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Villarruel y Bullrich tensan la interna libertaria en un encuentro sin foto

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La senadora electa y futura conductora del bloque libertario se reunió con la vicepresidenta. Reclamos velados, pases de factura y una pulseada por el control político de la Cámara alta.

La vicepresidenta Victoria Villarruel y la ministra de Seguridad y futura jefa del bloque libertario, Patricia Bullrich, mantuvieron este viernes una reunión a puertas cerradas en el despacho de la Presidencia del Senado.

Fue el primer cara a cara formal después de meses de choques internos, reproches indirectos y desconfianza mutua alimentada desde la propia Casa Rosada.

El encuentro no buscó reconciliar posiciones, pero sí habilitó un canal de diálogo que estaba prácticamente congelado.

Antes de ingresar, Bullrich había instalado un mensaje directo hacia la vice: pidió que “no boicotee la agenda del oficialismo”. A la salida, moduló el tono y afirmó que encontró a Villarruel “colaborativa”.

La vice no dejó pasar el comentario y respondió desde un lugar más institucional: “A mí me gusta trabajar en un clima donde todos podamos sentirnos cómodos. Las puertas de mi despacho van a estar abiertas para cada senador. No es mi función discutir la representatividad de nadie”. Y, como respuesta al ruido que llega desde Balcarce 50, agregó: “Yo hablo como presidenta del Senado y como vicepresidenta de la Nación. Me eligieron también. No tengo susceptibilidades”.

Un mensaje directo al núcleo mileísta que la cuestionó por supuestamente no acompañar la agenda libertaria.

Durante la charla -de poco más de una hora- Villarruel reiteró que no tiene ni intenciones ni herramientas para frenar proyectos del Ejecutivo. Aseguró que su rol es garantizar el funcionamiento del Senado y el orden de las sesiones.

Más tarde dio una conferencia en la Sala de Prensa para remarcar que actúa “desde un rol institucional”, un gesto leído como una señal hacia dentro del gobierno.

Bullrich se afirma como conductora del bloque libertario

Bullrich informó que será ella quien oficie de enlace político entre el Ejecutivo y la Cámara alta a partir del recambio legislativo. Prometió que Villarruel conocerá con anticipación el contenido de los proyectos que el Gobierno enviará a extraordinarias.

Ante este contexto, Bullrich intenta ordenar una bancada que creció de siete a veinte integrantes sin estructura política sólida.

En los pasillos del Congreso calificaron el encuentro como “correcto”, sin exageraciones. Nadie lo leyó como un acercamiento real, sino como un movimiento pragmático para encarar lo que viene: la reforma laboral, el presupuesto y las negociaciones para conseguir votos en una Cámara hostil./pagina12.com.ar