El festival, que este año se realizó en sábado por primera vez, ofreció una grilla de artistas de primer nivel que mantuvieron al público animado desde la mañana hasta la madrugada. Por el escenario principal pasaron figuras como El Chaqueño Palavecino, Los Auténticos Decadentes, Nahuel Pennisi, Néstor Garnica, Christian Herrera, Dale Q' Va y el Dúo Orellana Lucca, junto a talentos locales que mostraron la riqueza cultural de la región.
Más allá del espectáculo musical, el gran protagonista del evento fue el locro. Los asistentes pudieron deleitarse con la variedad de sabores y estilos presentados por más de 25 cocineros, que participaron en el tradicional concurso para elegir al "Mejor Locro" del país. Se esperaba que este año se intentara superar el récord de locro servido en ediciones anteriores.
El intendente Alejandro Molinuevo había destacado en la previa la magnitud del festival y su impacto económico para la ciudad. El evento no solo atrajo a turistas de todo el noroeste argentino, sino que también generó un importante movimiento comercial para comerciantes y emprendedores locales.
La organización del festival fue un punto alto, con la implementación de pulseras de seguridad que permitieron a los asistentes entrar y salir del predio, mejorando la experiencia para todos. El éxito de esta edición confirma al Festival Nacional del Locro como uno de los eventos más importantes del calendario cultural y turístico de Tucumán.
Ganadores del 11º Festival Nacional del Locro
El tradicional Festival no solo deleitó a miles de asistentes con música y tradición, sino que también coronó a los mejores cocineros en las competencias de "Mejor Locro" y "Mejor Presentación".
Tras una ardua deliberación entre los jueces, los premiados en cada categoría fueron:
Concurso al Mejor Locro
Primer Lugar: Miguel Merchán
Segundo Lugar: Juan Carlos Reinoso
Tercer Lugar: Gerardo López
Mejor Presentación de Plato
Primer Lugar: María Florencia Veliz
Segundo Lugar: Leonardo Gramajo
Tercer Lugar: Gustavo Fernández
Los ganadores destacaron por su habilidad para combinar sabores, texturas y la cuidada presentación de un plato que es un verdadero símbolo de la cultura gastronómica argentina.