Andaban por los 20 años, estudiaban guitarra en el Centro Cultural Bajo Jardín –frente a la terminal nueva- un lugar que llevaba adelante Leopoldo Deza y el profesor de solfeo e improvisación Gustavo Urueña los juntaba. Todavía eran solistas pero presentían afinidad.
Gustavo Páez y Julián Humarán se empezaron a arrimar. Cada vez que se cruzaban con uno de los íconos del folclore tucumano, Gerardo Núñez, les decía: ¡qué yunta! Fue un nombre lindo para armar el dúo La Yunta.
Cada uno hacía su parte y el vínculo empezó a crecer. Salían y en su equipaje llevaban las voces de los tucumanos, querían que se conozca lo que acá se hace. Marcelo Páez acompañaba con la percusión.
La razón que todavía nos junta: es la música. Creo que no hemos perdido ni la esencia, ni las ganas de hacer música, juntos, sobre todo y eso es lo que nos tiene hace 13 años uno al lado de otro. Con él hemos hecho una relación de hermandad.
Gerardo Núñez seguía cruzándose, eventualmente, con la yunta, una vez le pedimos un tema a él y nos ve de vereda a vereda y nos dice “changos tengo el tema para que canten: El Cumpita ¿y saben por qué? porque yo veo en la relación de ustedes y es de cumpas y Gustavo explica: es una grado de relación que es más alto que un amigo y un poquito menos que un hermano. Creo que esa es la afinidad que sentimos. Cada uno canta lo que uno siente y lo que a uno le gusta para que el que nos ve y nos escucha sienta y nos pueda sentir lo que realmente sentimos con cada canción.
Cuando hablan del primer CD Gustavo le imputa frescura, alegría y el hecho de haber grabado en Ampimpa, en la casa de José Gordillo, hemos estado 10 días ahí junto a los productores Nicolás Guerrieri y Marcelo Predacino.
Abunda en información sobre los productores, Arrieri es uno de los pioneros en la música electrónica en la Argentina y Predacino el actual productor del último disco de Abel Pintos, de Fabiana Cantilo, Vicentico, de Teresa Parodi y han tenido la suerte de que se alineen los planetas y venían ellos dos en una camioneta trayendo un estudio móvil que hemos montado en Ampimpa y hemos pasado 10 días junto a los chicos de la banda que son los que participan como músicos en el disco que creo que le ha dado un plus que quizás es intangible pero que se lo siente en cada canción.
¿Cuál es el primer CD?
Se llama “Después de tanto tiempo”. Lo hemos hecho en el 2001 y se ha editado en el 2003. “Después de tanto tiempo” es una canción de un amigo mío y se llama Chingolo Suárez y ese disco tenía muchos compositores de acá de Tucumán como Rubén Cruz, Yuca Córdoba, el Chivo Valladares, temas de Atahualpa Yupanqui y ese ha sido el disco que hemos llevado hasta el 2007 que nos ha abierto las puertas de Cosquín. Llegamos a dormir en la Peña El Abasto, donde nos cedieron un sótano inmenso, con un colchón de dos plazas donde no había que involucrar sentimientos. Después hemos ido ascendiendo y hemos pasado a dormir ya en el piso de otra peña: La Señalada de María Elvira Grillo y así, gracias a Dios, encontrando la gente que nos ha ido abriendo las puertas.
Llega Julián. Tiene un estuche de cuero con una mate y un termo. Se sienta en la mesa, arma su mate. Escucha. Y entra en la rueda
¿Cuáles son los motivos por los que son afínes?
*Creo que lo que nos unes es que somos muy distintos en muchas cosas y eso hace que nos complementemos y cada uno haga lo suyo. Creo que nos une –también- el poder sacar cada uno desde adentro lo que uno siente a través de la voz y de las canciones.
¿Y arriba del escenario?
Él hace la primera voz, yo la segunda, el bajo. Tocamos la guitarra ambos. Por ahí toco la guitarra eléctrica, charango y nos divertimos. Nos unen el destino de cantar, de andar tantos años por distintos lugares haciendo esto que es el cantar y sentir lo que sentimos a través de las canciones hace que haya una relación muy estrecha.
¿Cuál es el segundo CD que hacen?
Se llama “Tucumán adentro” fue editado por el sello discográfico DBN con ese disco hemos abierto un montón de puertas en muchos escenarios. Me acuerdo cuando subíamos al escenario con una remerita blanca y un ponchito tucumano en el Luna Park en un festival muy importante que se hizo en el que cada provincia tenía su embajador y estuvimos nosotros ahí cantando. Después vino el tercer disco que fue “Volverte a ver” también editado por el sello DBN. Cuando salga este nuevo disco cantarlo y compartirlo para que la gente de todo el país nos va a abrir más puertas.
¿Cómo componen?
Son cosas que nos pasan a uno le llega un chispazo ahí adentro y tiene ganas de decir algo, de expresarlo a través de una melodía o de alguna letra y por ahí sale. No tengo el hábito de sentarme todos los días de 8 a 12. Hay gente que lo hace. Hay dicho que dice “si la inspiración me llega que me encuentre trabajando” hay gente que hace eso cuando la inspiración le llega lo encuentra trabajando ¡es muy bueno!
¿Cuáles son los temas que se te vienen a la cabeza para componer?
Gustavo: Lo cotidiano. Hay temas que nacen con cosas muy personales que uno quiere guardarlas para uno y no las muestra, no sé por qué. Por ejemplo en este último disco las composiciones están con un enfoque hacia las ganas de vivir, hacia el amor en diferentes formas, ritmos. Hay una canción de Julián que habla del amor y la vida de un hijo, que se siente en un abrir y cerrar de ojos, en el descanso del bebé, en su llanto. Otra canción que se llama “Ángel de mi camino” que la hemos hecho con Ernesto Guevara -que es una gran música que vive en Neuquén ahora, que tocó con Raly Barrionuevo muchos años y hoy está haciendo su carrera de solista- . Recuerdo que nos sentamos a hacer unos mates charlando y le muestro una melodía. Justo se paseaba por ahí la compañera de vida de él, por la cocina y todo lo demás y me dice es un lindo tema para “las que nos acompañan y nos bancan” y salió el tema para el amor en agradecimiento a la compañera. Hay otro que se llama “Gracias a Dios”; son historias que nos pasan.
Cuando estás en compositor ¿qué es lo que te llama?
Julián: En realidad son distintas cosas en general, son las cosas que nos pasan como humanidad lo que me llama la atención; buscarle por ahí una solución a algo que desde hace 300 millones de años no la encontraban, por ese lado me gusta preguntarme ¿no? y tratar de mandar por ahí las letras.
¿Siempre tiene que ver con el dolor?
No, no es una cuestión del dolor sino del vivir. La vida es lo que es. Es buscar de qué manera uno puede vivirla lo más llevadera posible. El tema de la ambición por el poder, el dinero. Es como que se priorizan cosas que no son tan importantes.
¿Cuál es la función del productor?
Es el director técnico del equipo, digamos. Cada uno propone una manera de jugar y él es el que dice esto está mejor, esto no. Es el que hace que funcione de una manera específica de acuerdo a las herramientas que uno le va dando.
Gustavo: El productor trata de sacar lo mejor de cada uno de los músicos que hemos estado dentro del disco y ubicarlo para que el tema suene bien. Y bueno, en este disco hemos tenido los changos estos que también vienen de otro tipo de rubro no solo folclórico y con el apoyo de ellos hemos sentido la libertad de poder abarcar otros ritmos a lo que no estábamos acostumbrados. Éramos netamente folclóricos, chacarera, gato, zamba, huayno y quizás en las reuniones con los amigos cantábamos alguna canción melódica o algún otro ritmo y no lo llevábamos al escenario. Nos preguntábamos por qué si también lo disfrutábamos ese tipo de ritmo y de música y ellos nos han hecho entender que el folclore es mucho más amplio de lo que pensamos porque el mundo ha ido cambiando también, así que ha sido bueno estar con ellos para poder abordar otro tipo de ritmo.
¿Y ahora que hacen fuera del repertorio anterior?
Hay una canción de un jujeño que se llama Néstor González y ha quedado como una bachata, más bien latinoamericana, “Ángel de mi camino” que ha nacido como un huayno ha quedado como un reggae sugerido así. Hay una zamba bien tucumana, así de esas zambas lentas y ha quedado con un look electrónico atrás. Vos decís ¿qué pasa ahí, qué hay? Con cositas que están buenas experimentar. Yo era muy cerrado era más bien cuadrado, digamos. Hoy te puedo decir que está bueno eso de experimentar, de sentirse libre creo que es parte eso de hacer arte, música o cualquier tipo de arte tiene que ver con eso también, ser libre para hacer lo que uno siente.
¿Y cómo les va?
Julián: Bien gracias y usted (risas) la verdad es que bien. Particularmente ahora con estas nuevas canciones que ya hemos ido tocando algunas en los distintos escenarios y la verdad que muy bien recibidas. Hay gente que nos pide ya los temas porque hay unos videos en you tube de algunas canciones.
¿Viven de eso?
Gustavo: Sí, bien, bien tranquilo. Lo bueno es que en todos estos 13 años hemos venido haciendo pasitos pequeños pero firmes y se lo va llevando bien. Antes teníamos alumnos de guitarra. Hoy Julián ya no tiene. Yo tengo un par, pero por gusto personal. Me gusta trabajar más si son chicos que quieren aprender y todo eso y además nos dedicamos totalmente a La Yunta y si nos dicen hoy tienen que viajar chicos a Mendoza a hacer una nota con Félix Mothe de Mendoza agarramos la mochila y nos vamos a Mendoza. Además, en vez de vivir de la música vivimos para la música.
Félix Justiniano Mothe