Por la belleza de sus paisajes y la diversidad de su agricultura, la región conocida como la Perla del Sur es la localidad de Concepción en Chicligasta, al sur de Tucumán. Allí nació y se crió Patricio Pereyra hasta que cumplió 22 años e ingresó a la Armada Argentina.
Como marino lo destinan donde la Patria lo necesite y después él vuelve una y otra vez a su ciudad natal de Concepción donde están sus padres, hermanos, esposa y su bebé de meses.
El Cabo Segundo Pereyra es el encargado actualmente del mantenimiento de las máquinas de la fragata ARA “Libertad” que está finalizando el 45° Viaje de Instrucción Naval. A bordo, contó que ingresó a la Armada en el 2012: “todo fue gracias a la Delegación Naval de Tucumán, porque hasta ese entonces no tenía ninguna referencia del ámbito naval”, dijo.
La inflexión llegó en una de las tantas visitas que suele realizar la delegación por los colegios secundarios de la provincia. “Con 17 años todavía no tenía decidido qué carrera seguir y es el día de hoy que me acuerdo cuando vi entrar a los suboficiales de la Armada que nos venían a hablar de la Institución. Lo primero que me llamó la atención fueron los uniformes. Enseguida me acerqué y les pedí fotos de todo lo que tuviesen, en especial de cadetes desfilando”, recordó.
Luego de intentar sin éxito dos veces, en la tercera logró entrar a la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA) ubicada en la Base Naval de Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires. Allá estuvo dos años y se recibió con la especialidad de Maquinista. Todo ese proceso le costó, “básicamente por la distancia con mi familia. En Concepción habían quedado mis viejos y mis hermanos: un gemelo, Franco, y otro hermano nueve años menor, Facundo”.
“Mientras cursaba en la ESSA extrañaba pasar tiempo con mis amigos de Tucumán, con quienes solía jugar al fútbol e ir a la cancha los domingos. Por supuesto que también quería volver a comer las comidas que prepara mi vieja y los asados de mi viejo”, sonrió. “Todo con la distancia toma otro valor”, reflexionó el marino concepcionense.
Superada esa etapa, el Cabo Pereyra fue destinado dos años al multipropósito ARA “Hércules” en Puerto Belgrano también, donde puso en práctica el oficio de maquinista. A su término lo designarían como uno de los tripulantes encargados del cuidado y control del funcionamiento de las máquinas del buque escuela, su actual destino Naval.
A pocas horas de volver del 45° Viaje de Instrucción iniciado el 23 de abril, Patricio manifestó que “la oportunidad de conocer otros lugares con la fragata es única. Ya había tenido la oportunidad de salir del país cuando fuimos a Chile, haciendo operaciones en el mar con el ‘Hércules’, pero esta oportunidad es definitivamente distinta”.
“Implica otro nivel de sacrificio y un mejor manejo de los emociones por el tiempo en que uno se aleja de su familia. Hoy gracias a Dios, no sólo tengo a mis viejos y a mis hermanos --que me esperan en mi ciudad-- sino también a mi señora y a nuestro bebé Santiago que tenía 7 meses cuando partí”, sonó con marcada ansiedad.
Muy cerca de los suyos, a pesar de las distancias y los destinos, este marino elige el mar todos los días para servir a la Patria. En las máquinas, en las cubiertas baja del velero argentino, Patricio Pereyra se pone las sordinas y supervisa que todos los aparatos funcionen correctamente para que la fragata haga el último envión para acercarlos a Buenos Aires.
El 45° Viaje de Instrucción Naval
En el buque escuela se encuentran más de 100 Guardiamarinas en Comisión de las Promociones del Cuerpo Comando Escalafón Naval e Infantería de Marina, y del Cuerpo Profesional Escalafón Intendencia de la Escuela Naval Militar (ESNM) quienes cursan el último año de su carrera para egresar como Oficiales de Marina.
Durante los 6 meses de navegación, continúan con el estudio y llevan a la práctica todo lo aprendido en la ESNM, sumada la experiencia del intercambio cultural de cada país que han visitado. Desarrollaron un programa académico en prácticas profesionales del arte de la navegación (especialmente a vela) adquirieron formación operativa, y experiencia en la administración del material y la conducción del personal.
Los futuros Guardiamarinas comparten el viaje con toda la tripulación del buque que desempeña su tarea diaria en los diferentes Departamentos con los que cuenta la embarcación: Máquinas, Operaciones, Cubierta, Cocina, entre otros. Unos 230 tripulantes entre oficiales, suboficiales e invitados especiales.
La fragata visitó 10 países extranjeros y en ocasiones más de un puerto de ese país. El primero de la travesía fue Recife (Brasil) el 7 de mayo y el último, Montevideo (Uruguay) el 3 de noviembre. Estuvo en Baltimore, Norfolk y Nueva York (Estados Unidos); visitó los puertos europeos de Ámsterdam (Holanda), Brest y Toulon (Francia), Liverpool (Reino Unido), Dublín (Irlanda), Ferrol y Cádiz (España), Civitavecchia (Italia) y El Pireo (Grecia). Arribó a Río de Janeiro (Brasil) y a Montevideo (Uruguay), completando el itinerario de vuelta hacia la Argentina. (fuente: Gaceta Marinera)