueves por la noche familiares y amigos de las víctimas
visibilizaron el pedido de justicia con una
marcha por las calles céntricas de la “Perla del sur”. Los mismos señalaron que
todavía no tienen una explicación oficial de lo sucedido.
"Hasta ahora no sabemos nada, solo pedimos justicia y
que las responsables de las muertes de mi hija y las otras chicas vayan presa.
Acá hubo un incendio intencional y las policías no hicieron nada por salvarlas
ni por intentar abrir la celda. Haré hasta lo último en mi vida para que haya
justicia" señaló Victoria Santana, madre de Micaela Rocío Mendoza.
Versiones apuntan que la tragedia se habría desatado cuando una
interna golpeó el plafón de un artefacto lumínico y esto originó el incendio. También vecinos de la zona contaron, a los medios de
prensa locales, que ese día desde temprano se escucharon gritos y
reclamos de unas de las víctimas dirigidas a las autoridades policiales.
Una vez que se produjo el incendio las detenidas trataron de
refugiarse en un baño que había dentro de la celda. “Los cuatro cuerpos estaban
juntos en un sector del alojamiento. Las mismas estaban detenidas en este lugar
de manera transitoria y hay una quinta
mujer alojada en otra habitación que
salió ilesa”, señaló el fiscal Miguel Varela, del Centro Judicial Concepción.
Para la hermana de Macarena Salinas, una de las víctimas, los policias que debían cuidarlas no hicieron nada para evitar la tragedia y además denunció que "en el lugar vendían y consumían dorgas y alcohol".
"Pido justicia, las dejaron morir quemadas y exijo que
paguen lo que hicieron. No merecían morir así, eran seres humanos y las hacían
dormir en el piso, las hacían pelear entre ellas, le vendían droga, consumían
alcohol adentro de la dependencia policial, tenemos fotos, una carta de mi
hermana donde contaba que las hacían pelear y días que no comían", contó.
Ante este contexto la
autoridades policiales decidieron, con
el único objetivo de garantizar una mayor transparencia en la investigación de
lo ocurrido, pasar a disponibilidad a
Sandra Rivarola, Susana Rodríguez y Margarita Gutiérrez, efectivas subalternas
que se encontraban de turno en el lugar y también a Fernanda Lazarte, Jefa de la
Brigada.
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