Comenzó el juicio oral y público contra dos empleados policiales del Grupo Especial de Apoyo Motorizado (G.E.A.M), acusados de haber herido gravemente con un arma de fuego a Franco Exequiel Almirón (32) durante la mañana 29 de agosto del año pasado en San Miguel de Tucumán. La causa fue investigada por la Unidad Fiscal de Homicidios II, al mando de Carlos Sale.

Javier Nicolás Medina Quintana está señalado como el autor del disparo, por lo que se le imputó el delito calificado como homicidio doblemente agravado por haberse cometido con abuso de funciones por un empleado policial y por uso de arma de fuego, en grado de tentativa.

En tanto que, a Héctor Luis Lobo se le endilgó el delito de encubrimiento agravado. En su alegato de apertura, Sale dejó en claro la posición del Ministerio Fiscal y afirmó que la pena pretendida para Medina Quintana es de 14 años de cárcel.

A su vez, indicó que busca que Lobo sea condenado a dos años de ejecución condicional y tres años de inhabilitación especial para el ejercicio de cargos públicos.

Por su parte, la defensa técnica de ambos solicitó sus absoluciones. “Me dicen que levante las manos y sentí un reventón, un impacto en la cara que me hizo dar contra una pared”, expresó Almirón, que fue la primera persona en prestar declaración durante el debate.

“Estaban con pasamontañas, no se les veía la cara”, agregó la víctima y sentenció: “Quiero que se haga justicia, que paguen por lo que me hicieron. Me arruinaron. Yo no hice nada”.

La teoría del caso

El 29 de agosto de 2024, entre las 09:00 y 09.30 horas aproximadamente, Almirón se encontraba tomando bebidas alcohólicas junto a dos amigos en una gruta ubicada en la avenida Martín Berho al 2000 de San Miguel de Tucumán. Y al haber recibido llamados al 911 que solicitaban presencia policial por disturbios ocasionados en dicho lugar, se hicieron presentes en dos motocicletas tres empleados policiales de la Unidad Especial G.E.A.M.

Una de las motos era conducida por Lobo, quien llevaba atrás de acompañante a Medina Quintana; y la otra era conducida por Tomás Gabriel Aráoz (ya condenado en juicio abreviado a un año condicional por encubrimiento).

Medina Quintana bajó de la motocicleta, les dijo que se queden quietos y con una escopeta Remington 870 calibre 12, provista por la repartición policial y abusándose de su función, con firmes intenciones de provocar la muerte de Almirón le realizó un disparo dirigido a la cara, que le provocó heridas de suma gravedad por las cuales estuvo internado en estado crítico en el hospital Centro de Salud, a donde fue llevado por sus familiares en un vehículo particular.

Luego de realizar el disparo, los tres empleados policiales se dieron a la fuga del lugar. Ninguno de ellos puso en conocimiento de las autoridades que había sido herida una persona en el procedimiento, cuando Lobo y Aráoz tenían la obligación como miembros de la fuerza policial de denunciar la comisión del delito cometido por Medina Quintana./MPF