El cronista de Canal 8 contó que fue agredido por gente que le imputada “mala cobertura de parte de la empresa para la que trabaja”.
Paul dijo que él conservaba la calma y quería explicarle que la función del periodista está restringida por una patronal que dispone cuestiones que lo exceden pero que los cobardes agresores se perdieron por entre el gentío.
No pudo identificar si los que lo agredían era por razones personales o por razones profesionales y expresó que no tiene deudas “salvo con el almacenero de la esquina de su casa a quien cada mes le salda”.
“Lo inexplicable son las agresiones a quien no corresponde porque los huevazos y las pintadas a Canal 8 debieran hacerse a la policía o al poder político pero no a los medios”, expresó en su diálogo con Radio Prensa.